El lenguaje corporativo representa a toda una organización. Por ello, es necesario seguir algunos puntos básicos a la hora de enfrentarse a estos textos.
La redacción corporativa es una herramienta que permite la comunicación en el ámbito laboral y empresarial. Esta se emplea cuando se elaboran correos electrónicos, documentos administrativos o informes.
Si bien tiene muchos puntos en común con la redacción general, es necesario tener algunas habilidades específicas, ya que las empresas requieren un tipo de lenguaje particular que mantenga formalidad y refleje los valores de la empresa que el emisor representa. Si te enfrentas a estos textos por primera vez o deseas mejorar en ellos, aconsejamos seguir estos cinco consejos.
- Planifica. Define el tema, la extensión del texto y la estructura. Asimismo, es necesario conocer al público objetivo y la cultura de la empresa: hay que recordar que los documentos se dirigen a toda una organización.
- Apuesta por los mensajes claros. Es mejor redactar para que todo tipo de público entienda con facilidad, sin mayores adornos del lenguaje. Antes de escribir, se recomienda ordenar las ideas.
- Presentar una idea por párrafo. Se recomienda poner la oración principal en primer lugar, y acompañarla de una o dos ideas secundarias que redondeen el mensaje o den contexto.
- No abusar de los incisos. Aunque estos pueden ser útiles, muchas veces afectan la fluidez de las oraciones. En vez de esto, conviene colocar el dato en otra oración, después de un punto seguido.
- Revisar bien el texto. Hay que ver si se entiende el mensaje, y por supuesto corregir alguna falla ortográfica o lingüística. Es necesario ser riguroso en este aspecto, ya que está en juego el prestigio de la organización. No confiarse del corrector automático.