Escribe Leyles Rubio León *
Emplear moldes en torno a la comunicación de las marcas no dará los mismos resultados. Las organizaciones pueden aplicar estos consejos de manera abierta, de acuerdo a sus realidades. No obstante debe imaginar a su audiencia, entender sus sentimientos. De esa forma sus historias brindarán una experiencia más completa, intensa y participativa.
1. Encuentra la esencia de la marca. Su reason why
El intangible más importante, lo que hace que sea única a la marca. El porqué de lo que ofrece. Es decir, la propuesta de valor para la sociedad. El propósito de sus productos o servicios.
2. Escoge temas que sean cotidianos
Toda historia trata temas de fondo. Es importante que lo tengamos en cuenta. Seleccionar un tema y desarrollarlo hará que estas sean más profundas o más interesantes. Aquí algunos tópicos: la vida, la salud, el miedo, el futuro, entre otros.
3. Identifica a los héroes del relato
Los personajes son vitales en el storytelling. Suscitan interés cuando ejecutan planes o al momento de alguna acción. Dada la coyuntura, se podría tomar como protagonistas a los empleados o clientes de la empresa, o a los profesionales que está en la primera línea de defensa —doctores, enfermeras, militares o policías—.
4. Narra a partir de una estructura
La secuencia de las acciones debe seguir un orden. Esto permitirá mantener la atención del relato. Si bien existen distintas variables en la estructura, en estos tiempos debemos optar por el arco clásico: introducción, desarrollo, clímax y conclusión. Que una historia sea simple no significa que sea banal.
5. Las peripecias dan vitalidad
En una buena historia, los personajes deben resolver problemas. El journey captará la atención conforme las crisis se intensifiquen. La peripecia debe ser tan compleja que permita fracasos en cualquier momento.
6. Redefine los mensajes
Debe abarcar un contenido relevante y de interés. Inclusivo, coherente y sencillo. La clave de toda historia radica en la verosimilitud. Ello permitirá que sea entendible y fácil de recordar. La base concreta, única y sorprendente podrá ser compartida.
7. Da un enfoque transmedia, adaptable a cualquier plataforma
Hay que crear historias que cubran un abanico amplio de formatos. Adaptable en el ámbito social (WhatsApp, Facebook, blogs), online (web, newsletter, ebooks, aplicativos), papel (revista corporativa, memorias, infografíá), multimedia (videos, podcasts.), entre otros. El contenido debe trasladarse a través de diferentes soportes y desde diferentes puntos de vista.
8. Monitorea las métricas
Las historias deben medirse para ver si están entregando el resultado esperado. Esto ayudará a identificar si la narración está generando clientes o ventas. Analizar las estadísticas permitirá pilotear o amplificar los mensajes en tiempo récord.
9. Microexperimenta
Si hay un hábito que debe sumarse en las comunicaciones es el de hacer pequeños ensayos . Si un elemento del storytelling funciona mejor que otro —un personaje, la peripecia—, hay que decidir el cambio rápido. La velocidad importa.
10. Fomenta la participación y diálogo
Las historias generan fidelización. El consumidor debe sentir que la marcas están de su lado, que aligeran su vida y tienen mucho para ofrecerle. Un beneficio que va más allá del producto o servicio per se. Los mensajes deben aportar valor, y fomentar la participación de los públicos, generando comunidad y conexiones en torno a la marca.
Leyles Rubio León: Nació en el Callao en 1986. Tiene estudios en marketing, comunicación y responsabilidad social para empresas multinacionales y un diplomado de Creatividad Literaria de la UTP (Panamá). Es autor del libro Bailando descalzo por Madrid (2016) y algunos cuentos divulgados en diversas antologías, revistas y publicaciones digitales. Enseña talleres de escritura, storytelling, comunicación y cursos de liderazgo y maneja un sello para servicios editoriales llamado León de Abril.