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Juan Rulfo: En boca de todos

Con algo más de un centenar de páginas, el escritor mexicano logró impresionar al mundo entero y, desde su debut, renovó por completo la forma de hacer literatura.

Un día como hoy, 7 de enero, hace 35 años, el escritor de El llano en llamas (1953), Pedro Páramo (1955) y El gallo de oro (1980) dejó este mundo. La profundidad y el impacto que estas tres obras causaron fue suficiente para que destacadas figuras del ambiente literario lo admiraran, tanto como para seguir hablando de él —quien solía decir poco.

Hubo en Rulfo dos personas: el autor de aquellas historias soberbiamente construidas que había asimilado de manera astuta y sutil la lección de los grandes narradores: de Joyce a Faulkner, de Proust a Virginia Wolf. De otro lado, el hombre humilde, provinciano, medio perdido y sonámbulo en la gran urbe y la vida moderna, enfermo de nostalgia y soledad.

Mario Vargas Llosa.

El escrutinio a fondo de la obra de Juan Rulfo me dio por fin el camino que buscaba para continuar mis libros, y que por eso me era imposible escribir sobre él, sin que todo esto pareciera sobre mí mismo; ahora quiero decir, también, que he vuelto a releerlo completo para escribir estas breves nostalgias y que he vuelto a ser la víctima inocente del mismo asombro de la primera vez.

Gabriel García Márquez

Los temas que trató Rulfo no han dejado de tener una importancia capital. Vemos la dolorosa actualidad de sus temas en relatos como “Paso del Norte” (de El llano en llamas), que termina en una balacera en la que los migrantes arriesgan su vida. Este tipo de historias cobran relevancia en tiempos de Donald Trump.

Juan Villoro

Juan Rulfo tiene una visión única, los personajes que narra son poderosos. Hay que leerlo para saber cómo desarrollar personajes, lo leo antes de calentar motores para escribir.

Werner Herzog

Rulfo emplea términos del castellano viejo conservados por el campesino y fundidos con palabras que ha deformado a su modo, fundidos en una sintaxis que requiere del genio para hacer de ella un medio de expresión tan poderoso o más que el castellano culto que tiene siglos al servicio de la invención humana.

José María Arguedas

Rulfo no crece hacia arriba sino hacia adentro. Más que hablar rumia su incesante monólogo en voz baja, masticando bien las palabras para impedir que salgan. Sin embargo, a veces salen. Y entonces Rulfo revive entre nosotros el procedimiento de ponerse a decir ingenuamente atrocidades, como un niño que repitiera las historias de una nodriza malvada.

Elena Poniatowska

Me considero un drogadicto de la página en blanco como lo fuera el propio Juan Rulfo, que se negó a escribir más de lo estrictamente necesario.

Nicanor Parra

La novela de Rulfo no sólo es una de las obras maestras de la literatura mundial del siglo XX, sino también uno de los libros que más influyó a otros en este siglo.

Susan Sontag

A través de Pedro Páramo, podemos encontrar en el hilo que nos conduce a la nueva novela latinoamericana y a su relación con los problemas que plantea la llamada crisis internacional de la Novela.

Carlos Fuentes.

Gracias a Pedro Páramo entré en el maravilloso bosque de la literatura latinoamericana. Averigüé que Rulfo había influido en García Márquez, así como en algunos otros escritores de su generación.

Tahar Ben Jelloun

Pedro Páramo, en concreto, me paraliza, quizás porque leerlo fue una experiencia literalmente extraordinaria, parecida a la que tenemos cuando un sueño es tan intenso —más intenso que la vida— que acaba convirtiéndosenos en incomunicable para los demás.

Enrique Vila-Matas

Juan Rulfo dijo lo que tenía que decir en pocas páginas, puro hueso y carne sin grasa, y después guardó silencio.

Eduardo Galeano

Encuentro de Jorge Luis Borges con Juan Rulfo en México, 1973.

Jorge Luis: Imagínese, don Juan, lo desdichado que seríamos si fuéramos inmortales.

Juan: Sí, verdad. Después anda uno por ahí muerto haciendo como si estuviera uno vivo.

Jorge Luis: Le voy a confiar un secreto. Mi abuelo, el general, decía que no se llamaba Borges, que su nombre verdadero era otro, secreto. Sospecho que se llamaba Pedro Páramo. Yo entonces soy una reedición de lo que usted escribió sobre los de Comala.

Juan: Así ya me puedo morir en serio.

Conversación entre Juan Rulfo y Jorge Luis Borges en 1973

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