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Más censura: Es el turno de los cuentos de hadas

Ladybird Books, editorial parte del grupo Penguin Random House, ha contratado los servicios de los «lectores sensibles» para una evaluación a los cuentos clásicos infantiles como La bella durmiente o La Cenicienta

*Foto de portada: Póster promocional de la versión live action de La Cenicienta, producida por Walt Disney Pictures

Muchos críticos adelantaron que solo era cuestión de tiempo. Recientemente, la editorial londinense Ladybird Books, encargada de la publicación de los cuentos clásicos infantiles desde 1860, ha encargado a un comité de «lectores sensibles» especializados en temas de discriminación e identidad para que realicen una evaluación de sus textos. Según el diario The Telegraph, el cual ha venido informando los cambios a las novelas de James Bond y las obras de Roald Dahl, ha adelantado algunas conclusiones a las que han llegado estos lectores de sensibilidad sobre los textos como La bella durmiente, La Cenicienta, entre otros.

Uno de los principales aspectos que han abordado es el aspecto físico de los personajes y las relaciones heteronormativas en los cuentos de hadas. Como bien han señalado, uno de los elementos problemáticos es el predominio de la belleza física por encima de los rasgos de la personalidad. En estas historias las personas más bellas son aquellas que son rubias y tienen ojos azules, lo cual atenta contra la diversidad racial. Sumado a ello, han notado que los personajes obesos y ancianos son los que tienden a actuar como villanos. También, el hecho que los protagonistas sean príncipes y princesas en relaciones heterosexuales es un problema porque no representa las realidades como la homosexualidad o la bisexualidad. Por último, el amor a primera vista tiende a crear idealizaciones tóxicas del enamoramiento.

La censura en la industria editorial anglosajona

Últimamente se ha venido escuchando el término sensitivity readers, o «lectores sensibles», quienes han venido llevando a cabo una labor particular. En Reino Unido, se ha convertido en una costumbre que cada vez más escritores recurran a los servicios de estos colectivos con la finalidad de que sus libros sean totalmente «inclusivos y accesibles», y alcancen los valores «adecuados». Abordar temas controversiales se ha vuelto una tarea complicada, por lo que los autores están en constante alerta de herir las susceptibilidades y que este los arrastre a la impopularidad.

A lo largo de la historia, los libros han desempeñado un rol fundamental en la educación, al ser transmisores de ideas y valores. Sin embargo, el control y la eliminación de ciertas obras literarias de contenido polémico no permitirá que exista un debate entre las personas. La Penguin Random House se ha pronunciado sobre este tema: «No podemos evitar los temas potencialmente perturbadores en nuestros libros justamente porque creemos que solo así pueden contribuir a crear un debate público de calidad en torno a ellos».

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