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Más allá del Plan Lector

Es estas semanas, con una Ley del Libro prácticamente estrenada y que cuenta con nuevas perspectivas, se ha hablado acerca de cómo afectará a la lectura. El escritor y promotor cultural Javier Arévalo nos habla sobre la importancia de la lectura, su fomento para el desarrollo del país y el Plan Lector.

El fomento a la lectura es uno de los principales objetivos que todo país debe tener en cuenta para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Gracias a la lectura se desarrolla la concentración, el sentido crítico y se fortalece la libertad creativa. Por ello, la realización de proyectos que se enfoquen en su desarrollo es de vital importancia para la actividad cultural nacional.

Tuvimos la oportunidad de conversar con Javier Arévalo, escritor de amplia trayectoria y uno de los iniciadores del Plan Lector. El Estado debe «formar un sujeto que desee leer, o que sepa hacerlo, y desee la experiencia y el beneficio que le da leer», nos dice, por lo que la promulgación de la nueva Ley del Libro a inicios del mes ha sido un gran avance para la formación de ciudadanos con estas características. También nos señala que en la anterior ley del libro, la atención estuvo centrada en los beneficios económicos y tributarios que ella ofrecía para editoriales e importadoras de material bibliográfico. Por su parte, los lectores beneficiados bajo este marco legal eran personas selectas que contaba con los recursos suficientes para desarrollar este esencial hábito. En contraposición, la actual ley permite el desarrollo de todos los agentes que participan en la cadena de producción de la industria.

Arévalo reconoce que el camino para lograr un cambio sustancial en el fomento de la lectura es largo, y en este se encontrará una gran variedad de problemas.

Javier Arévalo: «En lo cultural, el Mincul no tiene ninguna orientación política. Hacen actividades, pero no hay una guía definida».

Arévalo reconoce que el camino para lograr un cambio sustancial en el fomento de la lectura es largo, y en este se encontrará una gran variedad de problemas. Entre las dificultades ―que se deben solucionar por parte del Estado― está la entrega de tablets sin una estrategia que permita su adecuado uso. En ese momento saltan a la luz las siguientes preguntas: «¿Qué libros has conseguido?, ¿qué bibliotecas virtuales has contratado para que los niños puedan acceder a alguna lectura?». Esto evidencia la falta de un mayor interés por parte de las instituciones encargadas de fomentar la lectura.

Otro problema a resolver, en el corto plazo, es el del Homo videns —este término acuñado por Giovanni Sartori que representa a «una criatura que mira pero que no piensa, que ve pero que no entiende»—. Si bien el escritor dice que esto es un síntoma global, también destaca que el problema en el Perú «es que no [se] desarrollaron las habilidades y destrezas necesarias, el vocabulario necesario para poder leer algo de profundidad». En este sentido, la cercanía de ambos problemas (las tablets y el Homo videns) se han vuelto un mal cada vez más incontenible que alejan a los niños de regiones apartadas de su derecho a la lectura.

Arévalo hace mención a la importancia de las bibliotecas y realiza serios cuestionamientos acerca del concepto que se tiene de ellas en el Perú. De acuerdo con él, la idea de una biblioteca se ha ido desvirtuando por varios factores, entre los que destacan la falta de interés de las autoridades, los grupos de poder hegemónicos y la carencia, por mucho tiempo, de un verdadero sistema de bibliotecas. A esto, añade que el Plan Lector no debió ser entendido como un sinónimo de leer únicamente obras literarias, sino que es una estrategia pedagógica para fomentar el hábito y el gusto a la lectura. Por ello, lo que permitirá el desarrollo completo de un buen Plan Lector es la inclusión de lecturas con corte científico y de divulgación.

Y es que la promoción de la lectura no debe ser simplemente hacer pequeñas actividades, sino que estas tengan un objetivo claro y a largo plazo. Para ello, brinda algunos consejos a los jóvenes interesados en la promoción de la cultura y gestión de proyectos. Si deseas conocer cuáles son estos consejos, te invitamos a leer la entrevista que le hicimos en el siguiente enlace: Javier Arévalo: «En lo cultural, el Mincul no tiene ninguna orientación política. Hacen actividades, pero no hay una guía definida».

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