En el Día Internacional de la Niña hemos compilado algunas de las pequeñas protagonistas más relevantes en la historia de la literatura, tanto clásicas como contemporáneas.
La literatura es uno de los mejores reflejos de la realidad. En los libros se pueden hallar todo tipo de personajes, desde héroes inspiradores, personas de doble cara, madres, romances complicados y antihéroes. Entre estos, no pueden faltar las niñas o adolescentes que, además de reflejar la realidad de su época, son modelos inspiradores de cómo la personalidad de mujeres fuertes se puede forjar desde muy chicas.
A continuación, algunas de las niñas y jóvenes más impactantes en la literatura mundial y latinoamericana.
Literatura mundial:
Jane Eyre (Jane Eyre, de Charlotte Brontë, 1847)
Aunque la mayoría de la novela transcurre mientras Jane es una adulta viviendo en la sombría casa del señor Rochester, su carácter se moldea por todas las vicisitudes que tuvo que vivir como una niña huérfana. Aunque al comienzo de la novela Jane sufre todos los abusos de la familia de su tío y después en el orfanato, logra salir de estas experiencias con un carácter estoico y una ética de trabajo que forman a la futura institutriz.
Ana (Ana la de las tejas verdes, de Lucy Maud Montgomery, 1908)
Ana tiene un origen similar al de Jane Eyre. Es huérfana, y su historia comienza cuando los hermanos Cuthbert la adoptan por error, ya que pensaban que era un niño. Sin embargo, Ana termina conquistando a los hermanos con su inmensa ternura, su facilidad para empatizar, su explosiva imaginación y aprecio a toda la naturaleza que la rodea.
Las hermanas March (Mujercitas, de Louisa May Alcott, 1868)
Jo, Beth, Amy y Meg son tan distintas entre sí como pueden ser un grupo de hermanas, pero el amor que se tienen enseña que esas diferencias se pueden convertir en ventajas a la hora de superar los desafíos y los ritos de paso que ellas deben atravesar. Como en toda familia de muchos hermanos, no faltan los conflictos y peleas entre ellas, pero, a final, las hermanas se complementan y se enseñan que ninguna forma de ser es más correcta que la otra.
Matilda (Matilda, de Roald Dahl, 1988)
A los dos años, Matilda aprende a leer y escribir sola. A los cuatro años, consigue llegar a la biblioteca local, y devora libros. Con el tiempo, descubre que tiene poderes telequinéticos. Sin embargo, en su casa y en su escuela prefieren menospreciarla y encajarla en un molde. Con la ayuda de su profesora, la señorita Honey, Matilda aprenderá a valorarse a sí misma y a tomar el control de la vida que desea. Este clásico infantil de Roald Dahl es uno de los libros más referenciales para todos los ratones de biblioteca.
Ana (El diario de Ana Frank, 1947)
A los trece años, Ana tuvo que dejar su casa, escuela, gata y amigos atrás para ir a ocultarse con su familia en un pequeño espacio detrás de las oficinas de su padre. En su diario, que ahora es un clásico mundial, reporta la vida diaria de vivir aislada con ocho personas, y todas las tensiones que esto implica. Entre la fuerza que debe tener para afrontar la situación, se pueden ver las preocupaciones clásicas de una adolescente y su capacidad para captar la belleza en esta situación extrema.
Literatura latinoamericana:
Ximena (Ximena de dos caminos, de Laura Riesco, 1994)
Ximena tiene unos cinco años cuando comienza la novela. Vive con sus padres en una mina de Pasco, y a través de la novela vemos con sus ojos todas las vicisitudes que puede tener una niña tan pequeña con respecto al mundo que la rodea, sus cuestionamientos sobre las diferencias entre las personas que habitan su casa, los visitantes y los trabajadores de su padre.
Xóchitl (El mundo sin Xóchitl, de Miguel Gutiérrez, 2001)
Aunque puede ser un personaje algo controversial debido a la relación incestuosa con su hermano, Xóchitl es una niña con carácter fuerte y un gran don de mando, tanto para con su hermano como con las personas mayores que la rodean. No teme buscar lo que quiere hasta el final de sus días.
Claudia (Los abismos, de Pilar Quintana, 2020)
Claudia tiene ocho años y vive con sus padres en un departamento lleno de plantas, que parece una selva. Su vida comienza a voltearse cuando la relación entre sus padres se empieza a resquebrajar, y junto a ella descubrimos todas las grietas que tiene la vida de su madre que la afectarán a ella en el proceso. Claudia aprenderá a contentarse con su nueva realidad y a no esperar más de lo que esta pueda brindarle.