La editorial Puffin Books anunció que retocarán las obras infantiles del escritor británico Roald Dahl por contener lenguaje considerado ofensivo. Por su parte, sus editoriales española y francesa, Alfaguara y Gallimard, han lanzado un comunicado diciendo que los textos del autor no serán retocados. Asimismo, esta situación ha generado una ola de críticas por parte de diversas personalidades políticas y del mundo de la literatura.
El escritor y músico uruguayo Roy Berocay dijo una vez que «en literatura infantil hay que animarse a dejar lo políticamente correcto y a empezar a ser un poco más audaces». Desde inicios de la semana, una noticia ha venido generando un gran debate no solo en el círculo literario, sino también entre los lectores. La corrección política ha llegado a las esferas de los libros infantiles. Este domingo 19 de febrero, se dio a conocer que los clásicos de Roald Dahl serán retocados para eliminar aquellas palabras consideradas «ofensivas» hoy en día. Según lo anunciado por la editorial británica Puffin Books, encargada de la publicación de los libros del escritor, términos como «gordo» o «feo» serán reemplazados y adaptados a los estándares de corrección actuales. El objetivo es que estos libros puedan ser disfrutados por todos.
Uno de los cambios más significativos que se han hecho es en la obra Charlie y la fábrica de chocolate. De ahora en adelante, el personaje Augustus Gloop no será «gordo», sino «enorme». Asimismo, los Oompa Loompas en vez de ser llamados «hombres pequeños», serán «personas pequeñas», sin especificar género. Sin embargo, las correcciones que solo se limitarán a retirar el vocabulario ofensivo. Matilda es uno de los títulos que sufrirá una alteración. La protagonista no leerá a Rudyard Kipling, acusado de racismo, sino a Jane Austen. De igual forma, El superzorro, Las brujas, James y el melocotón gigante y Los cretinos son otros de los libros que serán maquillados.
No todo está perdido
Sin embargo, no todo son malas noticias. El martes 21 de febrero, la editorial Alfaguara se pronunció respecto a lo venía ocurriendo dentro de este panorama. Por ello, decidió lanzar un comunicado en el que informaba que los libros de Roald Dahl no serán retocados en sus ediciones en español, tanto en el territorio español como en el latinoamericano. Por su parte, Loqueleo, sello perteneciente al grupo Santillana, también se ha manifestado que no atenderá ningún tipo de censura. En ese sentido, los agentes de Dahl han sido notificados que sus libros no serán modificados. De igual forma, la editorial francesa Gallimard ha asegurado que no tiene planes de realizar cambios en los textos originales.
Críticas dentro y fuera del Reino Unido
Con lo que ha venido aconteciendo, era inevitable que las personas muestren su posición. Una de las que ha manifestó su descontento ha sido el primer ministro británico, Rishi Sunak, que ha criticado la reescritura de los textos de Dahl. Asimismo, Suzanne Nossel, directora de PEN America, ha señalado que esta revisión de los textos literarios puede significar una peligrosa arma. Al mismo tiempo, afirmó que, si bien lo que se busca es crear obras que no alienten a los niños a crear estereotipos, el problema es que no hay principio limitador. Al comenzar corrigiendo pequeñas partes, con el paso del tiempo, se terminan insertando ideas completamente nuevas.
Sin duda, una de las críticas más duras ha venido de parte del escritor Salman Rushdie, quien ha sufrido constantemente la intolerancia frente a la libertad de expresión. Tal como expresó por medio de un tuit, «Roald Dahl no era un ángel, pero esto es una censura absurda. Puffin Books y los herederos de Dahl deberían avergonzarse». Como bien se sabe, Roald Dahl no ha sido precisamente amante de lo políticamente correcto, y es recordado por haber realizado comentarios antisemitas por muchos años. Sin embargo, contraria a su posición, sus libros se caracterizaron por enseñar valores positivos como la amistas, la generosidad, la imaginación y la humildad, lo que ha permitido que sean disfrutados por millones de lectores en todo el mundo. Así como afirma el escritor peruano Jorge Eslava, «Roald Dahl nos enseña a escribir porque nos incomoda, y toda esta explosión de ternura, ingenio y sentido del humor permite que uno rompa la rigidez de la escuela».