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Clarice Lispector: cien años del no estilo

Clarice Lispector nació un 10 de diciembre hace cien años. Su obra  y su vida se dibujan como una sola entidad: cambiante, nómade y siempre buscando la pertenencia y la felicidad.

Escribe Talía Chang

Lispector nació con el nombre de Chaya Pinjasovna Lispector en Ucrania el 10 de diciembre de 1920. Sin embargo, su familia tuvo que huir de los movimientos antisemitas que procuraban acabar con los judíos durante la guerra civil de ese país. Se refugiaron en la actual Moldavia y, luego, llegaron a Bucarest. Desde esta ciudad, la familia consiguió la documentación para viajar a Brasil. Inicialmente se asentaron en Alagoas, pero poco después se mudaron a Pernambuco. Todos tuvieron que cambiarse los nombres, así fue como ella se convirtió en Clarice.

Aunque su familia hablaba ruso, Clarice eligió escribir en portugués. Envió varios cuentos a la sección de contribuciones infantiles del Diario de Pernambuco, pero estos los rechazaban: mientras las historias de los otros niños eran narraciones, los textos de la joven Clarice solo describían sensaciones: su estilo, o su «no estilo» como algunos críticos describen su forma de escribir, se iba perfilando desde muy joven.

Su obra se suele calificar como irreconocible, inclasificable e incalificable. Su marca es la torsión de la escritura. Su estilo lírico se relaciona con procesos emocionales y mentales. Los personajes hacen observaciones, apreciaciones y presentaciones de situaciones distintas de la vida. Ella no analizaba los estados mentales de sus personajes, sino que los mostraba directamente. Los presenta conflictivos y con una interioridad que los vuelve universales. Esto se ve en A hora da estrella (José Olympio Editora, 1977), traducida como La hora de la estrella (Siruela, 1977), cuya protagonista es una joven que se muda a Río de Janeiro con la esperanza de encontrar una esquiva felicidad. La novela explora la desigualdad social, el sueño de una mejor vida y los obstáculos de una sociedad machista.

La hora de la estrella. Siruela, 1977

Otro de sus libros más destacados es A maçã no escuro (Livraria F. Alves, 1961), traducido como La manzana en la oscuridad en 1974 por Editorial Sudamericana. En ella nos encontramos con Martim, un hombre que está seguro de haber asesinado a su esposa. El miedo lo hace huir al desierto más árido de Brasil. Su acto criminal y consecuente alejamiento hace que se vea a sí mismo por primera vez, como una página en blanco.

La manzana en la oscuridad. Siruela, 2014.

Finalmente, recomendamos la lectura de Donde se enseñará a ser feliz (Siruela, 2016) un volumen recopilatorio de diversos tipos de escritos y entrevistas que brindó Lispector durante su vida. Dentro, podemos encontrar algunos de sus cuentos más emblemáticos, entrevistas, crónicas y ensayos periodísticos.

Donde se enseñará a ser feliz. Siruela, 2016.

Clarice Lispector falleció el 9 de diciembre de 1977, en Río de Janeiro, a causa de un cáncer de ovario. Su muerte también pareció sacada de la ficción: no pudo ser enterrada al día siguiente porque era sábado y, además, su cumpleaños. Tuvieron que esperar hasta el domingo 11 de diciembre de 1977. Su biblioteca personal y archivo de sus manuscritos, correspondencia y otros están disponibles en la Fundación Casa de Rui Barbosa y el Instituto Moreira Salles, ambos en la ciudad donde falleció. Sus restos se encuentran en el cementerio de Cajú.

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