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Louise Glück se queda sin pretextos

En los últimos días, diversos medios han difundido el malestar que se ha dado en la editorial Pre-Textos, que conduce Manuel Borrás, por la decisión que ha tomado el agente de Louise Glück, «el Chacal» Andrew Wylie, de no seguir con ellos para las traducciones en castellano de la reciente nobel. Pre-Textos —que cuenta con El iris salvaje, traducido por el recordado poeta peruano Eduardo Chirinos— había apostado con ella durante catorce años, a pesar de las pocas ventas reportadas. Esta situación nos muestra una moneda con dos caras: en una el negocio económico que representa el mundo editorial, y en otra la fidelidad poética ante el primer encuentro. Compartimos con ustedes las opiniones de Guillermo Rivas, Julio César Zavala, Alessandra Tenorio, Arthur Zeballos y Julio Isla.

Guillermo Rivas — propietario de Book Vivant y Books & Co.

Esto muestra la función de las agencias literarias que tienen una impronta de comercio literario más allá de todo parámetro o regla posible de funcionamiento armónico. Les interesa más un proceso de venta a largo plazo y no tanto el desarrollo de los derechos de esta poeta. No creo que ella tampoco no lo sepa. Esto da un poco de pena porque Pre-Textos es una editorial muy buena y maravillosa, lleva años haciendo esfuerzos para publicar mucha poesía. Nadie la hubiera podido publicar a ella si no fuera por ellos. Ahora le tocaba a ella devolver esa apuesta. Quitarle los derechos es, verdaderamente, un golpe bajo.

Julio César Zavala — propietario de Escena Libre

Es una pregunta que tiene muchas aristas. En el sentido de que el agente editorial de la ahora premio Nobel, «el Chacal» Wylie, cumple su trabajo buscando el beneficio de su representando. Del otro lado tenemos una editorial que ha apostado por publicar a una poeta, casi toda su obra los últimos catorce años. Y en el medio tienes a las transnacionales, que son los que sin lugar a duda adquieren los derechos de esta autora por el dinero que están dispuesto a pagar. Entonces vemos toda una cadena, donde se aprecia la concentración editorial por parte de las transnacionales que en tiempo récord tendrán que traducir la obra de esta poeta, ya que los derechos de las traducciones los tiene la editorial. Entonces vemos cómo el pez grande se come al pequeño y las fidelidades hacia un sello que apostó por la autora son absorbidas por los intereses del agente editorial y sus relaciones comerciales.

Alessandra Tenorio — poeta y docente

Es interesante esta polémica en nuestro medio, porque nosotros no nos movemos a través de un agente literario. Leer una noticia como esta en primer plano, puede hacernos creer que la autora sea totalmente desleal. Como señalan, no es Louise Glück quien ha decidido quitarle los derechos sino el agente, y más en una escritora de su talla, que desde antes del Nobel ya tenía su obra traducida en diversos idiomas. Recordemos que para ganar el Nobel tienes que estar traducido al sueco, tienes que tener una obra que se mueva en Suecia y que esté traducida por una editorial con cierto renombre. Los autores de este tipo se mueven bajo el criterio de que un agente se encarga de administrar su patrimonio bibliográfico. En ese sentido, es interesante que se hable de una «traición». En las notas que he leído, hablan de la existencia de una especia de pacto entre los agentes y las editoriales con las cuales tienen este sistema de traducción. Desde mi punto de vista, yo creería que si hubo una traición a un pacto implícito y ético. Esta editorial apoyó a Glück cuando no era conocida. Recuerdo mucho la noticia donde afirmaban que solo habían vendido 200 libros para una autora como ella. Si bien la poesía no es muy consumida, ese sigue sin ser un gran número. En ese sentido, no fue una decisión acertada. Debieron apostar por continuar con esta editorial que en su momento lo hizo por ella. Han traducido sus libros por catorce años y denota el esfuerzo de la editorial, a pesar de que las ventas no eran importantes. Me queda presente el comentario del encargado de Pre-Textos al decir que lo más importante para ellos es difundir la literatura. Como ha dicho el editor, Pre-Textos es una editorial confiable y que ha contribuido en difundir la obra de la poeta. Ellos celebraron el triunfo de Glück como si fuese propio.

Arthur Zeballos — director editorial de La Travesía

La relación agente/editor, aunque en apariencia siempre es cordial, implica una gran tensión que muchas veces termina por generar catástrofes. Ambos se arrogan la facultad de buscar LO MEJOR para el escritor, sin darse cuenta que, a veces, el resultado es todo lo contrario. Supongo que este es uno de esos casos. Y supongo también que esto no es más que un problema generado por los números en un cheque. Los agentes llevan en sus bolsos contratos y calculadoras (y está muy bien), mientras que los editores llevan manuscritos y un par de lápices rojos de preferencia. Siendo así, lo mejor sería no involucrar a la nobel Louise Glück y entender que esto no es más que «la naturaleza» de las relaciones humanas en acción. En resumidas cuentas, no lo considero una traición, pero sin duda entiendo el fastidio de Manuel Borras. Yo también lo estaría.

Julio Isla — director de Alastor Editores

De lo poco que sé del asunto es que se trata de una mala práctica de algunos agentes literarios que aprovechando la fama global que concede el Nobel a un autor o autora, olvida a las editoriales que apostaron tozudamente por una poeta cuando era desconocida en el mundo de habla hispana. Hay que tener en cuenta que justamente la publicación de esas traducciones a otras lenguas son las que han contribuido a cimentar el prestigio de un escritor o escritora, fuera del ámbito de su propia lengua, algo imprescindible si estamos hablando del premio literario más importante del mundo. Sería inconcebible creer que un autor o autora podría obtener un premio tan universal sin haberse traducido nunca a otra lengua. En ese sentido, la construcción de un futuro premio Nobel de Literatura la realizan, además del autor o autora, por supuesto, sus traductores o traductoras y las casas editoriales extranjeras que las publican, como es el caso de Pre-Textos. Por eso no es exagerado decir que estas traducciones han sido parte importante del logro universal alcanzado por Glück y, en ese sentido, debe haber un mínimo respeto por ese esfuerzo e inversión de tiempo y dedicación. Por lo menos, que los derechos se mantengan un tiempo prudencial en la casa editora que apostó todo por ella.

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