Docente de la Escuela de Edición de Lima redactora del Poder Judicial, Alejandra Bravo comparte en la siguiente entrevista los perfiles, desafíos y lineamientos que rigen el trabajo del redactor de textos jurídicos.
Cuando hablamos de textos jurídicos solemos pensar en escritos conformados por un lenguaje denso y muy especializado. En tal sentido, ¿el desafío de un redactor de este tipo de textos es trasladar esto a palabras sencillas?
Claro, ese es justamente el trabajo de un profesional del sector jurídico. No solamente los abogados escriben dentro de ese contexto, sino también profesionales provenientes de otras especialidades. Por tanto, es necesario que tengan la destreza de simplificar los textos, ya que muchas veces son muy densos y oscuros, incluso en algunos casos no cumplen su función comunicativa. Al no conseguirse este objetivo, esa densidad genera un agotamiento en la lectura. Por eso hay que tener sumo cuidado al redactar este tipo de textos, evitando generar esa densidad característica de estos escritos. Lamentablemente, los abogados se han hecho famosos por construir sus mensajes en base a párrafos farragosos y oraciones muy extensas y subordinadas.
En ese sentido, Alejandra, ¿cuál crees que es la principal destreza del redactor de textos jurídicos?
Lo principal es manejar el lenguaje jurídico. Muchas veces los abogados no lo dominan, debido a diversos factores. En la trayectoria académica de estos profesionales no se les enseña propiamente a redactar en dicho ámbito, sino que se imparten conceptos generales en cuanto a redacción. Ellos necesitan un método de redacción especializado. Esa destreza del uso del lenguaje jurídico, tanto en la arista gramatical como ortográfica, les ayudará mucho al momento de redactar sus textos, consiguiendo la concisión y claridad que necesita.
¿Cuáles son los productos que se derivan de este tipo de redacción?
El redactor de este tipo de textos proviene de distintas especialidades. Por ello, los productos pueden ser diversos, como una sentencia o una resolución. También hay abogados del ámbito administrativo que redactan documentos como oficios, informes o memorándums. Lo que se requiere es que los escritos jurídicos sean accesibles para el receptor, pues muchas veces abogados o distintos profesionales del derecho no piensan en la recepción de estos textos. Se puede manejar un lenguaje jurídico entre colegas, pero es diferente escribir para el público en general, que desconoce de latinismos, tecnicismos y otros elementos del campo legal.
Algunos podrían pensar que la sencillez rivaliza con la elegancia que caracteriza a los textos jurídicos.
Por el contrario, yo pienso que realza la elegancia. El hecho de que haya más cantidad de contenido no implica calidad. De hecho, en este tipo de escritos se debe priorizar la calidad del texto más que la cantidad. Al escribir de manera precisa y concisa le damos un plus a esa elegancia, porque al escribir textos muy extensos —como las clásicas citas del ámbito jurídico, que son extensas y abarcan más de un párrafo— corremos el riesgo de reducir la calidad. La sencillez se expresa también en textos claros y accesibles, pues la mayoría de los escritos del ámbito jurídico están direccionados a ciudadanos que no están familiarizados con este lenguaje.
Se habla de aplicaciones de técnicas y métodos para redactar textos jurídicos. ¿Cuáles son, por mencionar algunas?
Debemos considerar, en principio, que el lenguaje jurídico es básicamente argumentativo, por tanto, se deben aplicar técnicas argumentativas, previo conocimiento del lenguaje del ámbito legal. Si es que uno emplea párrafos muy extensos, oraciones largas o abusa de gerundios y latinismos, probablemente confeccionará un texto que no sea idóneo. Las técnicas también se aprenden llevando cursos especializados y, lamentablemente, los abogados muchas veces menosprecian estas capacitaciones, debido a que creen conocer la materia. A mí me ha sucedido que muchos abogados tienen consultas, pese a que provienen del campo de las letras, por eso considero que es indispensable que se capaciten constantemente y se mantengan actualizados en cuanto a las normas lingüísticas que cambian cada cierto tiempo.
Sabemos, Alejandra, que vas a dictar un curso de Redacción de Textos Jurídicos en la Escuela de Edición de Lima. ¿Qué encontrará el estudiante en esta asignatura?
Tengo el placer de dictar una vez más el curso de Redacción de Textos Jurídicos. Los participantes aprenderán a dominar las reglas ortográficas y qué vicios del lenguaje no deben cometer, ya que muchas veces se observa en este tipo de redacción el uso de los gerundios, las subordinadas, la voz pasiva, entre otros. Asimismo, veremos algunas actualizaciones de la norma, como el uso de los pronombres, el empleo de tildes y otras tantas. En este curso también analizaremos los vicios principales del ámbito jurídico, a través de casos prácticos. Es una gran oportunidad para los profesionales, así como también para los especialistas del ámbito legal, ya que se requiere que estén capacitados sobre el correcto uso del lenguaje jurídico.