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Autoedición, ¿solución para publicar (bien)?

Escribe Dante Antonioli

La impresión por demanda, la posibilidad de tercerizar algunos servicios y de publicar por medios digitales sin ningún mediador editorial hizo que muchos escritores decidieran inclinarse por la autoedición. Si bien esto puede reducir el costo de inversión que los autores nuevos deben pagar por sus primeras obras, es posible que cobre factura en la calidad de la publicación.

Hace algunos años, en diversos sitios de internet aparecieron los primeros anuncios que nos invitaban a «publicar nuestros propios libros». A través de acuerdos en línea, procedimientos de carga de archivos y pagos con tarjeta de crédito, los autores de diversos contenidos podían solicitar ediciones de sus libros a empresas que se encargaban de la impresión (por demanda, la mayoría de las veces, lo cual era una gran ventaja para evitar grandes stocks) y del posterior envío al domicilio del autor.

Con el tiempo, algunas de estas empresas incorporaron servicios de edición, corrección y/o diseño de portadas y, más recientemente, la opción de incluir contenidos de autores independientes en sus propios catálogos, ofrecerlos en versión digital en sus plataformas de venta y gestionar el pago de derechos o comisiones a sus autores.

Sin duda, esta modalidad de edición generó una mayor oferta de contenidos de autores que no lograban publicar a través de las editoriales de mayor alcance y presupuesto, cuyos exigentes procesos de evaluación y selección o por su propia política editorial dejaban de lado estas propuestas o, sencillamente, porque no les interesaba incorporarlas.

Publica tu propio libro, pero…

Sin embargo, luego de revisar varias opciones de este servicio alternativo, identificamos algunos riesgos que son muy importantes de mencionar:

Excesivos errores de redacción y ortografía

Algunos de los servicios disponibles imprimen los archivos tal cual son recibidos; es decir, sin la correspondiente revisión o corrección de estilo, redacción y ortografía. En efecto, siendo un servicio de impresión y no de edición, es obvio que este problema aparezca. Parafraseando el antiguo mensaje de los programas informáticos «what you see is what you get», en este caso tendríamos algo como «se imprime lo que se recibe».

Contenidos parcial o totalmente plagiados de otros contenidos

De igual forma, al no pasar por un proceso de edición o publicarse sin el amparo de una editorial o un editor, es inevitable que algunos (o muchos, no sabemos) «autores» de contenidos que se publiquen bajo esta modalidad incorporen como propios (originales) algunos contenidos que pertenecen a terceros. Y dado que la existencia de un libro impreso nos puede hacer pensar que se trata de una edición formal, que cumple con todos sus procesos, no siempre percibimos o detectamos esta infracción al derecho de autor que, en muchos países, es un delito.

Errores u omisiones en el manejo de citas y referencias

La organización e incorporación de citas y referencias es fundamental en publicaciones científicas y académicas. Son la base de la discusión que sostiene las investigaciones y le da solidez al marco teórico. El Comité de Ética en Publicaciones (COPE) considera que errores y omisiones en las citas y referencias de una publicación son causales para sospechar de plagio y sugiere un proceso bastante claro para impedirlo. Sin embargo, como ya se mencionó, imprimir sin editar genera este riesgo, inevitablemente.

Contenidos, imágenes o ilustraciones de terceros incluidos sin autorización

No basta con citar correctamente todos los contenidos que son de otros. En la mayoría de los casos es necesario contar con la debida autorización de sus propietarios. Algunas veces, esta autorización requerirá de un pago o se otorgará por un plazo específico. Nuevamente, un correcto proceso de edición detectará y evitará este riesgo.

La calidad de muchos contenidos es cuestionable

Debemos tener mucho cuidado con esta afirmación. Si bien, para la protección del derecho de autor de cualquier contenido original, no importa si este es bueno, malo, exitoso o un fracaso comercial; en determinados temas y especialidades, debemos tener mucho cuidado con la validez y el soporte académico, científico o de investigación de sus contenidos. No se puede impedir que un autor «autopublique», de ninguna manera, pero los lectores sí pueden elegir qué leer y qué descartar.

Claro que sí, publica tu propio libro, pero hazlo bien.

Es ideal que los autores de contenidos originales tengan la posibilidad de publicar sus contenidos bajo distintas modalidades (impresión convencional offset, por demanda, en formato digital (sea streaming o downloading), en espacios libres o gratuitos, etc.). Sin embargo, para pensar en la autoedición, o «autopublicación», debemos tomar en cuenta lo indicado anteriormente y, de ser posible, lo siguiente:

Identifiquemos y elijamos un servicio que brinde un servicio integral; no solo la impresión o publicación digital. Además, que incluya el proceso de revisión y corrección, con identificación y eliminación de los riesgos mencionados. Adicionalmente, si nuestra versión en formato de procesador de textos pasará por un proceso de diagramación, tendremos un producto bien presentado, con la tipografía y jerarquías correctas, correctamente organizado. Si, adicionalmente, este servicio incluye diseño gráfico de carátulas, gráficos e ilustraciones, mejor aún, pues lograremos una publicación de calidad profesional, limpia y sin cuestionamientos.

Es cierto que muchas veces se argumentan razones económicas y de costos para no contratar estos procesos. Sin embargo, ¿nuestra reputación no lo vale?


Dante Antonioli

Economista por la Pontificia Universidad Católica del Perú, ha seguido cursos de postgrado en edición (UNESCO), evaluación de proyectos y planeamiento estratégico (BID). Se ha desempeñado como editor académico durante más de 25 años y como gerente comercial de Pearson Educación entre 2012 y 2021. Es docente de Derechos de Autor y Gestión Editorial en la Escuela de Edición de Lima. Es consultor en temas editoriales y planeamiento estratégico para diversas organizaciones, ha participado en diversos congresos, foros y debates sobre el libro y la lectura en Perú y América Latina. Por encargo del Congreso de la República del Perú, participó de la revisión de las autógrafas de las leyes del libro de 2003 y 2020. Es autor de Derecho de autor para autores y editores (EEL, 2019) y de artículos que han aparecido en diversos medios de Hispanoamérica.

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