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Editorial Fitzcarraldo

De dimensiones pequeñas en comparación con los grandes conglomerados ingleses que la rodean, Fizcarraldo ya tiene a dos premios Nobel en su catálogo.

Uno de los logros más importantes para una editorial es tener una identidad que se reconozca con facilidad. Fitzcarraldo logra esto con muy pocos elementos ―es más, solo con dos colores―: azul para ficción, blanco para no ficción. Pero este no es el único mérito de esta pequeña editorial independiente. Jacques Testard, su director editorial, ha logrado llenar un espacio poco explorado en la industria de los libros en el Reino Unido. Y como si fuera poco, tiene a dos premios Nobel como parte de sus autores.

La idea de la editorial Fitzcarraldo inició el 2011, cuando Testard (París, 1984) fundó la revista literaria The White Review, que buscaba ser «un espacio para que la nueva generación se exprese sin las ataduras de la forma, tema o género». Luego de un tiempo de llevar esta publicación, se dio cuenta que muy pocas editoriales en el Reino Unido se animaban a tomar riesgos con literatura traducida. De esa manera, el 2014 inició editorial Fitzcarraldo, con la idea de publicar libros contemporáneos innovadores e imaginativos que aborden temas importantes para el mundo actual y expandan las posibilidades de las formas de escritura. «Fitzcarraldo nace de darme cuenta de que muchos de los libros y autores que nos interesaba publicar en The White Review no estaban publicados en el Reino Unido», afirma Testard en una entrevista[1].

El nombre de la editorial viene de la película del mismo nombre dirigida por Werner Herzog (1982). En ella, se cuenta la historia de un hombre que busca hacer una ópera en la selva. De acuerdo con Testard, armar una editorial se puede equiparar en excentricidad y aparente inutilidad a la empresa del protagonista de la película: «como arrastrar un barco de vapor de trescientas veinte toneladas para cruzar un cerro lodoso en la jungla del Amazonas».

Fitzcarraldo se hizo más conocida cuando Svetlana Alexiévich ganó el premio Nobel en 2015. Gracias a su instinto, Testard apostó por comprar sus derechos en inglés cuando todavía no era muy conocida. Esto parecería una coincidencia, pero luego ocurrió lo mismo con Olga Tocarczuk, ganadora del Nobel en 2018.

Sobre los huesos de los muertos (Fitzcarraldo Editions, 2018). Traducción de Antonia Lloyd-Jones.
Tiempo de segunda mano (Fitzcarraldo Editions, 2016). Traducción de Bela Shayevich.

Los autores hispanohablantes que conforman su catálogo son el español Agustín Fernández Mallo, el chileno Alejandro Zambra y los mexicanos Paul Preciado y Fernanda Melchor. Entre los autores angloparlantes están Claire-Louise Bennett, Kate Briggs, Brian Dillon y Keith Gessen.

La aparente falta de uniformidad es clave, dice Testard. El catálogo se siente contemporáneo, pero al mismo tiempo apuestan ser atemporales. «Me parece que estamos tratando de publicar libros que perduren, que encuentren a sus lectores con el tiempo, que puedan convertirse en futuros clásicos».


[1] https://www.letraslibres.com/mexico/cultura/fitzcarraldo-una-editorial-que-parece-publicar-desde-el-futuro

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