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Cuatro libros del «más allá»

Ante lo inevitable del final de la vida, en estas novelas se especula sobre la naturaleza de la muerte y cómo es el mundo fuera del plano terrenal.

Si hay algo que todos los seres humanos sabemos es que vamos a fallecer. Este inevitable destino ha sido estudiado desde diversos campos del conocimiento. La literatura lo ha empleado como insumo durante siglos y en todas las sociedades para comprender su naturaleza, aceptar su llegada, lidiar con lo que ocurre cuando nuestros seres queridos se van o si existe otra realidad después de su llegada. 

Desde la cultura y cosmovisión en la que se identifican mejor, los siguientes autores buscaron comprender para qué sirve la muerte, qué ocurre en el universo de los muertos y, a partir de aquí, trazar una idea sobre lo que es la vida y cuál es el sentido de ella. 

Pedro Páramo, de Juan Rulfo (1955)

Edición de RM, 2005.

Juan Preciado va a buscar a su padre a Comala, un pueblo donde todos están muertos. Juan Rulfo reelabora el universo de los muertos como un lugar caliente, donde casi no hay aire, y las personas cumplen su condena por todas las maldades que cometieron en vida. Se dice que esta obra arrancó el género de realismo mágico, y actualmente forma parte de la lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX, del periódico El Mundo.

Rosa Cuchillo, de Oscar Colchado (1997)

Edición de Alfaguara, 2009.

Rosa Wanka recorre distintos parajes de la sierra peruana y de los tres mundos de la cosmología andina ―kay pacha, qqhu pacha y hanaq acha― buscando el alma de su hijo Liborio, reclutado por Sendero Luminoso. En el inframundo, es guiada por su perro Wayra, quien la protege y le advierte de los peligros de este viaje. Oscar Colchado mezcla oralidad, mitología y narración en esta novela que recorre el mundo de los vivos y el de las almas, ambos atravesados por el terror de la guerra interna de esos tiempos. 

Las cinco personas que encontrarás en el cielo (The Five People you Meet in Heaven), de Mitch Albom (2003)

Edición de Hyperion Books, 2003.

Eddie tiene 83 años y ha trabajado casi toda su vida en un parque de atracciones de una pequeña ciudad en Estados Unidos. Un día cualquiera, fallece salvando a una niña de un accidente con una montaña rusa. El cielo no es el paraíso que imaginaba, sino un lugar donde se encontrará con cinco personas que determinaron el curso de su vida de alguna u otra manera. Cada una de ellas lo lleva a recordar pasajes de su vida, y le obligan a reflexionar sobre el sentido de su existencia.

Las intermitencias de la muerte, de José Saramago (2005)

Edición de Alfaguara, 2005.

Como en muchos de sus libros, Saramago inventa una situación hipotética y la lleva al extremo. En este país anónimo, y en un tiempo que no se menciona, a partir de la medianoche del 1 de enero nadie muere. La gente celebra su victoria contra este destino que siempre se creyó inevitable, y disfrutan de su nueva inmortalidad. Mientras tanto, los filósofos, científicos y autoridades religiosas tratan de entender por qué esto ocurrió, y la Iglesia católica pasa a sentirse amenazada por el suceso, ya que pone en duda uno de los principales fundamentos de su dogma, que es la muerte y resurrección de Jesucristo. La muerte es un personaje más que evoluciona a lo largo de la novela.

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