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Clemencia Granados: «Espero que mi caso sea el primero de muchos y que, en cinco o diez años, haya muchas sagas distópicas, de ciencia ficción o de literatura romántica juvenil».

*Foto de portada: Clemencia Granados

Clemencia Granados es abogada y escritora. Estudió Derecho en la Universidad de Lima y ha trabajado en los campos del derecho minero y ambiental. Este año, publicó su primera novela Pangea, un espía en el Palatino (Cross Books). Se ha presentado en la Feria Internacional del Libro de Lima y en el festival de literatura juvenil Kokoro Book Fest. 

Entrevista de Gabriela Pretel

Tú estudiaste Derecho, ¿en qué momento decidiste enfocarte a la creación literaria?

La carrera de Derecho dura seis años y, luego, hice mi tesis en dos años. El desarrollo de la tesis jurídica y la forma en la que se estructura el proyecto de investigación, toma un año y medio. Esto me hizo pensar en un proceso de estructuras a largo plazo; en vez de ser una tesis jurídica, que sea una novela. Dije: «Si lo hice una vez, lo puedo hacer dos veces». No tenía mucho tiempo, por lo que avanzaba un poco lento. Pero mi motivación fue ver que, si pude hacer una tesis, podía repetir ese mismo proceso con una obra.

¿Crees que ambas carreras se complementan? 

Yo creo que sí están conectadas. Aparte de haber estudiado Derecho, yo siempre leí muchísimo desde muy pequeña. Leía más los libros que me gustaban a nivel personal, que los que me pedían para la universidad. Nunca dejé que la carrera me separara del gusto por la lectura. Siento que, en el aspecto metodológico, el crear un horario de trabajo y la organización, es muy parecido. Cuando resuelves un caso de derecho, tienes que ver cómo lo vas a enfocar antes de redactar un informe. El proceso de creación de una obra es lo mismo. Tienes que crear el mundo, la estructura y los personajes antes de sentarte a escribir. Me entrenó para ir generando costumbres que, al momento de escribir una novela, se me hizo mucho más fácil.    

Este año publicaste tu primera novela, Pangea, de ciencia ficción. ¿Qué te llevó a explorar este género?  

Pangea es una novela distópica futurista. También, se le puede catalogar como fantasía; hay personas que le dicen ciencia ficción. Pero como los protagonistas tienen alrededor de veinte años, se le llama literatura juvenil. Como he leído tantas veces en mi vida, sentía mucha curiosidad por ver cómo yo podía escribirla. Mientras más lees, te inspiras. En mi caso, que no he estudiado literatura o escritura creativa, fue explorar cómo otras personas habían estructurado sus novelas respecto al tema. Más que nada he leído novelas históricas, misterios policiales y distopía fantástica; aunque quiero ampliar mi rango de géneros. En un futuro, me gustaría escribir una novela histórica.   

Estuviste como invitada en la Feria Internacional del Libro de Lima y, recientemente, en el Kokoro Book Fest. ¿Cómo es la conexión con los lectores de novelas juveniles?

Cuando terminé Pangea, solo la había leído yo y un grupo pequeño de personas. Luego, firmé con Grupo Planeta y la habían revisado los editores. Pero había sido muy reducido. Cuando se publicó, estuve nerviosa. A la Feria Internacional del Libro de Lima va mucha gente, sobre todo la prensa. Es todo muy grande. Ha sido increíble ver la recepción del público que suele leer novelas juveniles o distopías. Son personas que se emocionan mucho. Fue sorprendente ver los mensajes que me enviaban a las redes sociales.

Pero he notado la diferencia. En la FIL, como recién se había publicado y era mi primer libro, muchos lectores se sentían atraídas por la portada, o vieron la presentación y les interesó. Eran personas que lo iban a leer por primera vez. En cambio, en el Kokoro Book Fest y, ahora, en la Feria Ricardo Palma, los asistentes han leído la novela. Es un enfoque totalmente diferente. Recibo mensajes por Instagram preguntándome cuándo va a salir la segunda parte. Incluso, hay personas que me comentan que mi libro les ha inspirado para comenzar a escribir. Mientras más pasa el tiempo, la experiencia se vuelve más personalizada y es más entretenido estar en contacto con las personas.   

Pudiste estar en contacto con otras escritoras del rubro. ¿Cómo fue esta experiencia?  

En la Feria del Libro, me presentó Ximena Renzo, una escritora peruana de literatura juvenil. En el Kokoro Book Fest, conocí a varias autoras, pero son extranjeras; entre ellas estaban Angie Ocampo de Colombia y Lily del Pilar de Chile. La gran mayoría de ellas vienen de boom de Wattpad. Cuando fui al festival, pude notar que muchas de las personas del público las conocen desde que escribían en internet. En esa plataforma, tienen millones de visualizaciones. Es increíble. Al hablar con las lectoras se establece una conexión personal. Comenzaban leyendo a las escritoras desde el celular y, años después, ellas habían firmado con editoriales importantes como Planeta. Lo que me gusta de todo este fenómeno es que son escritoras jóvenes y latinoamericanas. A pesar que yo era nueva, todos fueron muy amables y receptivos. Las personas que les gusta este tipo de novelas tienen mucha energía.    

¿Crees que en el Perú se están abriendo las puertas para que haya una literatura juvenil local?

Yo creo que sí. Espero que mi caso sea el primero de muchos y que, en cinco o diez años, haya muchas sagas distópicas, de ciencia ficción o de literatura romántica juvenil. Pienso que va a haber sorpresas el próximo año. Este boom recién está comenzando y la pandemia ha impulsado el gusto por la lectura.

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