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Cuidado con el uso indebido de los contenidos de otros

Columna de Dante Antonioli

El hecho de encontrar contenidos en internet o lanzarlos en plataformas digitales no implica que estén eximidos de derechos de autor. Los casos presentados a continuación demuestran precisamente las repercusiones de tomarlos así.

En mi anterior columna ¿Cuánto hemos plagiado?, publicada en diciembre del 2020, compartí algunos ejemplos de uso indebido de contenidos de terceros que se utilizan al elaborar otros y utilizarlos como si fueran propios.

En dicha oportunidad, subrayamos el concepto «fines de lucro» para precisar lo que no puede utilizarse sin autorización. En particular, hoy deberíamos usar el término «monetizar», referido a aquello que se sube a redes sociales y plataformas, cuya actividad permite que el propietario de la cuenta que sube el contenido reciba un pago por las visualizaciones, likes, seguidores, o por la cantidad de veces que es compartido con otros a través de los mismos espacios.

La mayoría de los usuarios no sabe o no se informa sobre las implicancias de lo anterior, lo que convierte a esta práctica en algo masivo, común, «normal». Ocurre a todo nivel, con todo tipo de contenidos, con distinto nivel de formalidad y, en algunos casos, con alcance ilimitado (véase, más adelante, el caso de Ariana Grande).

Sin embargo, lo que está «normalizado» no necesariamente es legal. La legislación peruana (lo hemos afirmado varias veces) considera como delito diversas modalidades de plagio (Código Penal, artículo 219) y estas pueden ser sancionadas hasta con ocho años de cárcel, sin importar el beneficio económico obtenido.

Hoy nos encontramos frente a un océano de posibilidades de uso indebido de contenidos. Veamos algunos para entender el alcance que este puede llegar a tener.

God is a Woman, de Ariana Grande

En 2018, el pintor y escultor ruso Vladimir Kush denunció a Ariana Grande por utilizar en el video de su clip God is a Woman el concepto visual de su obra Candle (1998) para construir una escena de vídeo (00:01:09 al 00:01:14) que, a la fecha de la denuncia, contaba con 197 millones de vistas en YouTube (al 13.06.21 tiene 333.5 millones), sin considerar las vistas y reproducciones en otras plataformas (Spotify, YouTube Music, Apple Music, etc.).

Más allá de la denuncia y las negociaciones posteriores a esta, lo que queremos dejar en claro es que la producción de Ariana Grande convirtió a una imagen que le pertenecía a un tercero en un concepto visual y la utilizó sin autorización y sin el debido reconocimiento en diversas plataformas con un alcance de decenas de millones de vistas en contadas horas/días. No importa que el fragmento de vídeo tenga una duración de 5 segundos*, la infracción existió. Es muy difícil de creer (y demostrar) que se trató de un caso de «creatividad coincidente».

Somos libres, seámoslo siempre, de Mario Hart

En mayo de 2021, el fotógrafo Francisco Medina denunció en su cuenta en Instagram a Mario Hart, personaje popular de la televisión peruana, por el uso no autorizado de una fotografía suya en la portada del último single de Hart, Somos libres, seámoslo siempre. Si bien existe una nueva versión de la portada, la versión original consideraba la imagen de Medina, utilizada sin su autorización.

Si bien Hart pidió disculpas por el inconveniente, resolviendo el problema al modificar el diseño y eliminar la fotografía bajo reclamo, este caso mostró con claridad lo que mencionábamos en párrafos anteriores: no hay conocimiento de las limitaciones para el uso de contenidos de terceros. El diseñador, según las notas periodísticas, informó a Hart, luego del reclamo, que «había tomado la foto de la cuenta de Instagram del fotógrafo», pero no consideró el alcance y los inconvenientes de su decisión.

En la actualidad, la canción tiene unas 430 mil vistas en YouTube y un número no determinado de reproducciones en Spotify; no es posible saber cuántas vistas o reproducciones logró alcanzar hasta el momento en que la portada fue modificada.

Nadie sabe para quién trabaja

En 2018, la banda Radiohead denunció a Lana del Rey por copiar acordes de su tema Creep (1993) en su canción Get Free (2017). En 1993, Radiohead había sido denunciado por The Hollies porque Creep tenía acordes similares a los de The Air That I Breath (1989). Posteriormente, Radiohead planteó una demanda a Sam Smith porque en Midnight Train (2017) se habían cometido los mismos «errores» que en Get Free.

La solución en cada caso fue distinta. El caso de Creep es el más interesante pues la sentencia obligó a Radiohead a incluir a los compositores Albert Hammond y Mike Hazlewood de The Hollies en los créditos de la canción. En Get Free, comentarios no oficiales indican que Radiohead cobrará un porcentaje de las regalías por dicha canción. El caso de Midnight Train no ha trascendido.

Existen muchos casos de plagios o supuestos plagios en la música, y eso tal vez se deba a que muchos de ellos dependen del «juicio de expertos» para determinar que lo son, generando largos procesos judiciales o extrajudiciales.

La razón por la que este artículo no ha considerado ningún caso de textos o de autores involucrados en distintas modalidades de plagio, es para mostrar que el uso indebido no ocurre solamente en el campo editorial; el uso extendido de herramientas digitales en línea, plataformas de contenidos, redes sociales y otras aplicaciones, ha permitido que esta situación se generalice, prácticamente, a todo tipo de expresión creativa. Así como exigimos respeto, respetemos los derechos de los demás.


Dante Antonioli

Economista por la Pontificia Universidad Católica del Perú, ha seguido cursos de postgrado en edición (UNESCO), evaluación de proyectos y planeamiento estratégico (BID). Se ha despeñado como editor académico durante más de 25 años y como gerente comercial de Pearson Educación entre 2012 y 2021. Es docente de Derechos de Autor y Gestión Editorial en la Escuela de Edición de Lima. Es consultor en temas editoriales y planeamiento estratégico para diversas organizaciones, ha participado en diversos congresos, foros y debates sobre el libro y la lectura en Perú y América Latina. Por encargo del Congreso de la República del Perú, participó de la revisión de las autógrafas de las leyes del libro de 2003 y 2020. Es autor de Derecho de autor para autores y editores (EEL, 2019) y de artículos que han aparecido en diversos medios de Hispanoamérica.


* En 2018, el grupo alemán Kraftwerk ganó una demanda al compositor Moses Pelham por el plagio de 2 segundos de un segmento percusivo de su canción Metall uf Metall , grabada en 1997 por Sabrina Setlur.

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