Aunque esta profesión tiene mucho tiempo de existencia y son requeridos en varios campos, todavía existen supuestos de lo que se trata este trabajo.
Los correctores de estilo son profesionales con una labor poco conocida. Algunas personas piensan que basta con saber manejar bien el lenguaje, otras creen que pueden arreglar mágicamente un texto con una sola leída. Debido a esta ambigüedad sobre su ocupación, hasta el día de hoy siguen existiendo varias confusiones y mitos sobre su labor. En realidad, es un trabajo bastante complejo, y tiene más implicancias de lo que se piensa. A continuación, algunos de estos mitos explicados.
La corrección de estilo y corrección ortotipográfica
La corrección ortotipográfica es aquella que cambia el texto para que no tenga faltas de este tipo. Más que nada, corrige tildes, mayúsculas y minúsculas, palabras mal escritas, comas y puntos. Por otro lado, la corrección de estilo es la que se emplea para dar coherencia al texto. Este tipo de trabajo revisa las redundancias, frases enredadas, cacofonías o el vocabulario empleado, de manera que el escrito tenga mayor fluidez y sea agradable a la lectura.
Un corrector puede trabajar en varios géneros
Un corrector de textos no necesariamente es capaz de corregir una tesis y un manual de autos, o una novela de la misma forma que un informe médico. Existen correctores especializados en temas específicos, aunque esto no significa que no existan correctores que puedan trabajar en varios tipos de texto. es cuestión de preguntar.
La corrección de estilo implica cambiar un texto
El corrector no va a reescribir la obra, el artículo, el ensayo o el informe, sino que la va a revisar y mejorar según lo visto en el primer punto.