*Foto de portada: Editorial Colmillo Blanco
Christian Reto estudió periodismo en la Universidad San Martín de Porres. Ha escrito para las revistas Caras, Asia Sur, y el diario El Comercio. También ha sido editor de libros, guionista de cortos y videos empresariales. Además, formó parte del área de prensa de la Cancillería del Perú. En el año 2015, publicó el libro de cuentos Jesús, el político. Matalisuras (Editorial Colmillo Blanco) es su primera novela y se presenta el jueves 1 de septiembre a las 8:00 p. m. en el Delfus Bar.
¿Cuál consideras que es el hilo principal a lo largo de esta novela?
Matalisuras es una distopía policiaca. Aunque convergen muchas subtramas y puntos de vista, la batuta de las acciones la tienen los integrantes de un programa de televisión que se ha propuesto «destruir» a algunos candidatos a la alcaldía de Lima. La batalla del programa contra esos políticos improvisados es una especie de resistencia de la prensa tradicional. Pues, toda Lima ha sido absorbida en un sistema avalado por el gobierno que permite a los ciudadanos convertirse en reporteros que denuncien casos de delincuencia a través de una app. A la vez, el programa rivalizará con otro show, un reality, que busca al candidato perfecto. Así, la trama nos lleva al punto de vista de los investigadores del programa de televisión y su conductora, Ivana Valladares, quienes también deberán lidiar con problemas emocionales, personales y morales.
¿Cuál consideras que fue el motor que te ha llevado a realizar este trabajo?
Toda distopía, por muy sci-fi que sea su trama, se alimenta del aquí y el ahora. George Orwell no hubiera podido escribir 1984 si no hubiera visto las manipulaciones del gobierno soviético de Stalin. Matalisuras debería entenderse como una crítica a esta sociedad mundial que podría llamar «videocracia». El video manda. Y no solo porque estemos pegados a una pantalla, sino porque nuestra personalidad se altera. Nos estamos convirtiendo en personajes, y es posible que vivamos en actitud «performática» todo el tiempo sin darnos cuenta. De alguna manera, trato de reírme de ello, por eso a la novela le sumo una manga de políticos que compiten en un reality. En mi historia, los políticos alcanzan un nivel de producto prefabricado. Los congresistas y aspirantes a algún cargo público deben ser las personas que más saben sobre cómo entenderse con una cámara.
Tú eres periodista, ¿crees que la literatura te permite acercarte a la realidad desde otra perspectiva?
Pues, sí y no. La literatura ya es una realidad alterna. En ella no voy a encontrar nada real. Leo mucha ficción, y entiendo que se queda en ficción. Incluso, lo que consideramos real no es tal porque nuestros recuerdos son ya ficción. Digamos que tienes una cita con alguien, pero tu contraparte la recuerda de diferente manera y te dice: «No tuviste intención de dejarme en mi casa». Y tú dirás: «No, fuiste tú quien no quise irse conmigo». Con esas dos versiones la realidad queda en duda. Ahora bien, como dije en la pregunta anterior, la literatura sí es una apreciación particular de la realidad. Pero como lectores nunca accederemos a la realidad del autor porque el que lee soy yo, y lo leeré desde mi realidad. Entonces, la literatura no es más que una extensión del yo. El libro es un artefacto, y siempre será una extensión del cuerpo o del alma. Solo hay que saber elegirlo. ¿Prefieres que tu extensión sea un celular, un control remoto o un libro? Depende de ti.