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Daniel Cassany: «Más que decir correctamente, deberíamos preguntarnos qué es escribir adecuadamente, o escribir para ser eficaces».

Entrevista de Talía Chang

Escritor, lingüista, filólogo y educador, Daniel Cassany se ha dedicado a investigar el discurso escrito y sus finalidades. Sus libros tratan sobre cómo escribir de manera adecuada diferentes tipos de texto y qué ocurre en el proceso de comunicación, tanto desde el emisor como la forma en que este mensaje se decodifica. Es autor de libros como Describir el escribir: Cómo se aprende a escribir (Paidós, 1989), La cocina de la escritura (Anagrama, 1993), Tras las líneas: Sobre la lectura contemporánea (Anagrama, 2006) o En_línea: Leer y escribir en la red (Anagrama 2007).

Conversamos con él acerca de su nuevo libro, El arte de dar clase (según un lingüista) (Anagrama, 2021), así como de la importancia que tiene actualmente la comunicación escrita en una época donde los medios digitales han cobrado más importancia que nunca.

Sus libros suelen ir por los temas de escribir e interpretar la escritura. ¿Por qué ahora optó por escribir sobre enseñar?

Aparte de investigador, soy docente. Entonces tengo algunos libros dedicados a la educación, a la educación lingüística, no solo he publicado acerca de la escritura[1]. Tal como cuento en la introducción del libro nuevo, cuando empecé a dar clases buscaba libros para aprender a enseñar y había poco o nada que me resultara atractivo sobre el tema, por lo que este libro también es uno que me habría gustado encontrar para entonces. En este momento de mi vida supe que ya tenía los conocimientos y la orientación adecuados para poder escribir sobre el tema. Y también surgió la oportunidad de hacerlo, así que la aproveché. 

El libro va dirigido tanto a docentes que están empezando, como a aquellos que ya tienen experiencia, más que nada porque la forma de aprender y de enseñar han cambiado mucho.

Sí, porque también ha cambiado nuestra forma de vivir, así como el tipo de conocimientos que tenemos, las posibilidades de las personas para acceder a ellos. El libro tiene contenidos sobre cómo se enseña en contextos digitales, sobre la enseñanza en línea usando las distintas plataformas y la red, pero también incluye muchos conocimientos y destrezas de toda la vida, que se utilizan también en la enseñanza cara a cara ―que esperemos regrese cuando se acabe el virus, y estoy convencido de ello, porque es mucho más fructífero y placentero que enseñar y aprender a distancia—.

El libro contiene una sección específica de cómo trabajar con las tecnologías, cómo dar clases en línea, etc. Hay reflexiones al respecto. Y, en principio, es para todo el mundo. Algunos colegas míos, que son profesores experimentados como yo, me han dicho que les ha gustado y que han encontrado ideas allí, de modo que también resulta útil para profesores en ejercicio que ya no son novatos. Pero, en principio, está dirigido para comenzar desde cero. De ese modo, el libro tiene la sección del primer día, el «primer primer día», del primer año en que se ejerza como docente. Desde este punto de vista se escribe el libro.

¿Le parece que la pandemia ha cambiado la forma de tomar en cuenta la expresión escrita, considerando que muchas veces se toma como una actividad separada de lo cotidiano y se ha concebido, más bien, como una actividad académica o profesional?

La escritura también era privada, personal, antes que llegara la pandemia o incluso la tecnología. La gente se escribía cartas por correo. Yo guardo una bonita colección de cartas que escribió mi padre durante la Guerra Civil Española y que conservó toda su vida, y también tengo algunos cuadros de postales de inicios del siglo XX que se enviaba la gente joven para declararse, para desearse amor, felicidad, para felicitar el cumpleaños. De modo que la escritura siempre ha sido útil en áreas personales. Lo que ha ido cambiando es la manera de usarla y sus valores, dependiendo de las profesiones, los objetivos y las posibilidades. Ahora la utilizamos más porque somos una comunidad más letrada y porque hay tecnologías que permiten utilizar la escritura de muchas maneras.

Pero las tecnologías van cambiando. Usamos mucho la comunicación oral en línea. Podemos hacer videollamadas, enviar podcasts, enviar mensajes de voz en WhatsApp. De modo que oralidad y escritura se mezclan. Y lo normal es lo que tenemos ahora. Es más habitual escribir para decir después lo que se ha escrito, que hablar para transcribir y después publicar por escrito. Las tecnologías se van mezclando sin problema, y funciona bien. Es una cuestión de elección de cada uno y depende también de los medios.

¿Qué es, en realidad, escribir correctamente?

A simple vista sería escribir con las normas de gramática vigentes, pero es un objetivo muy pobre. Más que decir correctamente, deberíamos preguntarnos qué es escribir adecuadamente, o escribir para ser eficaces, para convencer, para gustar, para, de algún modo, informar de manera clara las cuestiones relevantes. Con gramática, esto se puede conseguir, pero se necesitan más cosas aparte de corrección. La gente piensa mucho en «este texto es incorrecto». Sí, vale, de acuerdo. Pero lo importante, además de ser correcto, es que sea significativo, que diga algo interesante y que se entienda fácilmente. Todos estamos demasiado obsesionados con la gramática, con la ortografía, y creo que es un nivel básico; hay que ir más arriba, hay que buscar otras cuestiones de fondo, como, por ejemplo, decir las cosas de manera significativa, de manera relevante, con ejemplos que se puedan entender con un nivel de lenguaje adecuado que conozca el lector, entre otras cosas.

¿Qué podría decirles a las personas que están llevando cursos de expresión escrita o para mejorar su redacción?

Están estudiando algo muy útil, porque cada vez se escribe más. Incluso con las nuevas tecnologías o las tecnologías orales, cada vez se va a utilizar más la escritura para planificar. Asimismo, yo estoy aquí porque escribí un libro. De modo que escribir sigue siendo muy relevante, porque nuestra comunidad es alfabetizada, letrada, es una comunidad escrita.

Por otro lado, escribir también es una actividad muy compleja, es una de las actividades más complejas que hacemos las personas. Por este motivo, es muy lógico que haya que estudiarlo, y no se acaba de estudiar, constantemente estás aprendiendo a escribir de distintas formas porque también van cambiando los géneros y las tecnologías para escribir. Yo les daría a estas personas mucho ánimo, pues están aprendiendo una herramienta de trabajo que les va a resultar muy importante en la vida.


[1] También escribió Taller de textos: Leer, escribir y comentar en el aula (Paidós, 2006). Su intención es ser un manual práctico destinado a los docentes que trabajan con textos en clase.

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