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Los 60 años de «La naranja mecánica»: Un libro muy «joroschó»

La naranja mecánica es una novela del escritor británico Anthony Burgess, publicada en el año 1962 y llevada al cine por el director Stanley Kubrick en 1971. La obra forma parte de las novelas distópicas británicas, considerada sucesora de 1984 de George Orwell y Un mundo feliz de Aldous Huxley. Dividida en tres partes, con siete capítulos cada una, sufrió una censura en la edición estadounidense, la cual decidió eliminar el capítulo 21.

No hay duda que el nombre de La naranja mecánica resulta muy familiar para los cinéfilos. Gracias a la adaptación cinematográfica de Stanley Kubrick, el mundo pudo apreciar cómo la ultraviolencia y la música formaban una armonía estética a los ojos del espectador. Más allá de la polémica que generó en su época, la película sigue siendo considerada una obra de arte hasta la fecha. Sin embargo, muchas personas pasan por alto que la cinta está basada en la novela del mismo nombre. Publicada hace sesenta años, el libro fue escrito por Anthony Burgess, convirtiéndose en una de las novelas distópicas británicas más importantes debido a la crítica al individuo, a la sociedad y al Estado, que se desarrolla a lo largo del texto. Por ello, es necesario destacar la importancia del texto dentro de la literatura.

Portada de la edición por el 60° aniversario de La naranja mecánica, publicada por la editorial Minotauro. Fuente: Casa del Libro

La novela que hará explotar el «mosco»

La historia comienza con el adolescente Alex DeLarge y su pandilla haciendo disturbios en las calles de Londres, hasta que el protagonista es retenido por las autoridades y sometido a un tratamiento que lo rehabilite. Se trata de una obra que muestra a la violencia en todo su esplendor. De esta forma, Anthony Burgess ponía al lector ante una disyuntiva: si la violencia nacía de estas pandillas o de aquellos grupos de poder que buscaban modificar aquel comportamiento. El título en inglés A clockwork orange, traducido al español como La naranja mecánica, hace referencia a la naranja como un organismo vivo al que se intenta mecanizar, siendo una metáfora que hace referencia la juventud representada en la novela.  

Fotografía de Anthony Burgess, autor de La naranja mecánica. Fuente: Gatopardo

Sin embargo, la dificultad del libro radica en poder entender el léxico. Dentro del plano lingüístico, una de sus características principales es el lenguaje inventado por el mismo Anthony Burgess. Se trata del «nadsat», una jerga adolescente que mezcla palabras del idioma ruso y del inglés antiguo. Siendo un políglota que amaba la lengua en todas sus formas, el autor era consciente que la jerga lingüística estaba en constante cambio. Si usaba un lenguaje contemporáneo, la obra podía volverse anticuada. Por ello, el uso del «nadsat» fue pragmático debido a que buscaba que Alex, el narrador, tuviera una voz única que se mantuviera en el tiempo. Al mismo tiempo, reforzaba el carácter indiferente del personaje y de la juventud a las normas de la sociedad.

El polémico capítulo 21

Originalmente, la novela está divida en tres partes, con siete capítulos cada una. Sin embargo, el capítulo 21 no apareció en la primera edición estadounidense del libro. Esta versión es en la que Stanley Kubrick se basó para la adaptación fílmica. Este llevó llevo a que Anthony Burgess no estuviera satisfecho con el resultado, debido a que el capítulo final es fundamental para cerrar y darle sentido a la obra en general, especialmente a sus elementos como el «nadsat» y la esencia de la juventud.

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