Paulo César Peña: «Con la prosa se generan muchas posibilidades expresivas»

En la siguiente entrevista, Paulo César Peña, docente de la Escuela de Edición de Lima, define algunos conceptos sobre la prosa y su empleo, y da algunos detalles sobre el curso de Prosa Literaria que dictará a partir del 14 de mayo.

Por Marco Fernández

¿A qué llamamos prosa?

La prosa es una forma de lenguaje emparentada con el discurso oral, en el sentido de que ambos surgen de manera lineal y espontánea, lo cual lo distingue del verso que es más bien fragmentario y recortado. Con la prosa se ha tratado de reproducir la forma de pensar y sentir. Normalmente está pensada como algo más utilitario y racional, sin embargo, hay ejemplos de literatura desde el siglo xx, en el que la prosa da cabida a la parte más emocional. Con la prosa se generan muchas posibilidades expresivas.

Si hablamos de un valor utilitario, ¿en qué casos se utiliza comúnmente la prosa?

Aunque no lo crean, hay prosa en los diarios, en un documento administrativo o en la publicidad.

Roberto Bolaño decía que su poesía era «muy prosaica», o Jack Kerouac decía que utilizaba mucho la prosa espontánea en su literatura. En ese sentido, podríamos decir que la prosa está inmersa en muchos géneros.

Ahí hay un paradigma que estuvo vigente hasta inicios del siglo xx, pero que sigue presente en muchos profesionales, que es asociar a la prosa con lo menos valioso. Durante mucho tiempo se le asignaron labores más funcionales, por eso decía que hay ejemplos que dejan ver que la prosa puede servir para muchas otras cosas, pero eso no niega que aún exista este concepto que le da una connotación peyorativa, como algo no elaborado o de menor valor. Depende de las circunstancias y el tipo de texto para ampliar las posibilidades expresivas.

¿Qué implica el empleo de la prosa literaria?

Las clasificaciones de prosa mencionan la categoría literaria como el perfil más creativo, sin embargo, los recursos que se emplean pueden ser apropiados para otros ámbitos. De hecho, en el curso que dictaré en la Escuela de Edición de Lima, una parte estará dedicada a la reflexión sobre los factores que convierten en literaria a una prosa. Ahí influye mucho el contexto, las convenciones o la comunidad a la cual se dirige el texto. El curso apunta a eso: a que los participantes puedan darse cuenta a qué público se dirige el texto, que posición adoptan como autores o como se aprovechan las posibilidades expresivas en las distintas dimensiones de la palabra, sea la sintaxis, el sonido o las referencias.

¿Cree usted que cualquier profesional, medianamente interesado en escribir, podría acceder al curso que dictará en la Escuela de Edición de Lima?

Claro que sí. De hecho, el empleo de la prosa exige una formación, un bagaje, revisar otros textos, pues no es algo que ocurra de la noche a la mañana. Pienso que el curso puede servir para todos aquellos profesionales que quieran sentir más confianza al momento de escribir, o para quien quiera profundizar en los recursos y técnicas. El curso abordará la parte teórica en la primera sesión, para luego centrarnos en ejemplos de prosa poética, prosa narrativa y prosa argumentativa en las tres sesiones restantes.

¿Qué es lo más importante del curso de Prosa Literaria?

Lo importante es que los estudiantes se den cuenta de que los recursos son relativos en el sentido de que, dependiendo del contexto, las circunstancias y el tipo de texto, se determinará en qué momento mantener una sintaxis más o formal o en qué momento jugar con ella y alterarla; o en qué momento no darles tanta prioridad a los sonidos, o en que otras situaciones destacar algún sonido o priorizar el ritmo. La idea es que, con las lecturas y revisiones que hagamos durante las sesiones, los estudiantes puedan identificar estos recursos y adaptarlos a su propia escritura.

Mencionaste que se revisarán a diversos autores. ¿A quienes tomarán cómo ejemplos?

Por ejemplo, en el caso de prosa poética, Baudelaire o Rimbaud, que son epígonos importantes en la escritura de poesía en prosa, pero también autores en nuestro idioma como Octavio Paz, Blanca Varela, Alejandra Pizarnik, Martín Adán, entre otros. En el caso de narrativa nos detendremos en autores peruanos y latinoamericanos, al igual que en el tema argumentativo.

Baudelaire: tres libros para leer al poeta maldito a 200 años de su nacimiento

Escribe Talía Chang

Charles Baudelaire formó parte de los llamados «poetas malditos» porque su obra profundiza en los temas más escabrosos de la humanidad, así como por su estilo de vida. Con motivo de su bicentenario, proponemos tres libros para aproximarse a la obra del escritor.

Charles Baudelaire causó polémica desde muy temprana edad. A los cinco años lo sorprendió la muerte de su padre, y su hogar se convirtió en un espacio muy conservador cuando su madre se casó con el general Jacques Aupick; este lo mandó al colegio Louis-le-Grand, de donde fue expulsado por indisciplina y por escribir poemas que sus maestros consideraron depravados. Esta personalidad irreverente se terminó de asentar en 1840, cuando inició la Facultad de Derecho. Allí frecuenta a Gerard de Nerval y Honoré de Balzac, y con ellos entró de lleno en la vida bohemia por la que es conocido. 

El poeta sería reconocido como el padre de la poesía moderna después de su muerte. Se le acredita haber acuñado el término modernidad: «Por la modernidad me refiero a lo transitorio, lo contingente que constituyen la mitad del arte, lo otro es el eterno y lo inmutable». Aseguraba también que era responsabilidad del arte capturar esta experiencia. (The Painter of Modern Life and Other Essays, edición de Jonathan Mayne, 1964). La apertura a la poesía moderna se ve especialmente en el spleen: el aburrimiento angustioso y el hastío que percibía de la vida en la ciudad, que plasmó en su obra.  

Pese a que comenzó su carrera como un escritor polémico y censurable porque sus ideas resultaban obscenas y transgresoras para la época, hoy Baudelaire pertenece al canon literario. Para comenzar a leer a este poeta, hay tres libros a considerar. 

Las flores del mal (Les fleurs du mal, 1857). Su libro más emblemático abarca casi la totalidad de su obra poética, desde 1840 hasta la fecha de su publicación. Es considerado una de las obras más importantes de la poesía moderna. Imprime una estética nueva, donde la belleza y lo sublime surgen de la realidad más trivial. De este libro surgió la concepción del poeta moderno como un ser maldito, rechazado por la sociedad burguesa que se escandaliza y opone a su estilo de vida libertino. También introduce los temas más importantes de su corpus literario, como el spleen y la exaltación del goce de la vida y de las pasiones. La estructura, la estética y los temas influenciaron a los otros poetas malditos, Paul Verlaine y Arthur Rimbaud.  

Primer manuscrito de Las flores del mal, en 1857.

Spleen de París. Pequeños poemas en prosa. (Le Spleen de Paris, 1869). El poeta busca retratar la parte más marginal de París durante su época. Se encarga de vincular la inspiración poética con la reflexión crítica, así como de evocar las visiones poéticas y las rigurosas opiniones teóricas desde una óptica esteticista. El libro se considera como el nacimiento de la prosa poética. 

Spleen de París. Pequeños poemas en prosa. Ed. Joaquín Negrón. Editorial Visor, 2008.

Los paraísos artificiales (Les Paradis artificiels, 1860). Dividido entre dos ensayos, Baudelaire narra su experiencia con las drogas; estas le dan el nombre al libro, entendidas como sustancias que se consumen con el objetivo de estimular la creatividad. La primera parte se titula «El poema del hachís», donde Baudelaire ahonda en los efectos y las vivencias que produce esta droga. Apareció como un artículo en la Revue contemporaine el 30 de septiembre de 1858. La segunda parte se titula «Un comedor de opio», y se publicó en la misma revista entre el 15 y el 30 de septiembre de 1860. 

Los paraísos artificiales. Editorial Akal, 2001.

Hay otros libros sobre el poeta escritos por autores consagrados. Entre ellos, Proust escribió À propos de Baudelaire (1921). También está el artículo «The Lesson of Baudelaire», escrito por T.S. Eliott y publicado en la revista The Tyro en 1921; el libro Baudelaire escrito por Jean Paul Sartre  en 1947; y La literatura y el mal de Georges Bataille, en 1959.