Un día como hoy, en 1893, nació uno de los poetas rusos más relevantes de comienzos del siglo XX, iniciador del llamado futurismo ruso y defensor de la revolución soviética de 1917.
Su entusiasmo por el futurismo, en sus primeros años como poeta, impregnó sus versos con temas relacionados a la inquietud de la vida moderna, así como el dinamismo y la velocidad con la que se mueve el mundo. Los poemas La nube en pantalones y La flauta vertebral son ejemplos claros de ello.
Sin embargo, a partir de 1915, su lírica viró a un corte más intimista. De hecho, varios de sus trabajos estuvieron dedicados a Lilia Brik, su pareja en aquel entonces. En 1920, Mayakovski se dedicó por completo a promocionar la ideología bolchevique por el mundo.
Su obra se caracteriza por contener mordaces críticas hacia la sociedad de su tiempo. Y es que Mayakovski también fue dramaturgo y se encargaba de que sus piezas teatrales tuviesen esa carga emocional que calase en el espíritu de los espectadores. Por ejemplo, en la obra teatral La Chinche de 1929, ridiculizó a la burguesía de su época, en concordancia con sus ideales políticos y sociales.
Influencia en el plano literario

La figura de Mayakovski es admirada en la escena literaria, debido a la leyenda forjada en torno a su vida y su suicidio en 1930, el cual sigue sin esclarecerse. El escritor español Juan Bonilla rescata la figura del poeta en su novela Prohibido entrar sus pantalones, en donde narra la intensa vida de Mayakovski desde su irrupción en el futurismo hasta su muerte.

Por otro lado, el narrador italiano Antonio Tabucchi, en su obra Sueños de sueños, relata un posible sueño de Mayakovski durante su último mes de vida, en el que se mezclan características importantes de su trayectoria, como su afición política y su obsesión por las máquinas.