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Recomendaciones para publicar tu primer libro con un final feliz

Autores decepcionados con las empresas con las que publicaron sus primeros libros, son algo común. Quizá las expectativas son muy altas para los autores, y por otro hay empresas de autopublicación que ofrecen demasiado por desembolsos ridículos. Por eso, hay que tener clara la diferencia entre una empresa de servicios editoriales (ESE) y una editorial tradicional; además hay que ser conscientes de qué se trata una autopublicación, sus riesgos y saber que el éxito no siempre está asegurado. Juan Miguel Marthans, director de la Escuela de Edición de Lima, nos brinda algunos consejos importantes a tener en cuenta.

Por Juan Miguel Marthans

Quizás al leer estas líneas percibas pesimismo, pero es todo lo contrario; es el deseo de que sepas qué esperar y minimizar riesgos. Todo sea para que ese primer libro tenga un final feliz.

Cuidado con quién trabajas.  Siempre es recomendable hacer una búsqueda de antecedentes y ver si la empresa —o la persona— está verdaderamente en posición de cumplir todo lo que te ofrece. Hay muchas empresas de servicios editoriales (ESE) que asumen compromisos que escapan totalmente de sus manos: como colocar a un autor nuevo en todas las librerías y todas las vitrinas, o bien una cobertura mediática en prensa. Una ESE lo más seguro es que tenga poca rotación de mercadería debido a que son autores nuevos, y la ESE no es dueña de los medios como para asumir la responsabilidad de cumplir con una amplia cobertura.

Abre los ojos y siempre duda de las opiniones favorables de una ESE. Si pagas, lo más seguro es que todas las ESE te dirán que tu obra es genial y marcará un antes y un después en la literatura mundial. Si así fuera, arriesgarían como una editorial tradicional. Pero no. Es evidente que tu libro necesitará muchos ajustes, y todo eso es parte del proceso. Más bien, confía en quienes tengan opiniones críticas a tu obra y te den soluciones reales, o bien te digan que lo vuelvas a intentar y que aún no es el momento para publicar tu trabajo. Y, sobre todo, desconfía de las palmaditas en la espalda que llegan acompañadas de un presupuesto sospechosamente económico.

Jamás termines de cancelar por un trabajo que no esté terminado o por salir. Se sabe de ESE que te ofrecen incluso descuentos por «pronto pago» o pagos anticipados. Una empresa que está desesperada por tener caja, lo más seguro es que quiera mover tu dinero para cumplir con compromisos ya demorados de otros autores. Y, así, tendrás que esperar a que lleguen nuevos autores a quienes les dirán lo mismo para que tu libro pueda salir.

Aunque parezcas desconfiado, siempre pide ver el tiraje de los libros. Es común encontrar empresas que hacen tiradas muy por debajo de lo pactado. Esto se pone en evidencia fácilmente, más ahora que hay imprentas que pueden hacer tiradas muy bajas. Si tiras quinientos, seguro te dirán algo así: «Te doy cien para ti y los otros cuatrocientos van a librerías y te voy reportando conforme se vendan». Luego te darás con la sorpresa de que solo está en tres librerías y dejaron cinco ejemplares en cada una.

Nunca aceptes un presupuesto demasiado bajo por parte de una ESE. De hacerlo, es posible que tu libro no salga nunca. El trabajo de producción de un libro no es barato. La mayoría de costos en el trabajo editorial son fijos, por lo que producir un libro nunca será económico. Editor, corrector, diseñador, maquetador… es un equipo grande, y cada uno tiene un presupuesto asignado más allá del tiraje que pactes. Si es económico es porque se están obviando algunos agentes o porque están necesitando caja para, en el mejor de los casos, liberar algún título pendiente.

Evita la imagen de coedición autor-editor. No existe tal cosa. La gente cobra y debe cobrar por su trabajo. Es lo normal. Decirle a un autor nuevo y desconocido y que vive en un país con un mercado cultural contraído que uno va a ganar un porcentaje por la venta del libro… ¿es creíble? ¿Cuántos libros debería venderse para cubrir la inversión de la ESE en edición, corrección, diseño, distribución, marketing, prensa, control de ventas, etc.? ¿Cien o quinientos? Lo único que pasará es que se generará un hueco en el presupuesto que será cubierto con el porcentaje del autor y con lo que se le está cobrando desde un inicio. Luego el autor dirá: «Me deben mis “regalías”».

Goza el momento. Trabajar tus primeros libros debería ser la suma de momentos agradables, de conversaciones, debates, aportes y sugerencias entre el autor y el —o los— responsable del texto. Si percibes indiferencia y un trabajo tan solo a nivel técnico, el texto no se mejorará. La indiferencia y la limitación a las tildes y uno que otro problema de puntuación, no basta para obtener el mejor resultado. Y esta indiferencia, es evidente, se dirigirá también al plano comercial. Lo más gratificante de las primeras publicaciones es pasarla bien y que el libro salga lo mejor posible y digno de tentar suerte con algunos lectores.

Reflexiona acerca de cuál es tu público objetivo. Si crees que el mercado va a responder a un autor nuevo que se está autopublicando, podría ser que funcione. Pero hay que ver cuál es el porcentaje de éxito en estos casos. Pensar que la gente te pedirá autógrafos o te esperará en el aeropuerto, no pasará. Te lo aseguro. Mover un primer libro es un proceso muy lento y que seguro irá de la mano de un segundo trabajo. Y si la ESE no te ha comentado eso, duda. A algunas personas que han escuchado eso argumentan casos de éxito de dos o tres nombres en un océano inabarcable de millones de personas autopublicadas en Amazon. Con ese pensamiento, no habrá final feliz. Los malentendidos estarán al acecho permanentemente.

Agradece a quienes sean sinceros contigo, a los amigos que te hayan leído y criticado, a los profesionales con los que has trabajado, a quienes te han abierto las puertas en algunos medios y en espacios de venta. Así no te guste lo que escuches, agradécelo. En este trabajo, un comentario negativo vale más que cien aplausos. Sé consciente de que tus amigos y familiares son el primer círculo donde circulará tu libro y quienes tendrán en sus manos una importante difusión de tu trabajo. Piensa en que los que no te conocen no tienen ningún interés en tu libro. Y esto me lleva a invitarte a hacerte esta pregunta: ¿Has ido a una librería y comprado motu proprio el libro de un desconocido? Si no lo has hecho, ¿por qué lo tendría que hacer otro por ti? Así que si conoces el caso de alguien que de manera espontánea haya comprado tu libro sin saber quién eres, agradécele más que a todos.

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