El docente de Análisis Lexicosemántico explica algunos puntos clave de este curso, en el que se enseña cómo usar de manera crítica el diccionario y se estudian las palabras desde su significado más básico para aplicarlas de manera precisa.
Dictado en el segundo módulo del Curso Integral de Corrección de Estilo, el curso de Análisis Lexicosemántico busca introducir al estudiante en la reflexión sobre el significado de las palabras en la lengua. Esto implica, principalmente, familiarizarse con el diccionario, una de las herramientas principales que ayudan al corrector de estilo en su trabajo.
El diccionario es un libro que genera respeto en la mayoría de las personas, debido a su tamaño y a la imagen otorgada en la educación regular como objeto que posee todas las respuestas. Sin embargo, la lengua cambia todo el tiempo, y con mayor velocidad que aquellas normas que la regulan. Con esto en mente, un curso como Análisis Lexicosemántico resulta crucial en la formación de futuros correctores de texto, ya que les permitirá no solo ser hábiles y certeros a la hora de emplear el diccionario, sino también emplear su propio criterio cuando se vean enfrentados a elegir entre términos pertinentes para cada situación según su contexto, e incluso a cuestionar las reglas cuando sea necesario.
Agustín Panizo, el docente a cargo de este curso, brinda algo de luz acerca de la importancia de este curso en la formación de un corrector de estilo.
¿Cómo se estudia a los diccionarios dentro del curso?
Exploramos, en primer lugar, el origen de este objeto, cómo surge en las sociedades occidentales, para luego comprender su profunda naturaleza como producto lingüístico. Después, conocemos la gran diversidad de diccionarios que existen y buscamos desarrollar, con este tipo de objeto, un vínculo no subordinado sino empoderado; que nos permita usarlo con confianza e inteligencia. Promovemos un uso activo del diccionario.
Luego de esto, incursionamos en el análisis semántico del significado léxico de las palabras, para lo cual exploramos los componentes más pequeñitos del significado de una palabra. Esto nos permite ser hábiles y agudos usuarios de ellas, capaces de encontrar siempre la palabra precisa, la más pertinente según el contexto de uso. El curso termina con una mirada general sobre el léxico del castellano a partir de una clasificación tradicional.
Siempre se ve al diccionario, a la enciclopedia y al «español correcto» en un espacio alejado de la cotidianidad. ¿Por qué le parece que esto ocurre?
Desde pequeños hemos sido formados en una relación de subordinación al diccionario, viéndolo como un objeto perfecto, como un libro que nunca se equivoca, como el libro que guarda, reúne y representa la corrección en el uso de la lengua. Ese vínculo es poco sano, porque no es empoderado, y no sitúa al diccionario como lo que verdaderamente es: una simple herramienta para el uso de la lengua. Pero no tiene por qué reducir, limitar nuestro uso ni crear una inseguridad sobre nuestra propia performance lingüística. Lo que se propone en el curso es el cambio de este vínculo a uno más real, entre hablante y herramienta.
¿De qué manera se beneficiará un estudiante de corrección de estilo con los contenidos de su curso?
Los correctores de estilo son trabajadores de la lengua, del conocimiento que tienen de ella. Este conocimiento no puede quedarse estancado, necesita crecer en amplitud y precisión, y en este curso se brindan las herramientas para ampliar y hacer más agudo este conocimiento de la lengua. Buscamos que los estudiantes inicien un proceso que los convierta o afiance su proceso hacia ser usuarios versátiles de la lengua, donde su creatividad y capacidad de decisión sobre el lenguaje nunca estén limitadas, sino que se encuentren mejoradas y potenciadas.