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A diez años de la partida de Ernesto Sabato

Escribe Juan Molina

Con obras como El túnel y Abaddón, el exterminador, es uno de los exponentes principales de la novela psicológica en Latinoamérica. El día de hoy se cumplen diez años desde su muerte.

Ernesto Sabato es uno de los escritores más sobresalientes de la literatura latinoamericana del siglo XX. Ganó diversos galardones nacionales como el gran premio de la Sociedad Argentina de Escritores (1974) y distinciones literarias internacionales como el Premio Cervantes en 1984 o el Premio Jerusalén de 1989. También fue presidente de la Comisión Nacional Sobre la Desaparición de Personas durante el gobierno de Raúl Alfonsín; con ella, se encargó de investigar el paradero de las víctimas no halladas a causa de la dictadura militar.

La literatura no fue su primera profesión, pero lo atrapó mientras se preparaba como físico en París, donde estuvo rodeado de grandes representantes del surrealismo como Óscar Domínguez, Benjamin Péret, Roberto Matta Echaurren o Esteban Francés, con quienes creaba cadáveres exquisitos bajo la tenue luz de un bar durante sus veladas. Con motivo de la primera década de su fallecimiento, presentamos cuatro obras que debes leer sobre este importante autor argentino.

El túnel (Revista Sur, 1948)

La primera de sus novelas aborda la mente de un hombre consternado por la presencia de María Iribarne, a quien asesina. Sabato tocó la puerta de muchas editoriales antes de poder publicar esta obra que, incluso hoy, sigue siendo analizada desde el psicoanálisis, la filosofía y la sociología. La obra fue publicada gracias al apoyo del nobel Albert Camus.

Sobre héroes y tumbas (Compañía General Fabril Editora, 1961)

Esta novela se hubiera vuelto cenizas si no habría intervenido Matilde, la esposa de Ernesto. La novela contiene tres historias paralelas que sumergen al lector en los conflictos íntimos de sus personajes, quienes se desenvuelven entre una serie de crisis sociales que revelan la postura más filosófica del autor. La novela se publicó en 1961 e inmediatamente lo llevó al reconocimiento internacional, cuando el escritor tenía cincuenta años. El editor, Jacobo Muchnik, recibió un «diploma» de parte de Sábato donde se lee: «Por cuanto don Jacobo Muchnik tuvo el loco valor de aceptar Sobre héroes y tumbas sin leerlo, por tanto, Ernesto Sabato lo propone miembro de número de la sociedad de editores esquizofrénicos».

El escritor y sus fantasmas (Aguilar, 1963)

Es una de las más importantes obras ensayísticas de Sábato. En ella se reflexiona sobre el ejercicio de la escritura. A modo de prólogo, la obra inicia con una «Explicación», donde Sabato menciona: «¿por qué, cómo y para qué se escriben ficciones? Innumerables veces me he formulado yo mismo estas preguntas, o me las han formulado lectores y periodistas. Y en cada una de esas ocasiones he ido haciendo conciencia de esas oscuras motivaciones que llevan a un hombre a escribir seria y hasta angustiosamente». En esta obra se desarrolla, entre los muchos temas que toca, el concepto de novela total, necesario para comprender cabalmente la estética del Boom Latinoamericano.

Abaddón, el exterminador (Sudamericana, 1974)

Es la más experimental de sus novelas, en la que confluyen el análisis filosófico, la crítica literaria y la denuncia social. Dentro, se combinan magistralmente hechos autobiográficos y ficcionales escritos de forma fragmentaria; lo que refuerza el tópico principal de la obra: el caos reinante en la Argentina de los setenta producido por una serie de crisis socioeconómicas y políticas nacionales, y diversos conflictos internacionales como la Segunda Guerra Mundial o la guerra de Vietnam.

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