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Pablo Cotrina: «Haber logrado que haya una extensión por tres años ya es positivo».

Pablo Cotrina es el jefe de Contenido Digital y Alianzas de la ONG Worldreader. En la presente entrevista nos ofrece su punto de vista acerca de la aprobación de la nueva Ley del Libro, y señala algunas de sus ventajas y limitaciones.

CDEYC: Una pregunta obligatoria. ¿Qué piensas acerca de la aprobación de esta nueva Ley del Libro?

PABLO COTRINA: Es un salto cuantitativo positivo. La ley anterior tenía algunos incentivos, pero eran principalmente para exonerar el I.G.V. —que es la parte más significativa—, incentivos para la importación de insumos y la producción editorial —de la que se beneficiaban pocos actores—. El gran salto cualitativo es que ahora se beneficiarán varios actores del ecosistema del libro. La nueva ley está pensada para que beneficie a bibliotecas, a lectores, a editores y a autores también. Tú ves que ahí se ha pensado más en el conjunto de actores del sector, no únicamente —como en el pasado— en exportadores, impresores y algunas editoriales grandes. Ahí está la principal contribución.

CDEYC: ¿Te parece correcta la exoneración del I.G.V. del comercio del libro por tres años?

P. C.: Lo que ocurre es que es difícil lograrla por más tiempo. Por supuesto, todos los actores del sector, en especial los que están involucrados con la comercialización que son un grupo muy grande en el Perú, hubieran querido que esta exoneración sea por más tiempo. Es complejo lograrlo. El Perú es un país que está tratando de recaudar más impuestos para hacer más obras y ampliar la base tributaria. Entonces, cuando vienen iniciativas como las nuestras a decir: «Queremos que la exoneración sea por mucho tiempo», pues las personas que están en el Ejecutivo alzan un poco la ceja y dicen: «Oye, este sector hay que ayudarlo, está bien. Pero quiere una exoneración tributaria por mucho tiempo». Creo que el haber logrado que ya haya una extensión por estos tres años es bastante positivo. Si tú me preguntas si estoy completamente de acuerdo, te diría que sí; pero no creo que sea factible conseguirla por tanto tiempo como fue con la ley pasada, principalmente porque las autoridades del Ministerio de Economía están viendo siempre cómo se puede recaudar más impuestos. Sí, el sector editorial requiere incentivos para su funcionamiento y demás, pero es difícil conseguir períodos largos de exoneración.

CDEYC: Willy del Pozo señaló que esperaba una inafección permanente al I.G.V.

P. C.: Eso es difícil, muy difícil. Ese es un mensaje que lo examinan los lectores, los editores, los sectores culturales y nadie va a discutir que el libro es un gran vehículo de educación, de entretenimiento, para mejorar la calidad de las personas, la libertad y demás. Pero al final, el libro es un producto y, como tal, tiene que tener algunas beneficios, pero que sean de forma permanente es difícil lograrlo, porque una ley se aprueba en el ámbito político y legislativo.

CDEYC: Si se pudiera cumplir esta inafección, ¿qué retos se deben superar?

P. C.: Durante estos años el sector, la Cámara del Libro, el Ministerio de Cultura y el Congreso han podido hacer un trabajo consensuado y eso hay que valorarlo, porque esta ley ha sidos preparada por varias personas durante mucho tiempo y se ha logrado tener un diálogo con el Estado, algo que no ocurría hace un buen tiempo en el sector. Antes se había hablado, básicamente, de asuntos que no estaban tan alineados con los objetivos que se tenían como sector. El principal desafío va a ser continuar un desafío con las autoridades de los órganos del Estado para lograr las mejores medidas para nuestro sector. Por mucho tiempo, eso no lo hemos tenido. En este momento hay un trabajo articulado, los congresistas saben que hay un sector que está organizado y que se cuenta con interlocutores que hablan por nosotros. Mantener ese diálogo me parece lo más importante. A veces cuando las personas pasan, las relaciones se cortan; lo que significa empezar de cero. Para cualquier cosa que venga en el futuro, mantener un diálogo permanente con el Ejecutivo, con el Legislativo, sí es un desafío. Por mucho tiempo eso no lo hemos tenido, y eso se reflejó en que las leyes no recogían las necesidades del sector. Allí está el verdadero desafío.

CDEYC: Mencionas que desde hace un tiempo se está planeando esta ley. ¿Cómo ha sido todo este proceso?

P. C.: Convocar una mesa de diálogo ha demorado unos cuatro años, más o menos. Se invitó a los actores de sector, se llegaron a juntar los equipos del Ministerio de Cultura, de la Cámara Peruana del Libro, algunas bancadas del congreso anterior. Se hizo el trabajo de recoger a varios de estos actores que conforman el sector, y cuando ves los objetivos que tiene esta ley en su primera página, recoge las necesidades de varios de ellos. Allí sí hubo un gran avance porque se ha podido llevar a una norma las necesidades de varios actores que necesitan medidas para que su trabajo se asegure, exista, y que puedan tener actividades que los sostengan en el tiempo. En la anterior ley, eso no se hizo. Ahora sí se ha hecho un gran consenso, a diferencia del pasado.

CDEYC: Se sabía desde el año pasado que se venía una nueva Ley del Libro, porque la anterior ya vencía, ¿cómo esperaba el sector editorial esta nueva ley? 

P. C.: Si te fijas en las iniciativas que se han dado, las prórrogas y las extensiones que ha habido, sí se esperaba que haya una nueva ley. Nunca se han negado a apoyar a un sector tan importante como el del libro en el Perú. La expectativa de todos era —la extensión se iba a aprobar, no sabíamos por cuanto tiempo— que se pongan en la norma varias medidas que sí iban a ayudar a varios factores. Genera optimismo para el futuro ver que hay incluidas medidas para los bibliotecarios, para los editores, algunas para los autores, mediadores de la lectura, entre otras. Se veía con expectativa porque esto iba a traer financiamientos o incentivos ante los cuales podían acceder todos los actores del sector. En el futuro van a seguir participando de estos incentivos que han sido muy exitosos, que hasta el momento han sido las ayudas para los actores, las premiaciones, la compra o renovación de colecciones anuales en bibliotecas. La principal consecuencia de esta ley es que vamos a beneficiarnos todos los actores del sector a través de programas que ahora están en la norma. Antes eran iniciativas que se lograban a través del Ministerio de Cultura, pero no estaban en una norma. Con la ley, ahora, hay mecanismos e incentivos para que todos los actores se beneficien.

Es importante valorar que hay una ley consensuada que beneficia a varios actores. Parece que todo el mundo estaba esperando más a extensión tributaria, pero eso, como te digo, por cuestiones políticas y legislativas es difícil. Entonces, hay que aprovechar lo que ya está en la ley para beneficio del sector.

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