Existen distintos tipos de texto según su finalidad, que depende del mensaje que busca transmitir.
El lenguaje escrito sirve para comunicar ideas, exponer puntos de vista o para entretener y encandilar a un grupo de lectores. Por ello existen diferentes tipos de textos, que tienen finalidades específicas de acuerdo al mensaje que buscan transmitir y al género al que pertenecen. Esta clasificación sirve, entre otras cosas, para organizar la búsqueda de información y el contenido, así como para enfocar los esfuerzos hacia una meta en particular. A continuación, los tres tipos de textos que más se emplean.
Texto narrativo
Relata hechos que ocurrieron con personajes, ya sean de ficción o no ficción. A pesar de que existen varios tipos de novelas o cuentos, en esencia, la narración es una sucesión de acontecimientos. Se trata de un evento que ocurre en determinada forma donde uno o varios sujetos se transforman a partir de una serie de acontecimientos. Esta modalidad discursiva está presente tanto en el ámbito cotidiano como en el ficticio. Otra de sus características es que emplean el lenguaje de manera estética; este no sirve únicamente para exponer ideas o describir hechos, sino también para provocar emociones o crear imágenes.
Ejemplo: Novelas, cuentos, fábulas, novelas, crónicas.
Texto expositivo
Busca presentar, de forma objetiva y clara, un fenómeno de la realidad. Elaborar un escrito de esta naturaleza significa exponer ―valga la redundancia― la objetividad del tema. Este tipo de textos se pueden organizar cronológicamente, por orden de importancia, en comparación y contraste, por relación causa-efecto, entre otros. Además, en muchos casos es necesario dar ejemplos y datos para avalar la hipótesis presentada al inicio.
Ejemplo: Libros de texto, artículos de divulgación, textos científicos.
Texto argumentativo
Este tipo de textos se centran en que el receptor del mensaje considere o apoye las opiniones, juicios valorativos, posturas ideológicas o perspectivas estéticas que se le presenta. La argumentación requiere de un análisis basado en hechos verídicos, la presentación de información pertinente y varios ejemplos, de manera que el emisor del mensaje tenga el soporte necesario para sustentar la idea que quiere argüir.
Ejemplo: Artículos de opinión, críticas, textos publicitarios, ensayos.
