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Sandra Pulido: «Los protocolos cambian, no serán los mismos ahora que en agosto, pero nos dan los lineamientos de cómo vamos a poder operar en un espacio público con todos los cuidados».

Escribe Talía Chang

Créditos: Archivo FILBo

A pocas semanas de iniciar la Feria Internacional del Libro de Bogotá – FILBo, en abril del 2020, el mundo entero ingresó en cuarentena por la llegada del COVID-19. Los organizadores tuvieron dos opciones, cancelar el evento para el siguiente año o moverla de su predio acostumbrado en Corferias a la esfera virtual. Resolvieron hacer lo segundo. Es así que la FILBo 2020 fue la primera feria de libro en formato digital, y tuvo un enorme éxito de convocatoria a lo largo de sus quince días de programas.

Este 2021, la Cámara Colombiana del Libro y Corferias están apostando a un formato híbrido desde el 9 al 23 de agosto, con actividades para ser transmitidas de forma virtual y actividades para disfrutar en los terrenos acostumbrados de este evento. Sandra Pulido, directora de la FILBo, nos cuenta todos los detalles de esto.

El año pasado fue bastante bueno para la FILBo, considerando el poco tiempo que tuvieron para organizarla. ¿Por qué consideras que les fue tan bien? ¿Qué cambios o mejoras se pueden esperar para una versión hibrida este 2021?

En primer lugar, quisiera mandar un abrazo grande a todos en Perú, son muy próximos y los llevamos muy cerca. El año pasado trabajamos juntos, y los tenemos muy en cuenta este año por el tema de su bicentenario.

Efectivamente, fuimos la primera feria del libro en el mundo en readaptarnos. Nosotros, tres semanas antes de la FILBo, tuvimos una alerta amarilla que obligaba a aplazar o cancelar los eventos de más de mil personas. Como la feria es organizada por el gremio, que es la Cámara Colombiana del Libro y Corferias, lo que hicimos desde la cámara fue preparar una encuesta para saber cómo movernos muy rápido ante la situación que estaba sucediendo. Salieron muchas cosas, entre ellas, por ejemplo, lanzar una campaña desde la cámara llamada «Adopta una librería», un crowdfunding para que la ciudadanía apoyara con dinero el trabajo de los libreros y que las librerías no tuvieran que cerrar; y otra de las acciones fue llevar a cabo la FILBo en Casa. Le dimos la vuelta a la programación profesional, es decir, a foros del libro específicamente, que es esta franja de la feria donde la industria, tanto nacional como internacional, se sienta a pensar qué está pasando y qué podemos hacer, pensamos cómo darle la vuelta a esta programación. Vimos con los aliados y los afiliados expositores los eventos que se podían mantener, y finalmente logramos hacer 133 eventos que en principio nosotros decíamos: «Máximo tres eventos al día», menos de la mitad de los eventos que estábamos pensando. Pero hubo días donde teníamos eventos por las redes de la cámara, de la FILBo y de Corferias al mismo tiempo, y es que también ocurrió que el mundo entero estaba confinado en las fechas de la feria. Pensamos actividades especiales para Instagram; por ejemplo, lecturas en voz alta, iniciativa del escritor Ricardo Silva y en alianza con Penguin Random House y con la Secretaría de Cultura. Y entonces todos los días a las 9:00 p. m. se leían dos capítulos en voz alta. Ricardo movilizó todo esto y lo lideró, porque finalmente era su idea, pero lograba tener periodistas, actores y actrices. Entonces las lecturas en voz alta eran todo un acto creativo que hasta se podían llamar radionovelas, y llevaban a terminar el día de otra manera. Los primeros días hubo 1500 personas conectadas a las 9:00 p. m., y eso nunca iba a pasar en Corferias. Además, estuvo la inauguración que la hicimos con Roger Chartier, y esta sumó 153 000 personas en esta conferencia. Es así como medimos todo. Y el cierre también fue una de las transmisiones más vistas. Y, en resumen, después de esos quince días de la FILBo en Casa llegamos a 2 millones de personas. Para nosotros eran cifras nunca antes vistas, la FILBo recibía unas 600 000 personas, así que imagínate triplicar con quince días de planeación, de no conocer bien la tecnología, de tener una mejora impresionante para la circulación y comercialización de los libros que finalmente es lo mas importante en las ferias. Y más en una feria como FILBo que tiene una característica distinta a otras ferias del libro en el mundo: es una gran librería en la cual se venden muchos libros. En el 2019, recibimos 600 000 personas y se vendieron 900 000 libros, casi un libro y medio por persona. Esas cifras son únicas de la FILBo, y eso tiene un significado directo en la industria. Hay empresas editoriales en Colombia para quienes su participación en la FILBo significa entre el 30 y el 70% de su facturación, dependiendo de la empresa. Entonces la responsabilidad era muy grande y es más grande para este año. Por eso, hemos confirmado la feria presencial. Por supuesto híbrida, mixta, pero yo creo que la virtualidad ha llegado para quedarse porque además se ha demostrado que se pueden pensar eventos específicos para este formato con muy buenos resultados. También nos permite visibilizar algo muy valioso: la FILBo ocurre en Bogotá, entonces hemos extendido en programación en la ciudad y también en la región, tenemos un programa que se llama FILBo Región y cuando hablamos de región nos referimos al país. Hay algunos invitados de la FILBo que viajan a otras partes del país con libros, van a actividades en colegios y dejan libros en bibliotecas. Pero también la FILBo en Casa nos permitió conectarnos, si se quiere, a un mismo nivel a todas las ciudades. Ya no había diez eventos al mismo tiempo en un mismo horario, excepto este día que teníamos los tres canales a la vez, pero no se compara a los casi 1900 eventos que tuvimos el 2019. Por eso sí sentimos que fue un éxito y sobre todo con tanta incertidumbre, nosotros partimos creyendo que íbamos a poder hacer la FILBo en el segundo semestre del año, veíamos que iba a ser muy complicado y que tendríamos que cerrar con un comunicado diciendo que nos veíamos en el 2021.

Actualmente, Corferias tiene ya unos protocolos, unos sellos de autorización de seguridad que los da el Ministerio de Salud. Los protocolos cambian, no serán los mismos ahora que en agosto, pero nos dan los lineamientos de cómo vamos a poder operar en un espacio público con todos los cuidados. Además, me parece que es un gran escenario de pedagogía, no sé cómo será en Perú, pero aquí un 40% de la población no se quiere vacunar, entonces creo que es importante poner este tema sobre la mesa y que hablemos como ciudadanos sobre las dudas que pueda haber. Entonces estamos planeando la feria presencialmente reducida, no tenemos los mismos metros de Corferias, ahora más controlada, vamos a tener mucho menos de programación presencial, casi un 30% menos, además vamos a crecer con la FILBo en la Ciudad, es decir, llevar a otras partes algo de la programación, firmas de libros, también llegaremos con una muy amplia oferta de la programación de la FILBo en Casa a otras partes del país y al mundo entero. De esa manera nos dimos cuenta que esto sí era de la FILBo para el mundo, como cualquier otra feria. Y ni siquiera tenemos al idioma como un límite, porque a través de Zoom podemos organizar algo con intérpretes y el mundo está a nuestro alcance para difundir a nuestros autores y autoras.

Ustedes fueron una de las ferias más vistas en el mundo. ¿Este año van a hacer de forma separada eventos para la virtualidad y eventos para lo presencial?

Sí, tenemos pensado hacer eventos para la virtualidad y eventos para la presencialidad. Porque no tendría sentido que invirtamos en traer ciertos invitados y que ellos se puedan ver desde la virtualidad. Va a ser en exclusiva para las personas que visiten la feria. Pero también habrá eventos creados exclusivamente para la virtualidad, e incluso estamos motivando al gremio para que los editores que tienen autores en otra ciudad como Cali, Medellín, Barranquilla, también hagan eventos en sus ciudades para movilizar en librerías a estos autores. Y que haga parte de este calendario, de esta gran agenda que se va a vivir en todo el país. Y entonces eso no sería virtual.

Si, digamos, veinte días antes de la FILBo pasan cosas, estamos planeando cómo movernos para que siga esa presencialidad. Acá nos están encerrando en localidades ―Bogotá se divide en veintiún localidades―, y luego nos encierran en UPZ, por lo que nos están encerrando por territorios de espacio cada vez mas reducido para poder controlar el contagio. Entonces, si creció el contagio en un lugar, pensamos moverlo para otro lado. En ese sentido tenemos varios planes sabiendo que lo más exclusivo será dentro de Corferias.

Algo muy valioso que tiene Corferias, según lo que recuerdo desde muy pequeña, son sus calles. Hay pabellones que dividen el espacio y dentro de estos pabellones hay calles entre ellos, entonces hay mucho espacio abierto entre los pabellones, y eso es un valor agregado muy alto que no tienen otros recintos que están más cerrados. Los pabellones tienen varias puertas que van a quedar abiertas solo a modo de ventilación, con una sola entrada y una sola salida. Todo eso estará considerado para la circulación del aire, que es tan importante.

FILBo 2019 en Corferias.

¿Qué expectativas tienen sobre Suecia? ¿Qué escritores vienen? ¿Por qué Suecia es el país de honor este año?

El año pasado iban a ser los países nórdicos, de los cuales forma parte Suecia. Este país también ha encabezado la participación nórdica en la FILBo, y desde antes hemos comenzado a conversar con ellos. El interés de esto es acercar a Colombia con Suecia, con la cultura sueca, con la literatura sueca y la expresión de la cultura sueca en todas sus artes. Suecia, en un acto de generosidad y acompañamiento después de un momento tan difícil que hemos pasado como humanidad, ha comprendido que son los libros, es la cultura, lo que de cierta manera nos sana, nos recompone, nos renueva, que nos permite reencontrarnos y que conversemos, sanemos y pensemos juntos en cómo nos va a ir de aquí en adelante, así como que también pensemos en otras cosas, por supuesto visitemos otros mundos, otras historias, que haga todo lo que la lectura hace en nuestras vidas. Y allí esta la tarea de Suecia.

Ahora estamos haciendo la lista de invitados y apostamos a que algunos vengan presencialmente, no muchos porque finalmente es lejos, pero estamos muy confiados de que algunos puedan venir. Y hay una gran participación virtual desde allá, teniendo en mente la diferencia horaria, y hay varias exposiciones muy pertinentes sobre varios temas, sobre fake news, hay un homenaje a los libros infantiles suecos, una exposición con Save The Children para acabar con la violencia infantil que incluye charlas con expertos suecos. Queremos que estas exposiciones circulen por Bogotá y acompañen con estas conferencias. También nos apoyan con los temas de sostenibilidad; con la FILBo habíamos contratado todo un manual para hacer, diseñar y producir ferias sostenibles en su mayor capacidad. Finalmente estábamos buscando llegar a un nivel cero en la cantidad de dióxido de carbono que produce una feria, entonces estamos viendo qué protocolos cambiar y qué materiales usar. Suecia es uno de los países que más comprometido está con este tema, y seguramente vamos a tener muchas actividades y conversaciones sobre este asunto. En este momento estamos viendo quiénes serán invitados, quiénes podrán venir a Colombia, estamos felices de celebrar y acercarnos con Suecia. Además, tiene una historia larga de cooperación y de trabajo político con todo el proceso de paz, ha venido acompañándonos en muchos procesos de cooperación internacional, entonces vamos a conversar sobre eso.

¿En Colombia hay muchas restricciones para el ingreso de los europeos?

Por ahora no, solo Brasil y el Reino Unido tienen el ingreso restringido. Pero la verdad es que los hechos cambian muy rápido, entonces ahora podemos hablar de estas restricciones y luego podría haber otras o no podría haber ninguna. Ya que en los otros países están avanzados en el proceso de vacunación, a mí me parece, muy personalmente, que les va a dar mucha tranquilidad porque tal vez ciertos autores están vacunados y entonces pueden viajar sin problemas, y además, en general, ya hay mucha gente viajando. Pero estamos apuntando a tener un 30% de invitados internacionales y un 70% de invitados nacionales, por lo que esta feria será mucho más local y nacional.

Con respecto a las compras de libros por comercio electrónico, ¿qué modificaciones se podría esperar este año?

Una de las cosas que ocurrió el año pasado con la cancelación de la FILBo fue que el presidente de la Cámara Colombiana del Libro, Enrique González, fue a pedirle al ministro de Cultura de la Alcaldía de Bogotá que parte del dinero que se usaba en la FILBo se inyectara en el sector editorial, porque la pandemia nos mostró que el sector no estaba preparado para el ecommerce, para las ventas por internet. Y durante todo este año el Ministerio de Cultura de Colombia, la alcaldía de Bogotá y la Cámara Colombiana del Libro han invertido en un proyecto de modernización del sector en el que se han visto beneficiados casi cien empresas editoriales y librerías en Colombia; en este, se les ha dotado de comercio electrónico a las librerías, y la idea es que este comercio transaccional se lance en la FILBo. La gran transacción que ese catálogo o esa página va a permitir se piensa anunciar durante la feria, además de complementar las ventas físicas en la FILBo presencial con las ventas digitales.

¿Cómo lo resolvieron el año pasado?

El año pasado estuvimos muy cortos y logramos con Corferias diseñar una plataforma virtual en la misma página de la feria que se llamaba Vitrina virtual, junto a los expositores. Hubo 2000 títulos en total. Pero no fue fácil vender porque el comprador tenía que llenar mucha información, y luego tercerizar para finalmente llevar el dato al expositor o llevarlo al canal de comercio electrónico de este. Pero el trámite resultaba muy largo para comprar un libro de diez dólares. Además, la gran mayoría de nuestros expositores eran editoriales que no vendían digitalmente, y las librerías estaban cerradas, solo vendían algunas librerías independientes que funcionan de una forma muy casera, lograron seguir vendiendo, y esto se agravó con la demanda de Historia oficial del amor que protagonizaba las lecturas en voz alta de Ricardo Silva. También, durante el segundo semestre del año, las ferias regionales del libro se han fortalecido mucho como canal, pero nos quedamos con ese pendiente de ser más efectivos en la comercialización digital de libros.

Creo que tenemos mucho que aprender. Las librerías tienen que aprender cómo lograr solucionar lo que el lector quiere. Y esto implica invertir en tecnología. Creo que eso es lo más maravilloso de lo que ha pasado en este proceso de modernización del sector, y esto también servirá en un futuro, y no creo que reemplace el ir a las librerías, que es una experiencia irremplazable. Pero si no tienen tiempo para ir a buscarlo, es necesario que nuestra industria pueda ofrecer este servicio de forma idónea. Allí tenemos mucho por hacer.

¿Cómo se percibe el entusiasmo de las editoriales que van a participar este año?

La noche de los libros. Créditos: Archivo FILBo.

Todavía no hemos tenido la primera reunión de expositores. Hay algunas que manifiestan su incertidumbre, saben que nada garantiza cuánta gente pueda llegar a Corferias. Nosotros, como somos el gremio, especialmente junto a la gran mayoría de editores, estamos teniendo una conversación muy cercana con todos para que las decisiones las tomemos en conjunto. Queremos que estas no sean una sorpresa, que podamos conocer los riesgos y tomar la mejor decisión como creemos que se pueda llevar a cabo. Pero yo creo que en general, con la buena recepción del lanzamiento del comunicado anunciando a Suecia y las fechas finales de la feria y los proyectos de FILBo en la Ciudad y FILBo en Casa, los eventos de este año han sido bien recibidos.

Tenemos enfrente un año, o puede ser un poco más, donde tenemos que aprender este ejercicio de cuidarnos, de cuidado y autocuidado, porque son miles de trabajos, empresas, miles de personas, miles de vidas que necesitan mantenerse, que requieren que esto se mueva y que genere confianza y haya una reactivación económica. Entonces sería mentira decir que todos acepten a ojos cerrados, y es normal, yo creo que todos tenemos las mismas incertidumbres y nadie tiene la verdad en sus manos en este momento. Nuestro compromiso es hacerle un seguimiento desde el protocolo a nivel de epidemiología según los expertos y las autoridades que van dictando cómo debemos operar, nosotros desde la feria ver qué tipo de acciones y alianzas podemos hacer. Ya estamos adelantando con ciertas empresas y marcas para garantizar el cuidado y que haya también una pedagogía en ese sentido para entender que se demuestra que el buen uso del tapabocas salva. En ese sentido queremos ser muy insistentes en eso. Esa es la apuesta por ahora y así es como vamos trabajando en estos meses.

Tenemos semanas de aquí hasta la feria, en los que muchas cosas pueden cambiar. Yo espero que tengamos más certezas y tranquilidad y confianza en los procesos de aquí a agosto. También hay una responsabilidad tremenda ante muchas empresas. Tendremos que tomar muchas decisiones en conjunto porque esto no lo habíamos vivido antes. Pero la solución no puede ser «no hacemos nada»; tenemos que ver qué hacemos. La gran mayoría del tiempo, yo tengo un pensamiento muy optimista donde creo que, con los cuidados, las alianzas y una buena campaña de comunicaciones vamos a hacer algo mejor y necesitamos que así sea de cara a la industria editorial en Colombia.

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