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Libros para regalar por el Día del Padre

Un libro puede ser buen regalo para agasajar a papá hoy. A continuación, te dejamos una lista de títulos que, estamos seguros, le agradarán.

Diario de invierno – Paul Auster

Esta novela autobiográfica es el diario personal del autor estadounidense, en el que repasa una serie de experiencias que avalan su existencia y que le han permitido llegar a los 64 años. Uno de los capítulos más sobrecogedores es la pérdida de su padre, en la que Auster narra como este hecho marcó su vida y su literatura.  

Patrimonio: una historia verdadera – Phillip Roth

Estas son las memorias noveladas que el autor escribió sobre Herman Roth, su padre. El amor es uno de los temas centrales de esta obra, en la que Phillip Roth muestra su lado más íntimo y entrega un bonito regalo para celebrar la vida y el vínculo irrompible entre un papá y su hijo, a pesar de la enfermedad y las dificultades.

El olvido que seremos – Héctor Abad Faciolince

La obra más celebrada del escritor y periodista colombiano Héctor Abad Faciolince. La historia narra la vida de su familia, durante su niñez y adolescencia, centrándose específicamente en la figura de su padre, el médico Héctor Abad Gómez. La novela es un hermoso homenaje al recuerdo del padre, pues como se sabe, Abad Gómez murió asesinado por fuerzas paramilitares a causa de sus posturas políticas.

La carretera – Cormac McCarthy

Esta novela postapocalíptica gira en torno al viaje emprendido por un padre y su hijo a través de un mundo arrasado por un cataclismo —el cual no se revela en la historia— que acabó con la mayor parte de la vida en la tierra. Herido por una flecha disparada por un hombre desconocido, el papá sabe que morirá pronto debido a una infección. Por ello, insta a su hijo a que continúe el camino sin él y que se comunicarán a través de sus oraciones. Una obra que atrapará al lector de principio a fin.

Carta al padre – Franz Kafka

Uno de los títulos más sombríos del escritor checo. En un principio, el texto era una carta, pero terminó siendo un libro en el cual Kafka reclama, entre muchas otras cosas, las cargas e hipocresías que su padre tuvo contra él. Sea que se trate de un libro lleno de cuentas pendientes o uno de los escritos más duros de Franz Kafka, es una de las obras trascendentales de uno de los principales narradores del siglo XX.

Falleció escritora ucraniana Victoria Amelina tras ataque ruso en Kramatorsk

Cómo se recuerda, el ejército ruso lanzó un misil contra el restaurante Ría, en la ciudad de Kramatorsk, donde se encontraban departiendo la escritora con el colombiano Héctor Abad Faciolince. Amelina falleció a causa de las heridas en la cabeza que sufrió tras el ataque.

Victoria Amelina era autora de libros infantiles y de las novelas The November Syndrom, Homo Compatiens, entre otras. Sin embargo, hizo un alto en su carrera para documentar los crímenes de guerra perpetrados por Rusia en suelo ucraniano.

Destino fatal

Se dice que la presencia de Amelina en el restaurante de Kramatorsk fue casi accidental. Se embarcó a último momento en un viaje junto a Abad Faciolince, con quien entabló amistad durante la Feria del Libro de Kiev. Precisamente, ambos participaban a la presentación de la campaña “Aguanta Ucrania”, la cual muestra la solidaridad de Latinoamérica a dicho país.

Es por ella que Amelina decidió acompañar en su recorrido por Ucrania a Abad Faciolince, al excomisionado de la paz en Ucrania Sergio Jaramillo y a la reportera Catalina Gómez, para demostrarles la crudeza que el conflicto armado va dejando a su paso.

Un mensaje de despedida

Según fuentes del diario El País de España, el último tweet de Victoria Amelina fue registrado el mismo día del atentado. En dicha publicación se aprecia a Héctor Abad Faciolince sosteniendo la edición ucraniana de su novela El olvido que seremos y abrazando a una librera local. La escritora colocó en su mensaje: «Es como un abrazo solidario de América Latina a Ucrania».

La última vez que la vieron reír

Tras el atentado en Kramatorsk, Abad Faciolince relató, en una histórica crónica, los momentos de terror que vivió junto a la delegación que se encontraba en el restaurante Ría. Según contó a El País, la explosión se produjo mientras Victoria Amelina reía al bromear sobre el toque de queda y la ley seca.

En otro pasaje, muy afligido, Héctor Abad Faciolince dijo no comprender por qué ellos están bien y ella no, o si es que volverá a ver el rostro alegre de Amelina una vez más, entre risas y conversaciones amenas.

Invitada de lujo

El fallecimiento de Victoria Amelina ha causado gran conmoción en el ámbito literario, debido a que su oficio la llevó a participar de distintos eventos vinculados a la escritura.

Desde la organización de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, lamentaron con profundo pesar la muerte de la escritora ucraniana, pues iba a acudir por primera vez al evento como invitada.

Héctor Abad Faciolince: bajo los escombros de la guerra

El escritor colombiano, quien se encuentra en Ucrania participando en una serie de actividades literarias, sobrevivió a un ataque militar ruso perpetrado en la ciudad de Kramatorsk, en la región de Donetsk.

De pronto, una explosión, gritos, escombros regados en el asfalto, como fragmentos de una realidad pacífica rota en un pestañeo. Y es que si algo atesoran los ucranianos son esos cortísimos instantes de tranquilidad.

Héctor Abad Faciolince departía en una pizzería de la ciudad de Kramatorsk junto a Sergio Jaramillo, excomisionado de la paz, y la reportera colombiana Catalina Gómez Ángel. El establecimiento, según relata el narrador, se encontraba repleto de civiles de distintas nacionalidades.

Minutos antes de que un misil impactase contra el local, la poeta ucraniana Victoria Amelina iba documentando los crímenes de guerra cometidos por el ejército ruso en los últimos 16 meses. Según el relato del creador de El olvido que seremos, Amelina sorbía un trago de su cerveza, cuando la explosión llevó todo a negro.

El saldo fue de 25 personas con heridas graves, entre ellos la poetisa, cuyo pronóstico es reservado. Tal fue la conmoción de Abad Faciolince, que dijo haber visto a Ameline quieta, abstraída de la realidad, cubierta de polvo, como si su espíritu hubiese huido de espanto, dejando solo el cascarón de carne y hueso que lo contiene.

El escritor culmina su testimonio, narrado desde la óptica del horror, diciendo que «los que hemos sobrevivido estamos despiertos, con la esperanza de que si no nos dormimos también Victoria se despierte de esta pesadilla y del infierno que el ejército ruso ha creado en la hermosa tierra de Ucrania».