Con 73 años de existencia, esta condecoración se encarga de reconocer una labor que necesita más crédito y atención de la que obtiene.
La docencia es una labor que no recibe el reconocimiento necesario. Sin embargo, esta profesión contribuye no solo a educar a niños y adultos en cuanto a contenidos académicos, sino también en cuanto a valores, actitud frente a la vida y la pasión que se puede entregar a una profesión.
Como una forma de premiar a los docentes más sobresalientes, el Estado Peruano creó la Orden de las Palmas Magisteriales en 1949, con la que se distingue a aquellos docentes o intelectuales que contribuyan al progreso de la educación, la ciencia, la cultura y la tecnología en el Perú. Estos son algunos de los peruanos ilustres que recibieron esta condecoración.
Jorge Basadre (premiado en 1965)
Además de enseñar en centros universitarios y escolares, escribió la Historia de la República del Perú, considerada la obra más relevante de la historiografía peruana del siglo XX. También llegó a ser ministro de educación en dos oportunidades, y director de la Biblioteca Nacional del Perú en el tiempo de su incendio.
Juan Mejía Baca (premiado en 1967)
Su aporte a la cultura peruana fue, principalmente, bajo su labor de editor. Publicó a más de 140 escritores peruanos bajo su propio riesgo, entre ellos Martín Adán y César Vallejo. también editó diccionarios y enciclopedias, como Historia del Perú antiguo, de Luis E. Valcárcel, Diccionario enciclopédico del Perú, de Luis Alberto Sánchez, o las Obras completas de Haya de la Torre. Devolvió las Palmas Magisteriales y la Orden del Sol, recibidos el mismo año, al enterarse que un funcionario del Ministerio de Gobierno de Belaúnde había ordenado la quema de libros considerados subversivos. Sobre esto, defendió su postura con la conocida frase: “Para quemar un libro se necesitan solo dos cosas: un libro y un imbécil”.
María Rostworowski (premiada en 1990)
La historiadora fue famosa por sus estudios sobre las culturas prehispánicas del Perú y el Imperio Inca. Gracias a sus publicaciones que ayudaban a traer luz sobre este periodo de la historia, formó parte de la Academia Nacional de la Historia del Perú en 1979 y directora del Museo Nacional de Historia (1975-1980).
María Reiche (premiada en 1993)
Alemana de nacimiento, Reiche llegó al Perú en 1932 para educar a los hijos del cónsul alemán en la ciudad del Cusco y quedó impresionada por los paisajes andinos. Por sus aportes a la arqueología peruana, especialmente en el descubrimiento de las Líneas de Nazca, el Gobierno del Perú le concede la ciudadanía honoraria y las Palmas Magisteriales.
Julio Cotler (premiado en 2012)
Dedicó su vida profesional en comprender el origen de los problemas estructurales en la sociedad peruana. Su obra Clases, Estado y Nación (1992) busca explicar por qué Perú no ha conseguido convertirse en un verdadero Estado-nación con pleno control sobre su economía y gobierno y reúne casi todos los estudios de su vida.
Asimismo, el gobierno del Perú otorgó esta distinción a varios profesores que lograron ejercer su labor con excelencia durante los dos años más duros de la pandemia del Covid-19. La ceremonia se realizó de forma virtual, y reconoció a cinco profesionales en la categoría Educador, seis en la de Maestro y uno en la categoría Amauta. La ultima es Elsa Doraliza Tueros Way, catedrática de la Pontificia Universidad Católica del Perú; se le entregó la distinción por haber entregado una vida a la educación, incluyendo el año 2020, cuando se tuvo que adaptar al sistema digital.