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Wolf Erlbruch: El ilustrador que conmovía a través de la muerte

Este 12 de diciembre se confirmó la muerte del escritor e ilustrador alemán Wolf Erlbruch, quien había perdido la vida el 11 de diciembre a los 74 años. Su trabajo estuvo relacionado al ámbito de la literatura infantil, aunque abordó tópicos adultos, tales como el sentido de la vida o la muerte. A lo largo de su trayectoria, se han publicado alrededor de treinta obras del autor, por lo que ha sido reconocido con el Premio Alemán de Literatura Juvenil, tanto en 1993 como en 2003; con el Premio Hans Christensen Andersen para la categoría de ilustración en el año 2006; y el Premio en Memoria de Astrid Lindgren en 2017.

Wolf Erlbruch nació el 30 de junio de 1948 en Wuppertal, Alemania. Estudió la carrera de diseño gráfico en la escuela Folkwang de Essen. Más adelante, incursionaría como ilustrador en la industria publicitaria, trabajando en revistas como GQ Magazine New York, Stern y Esquire. Su primer contacto con el mundo de la literatura infantil y juvenil se daría en 1985, cuando el editor Peter Hammer le solicitó ilustrar la obra El águila que no quería volar de James Aggrey.

Portada del libro El águila que no quería volar. Fuente: Revista Babar

En ese entonces, su hijo Leonard había nacido, por lo que la paternidad fue el motivo principal que lo llevó a involucrarse en el universo de los libros para niños. Asimismo, cuando el pequeño cumplió cinco años, sería quien inspire a Erlbruch en la creación de la obra Leonardo, en la que retrata a un niño y su vínculo con los perros. Paralelamente, trabajó como profesor de ilustración en diversas instituciones alemanas como la Universidad de Ciencias Aplicadas de Düsseldorf.

Un artista inusual

La obra de Wolf Erlbruch cuenta con una decena de títulos bajo su autoría, y más de cincuenta en las que participó como ilustrador. Exploró temas relacionados al mundo adulto como el sentido de la vida y la muerte. Dentro del rubro de la ilustración, combinaba varias técnicas para el trabajo artístico, como cortar, pegar, dibujar y pintar. Por momentos, su estilo podía ser catalogado como surrealista, por lo que fue copiado, tanto dentro como fuera de Alemania.

Ilustración de la obra El pato y la muerte. Fuente: Barbara Fiore Editora

Dos de sus obras se han convertido en libros importantes de la literatura infantil. Se trata de El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza, escrito por Werner Holzwarth y publicado en 1989; y El pato y la muerte, en 2007. Esta última es considerada un clásico moderno debido a que ofrece una meditación refinada sobre el ciclo de la vida y la omnipresencia de la muerte. Por ello, es apreciada tanto por los niños como los adultos. De acuerdo al mismo autor: «El pato y la muerte es una historia simple, sin un final. No soy alguien que diga que sepa qué es la muerte, que sepa qué pasará después. Más bien, quería mostrar cómo la gente maneja sus creencias».

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