Este 9 de enero, se cumplen 100 años del fallecimiento de la escritora neozelandesa Katherine Mansfield. A lo largo de su carrera literaria, cultivó la novela corta y el cuento breve, convirtiéndose en una de las autoras representativas del género. Entre sus obras más conocidas figuran las colecciones de cuentos Felicidad (1921), La casa de las muñecas (1922), El nido de las palomas y otros cuentos (1923) y el volumen póstumo Algo infantil y otros cuentos (1924).
Nacida como Kathleen Beauchamp el 14 de octubre de 1888, perteneció a una familia socialmente prominente de origen colonial de Nueva Zelanda. Desde muy joven, demostró dotes para la escritura y para la música. Por ello, junto a sus dos hermanas, fue a estudiar al Queens’ College de Oxford. Durante su estancia en Londres, conoció a su primera novia, Ida Baker, una pieza fundamental en su obra.
La vida desordenada y bohemia llevaron a Mansfield a enamorarse de Garnet Troweel, quien la abandonó al enterarse que estaba embarazada. Ante la desesperación, Katherine recurre a su madre. Esta decide llevarla a un balneario alemán, en donde la escritora sufrió un aborto. Al regresar a Londres, su carrera literaria también tuvo sus altibajos, teniendo una crítica dividida. A pesar de ello, sus libros circularon en la industria editorial británica y fueron solicitados dentro del mercado europeo. La vida de Katherine Mansfield se apagaría a los 34 años, a causa de una tuberculosis. Murió el 9 enero de 1923 en Francia.
¿Por qué leer a Katherine Mansfield?
Katherine Mansfield es considerada como una de las cuentistas más importantes del siglo XX. Cronológicamente perteneció a la generación conformada por escritores como James Joyce y D. H. Lawrence, quienes liquidaron el conformismo victoriano. Sin embargo, ella representa una ruptura con literatura de la época. Es comparada con Anton Chejov por haber decidido enfocarse en la sutileza del comportamiento humano. Al igual que Virginia Woolf, con quien mantuvo una relativa amistad, Mansfield quería describir la vida cotidiana y las relaciones sociales en las clases medias.
La narrativa de Katherine Mansfield demostraba la capacidad por fijarse en los detalles triviales de la vida cotidiana, los cuales tenían un significado relevante para la escritora. Sus cuentos parecen fotografías borrosas que retratan a los personajes en su esencia y fragilidad. Los personajes femeninos fueron una pieza clave debido a que son los que dieron sentido a su obra. Estos representan la lucha contra sí mismos y la sociedad que les rodea. Asimismo, abordó los temas como el romance, la vejez, el aborto, la soledad y las diferencias entre las clases sociales, especialmente durante la infancia.