Comunicadora, escritora y ahora correctora. Gislene Coloma comparte sus impresiones acerca del Curso Integral de Corrección de Estilo, el cual se encuentra pronto a concluir.
¿Cómo inició tu vínculo con los textos, la redacción y los libros?
Soy comunicadora de profesión y tengo un máster también en comunicación y dirección de contenidos. Leo desde muy chica, eso lo heredé de mi mamá, quien tenía una gran biblioteca. Era de las chicas «raras», a la que premiaban con libros. Cuando tuve que escoger una carrera, me di cuenta de que quería crear cosas distintas con las palabras. La redacción creativa me encantaba, pero no había una carrera dedicada solo a ello. Vi que en la carrera de comunicaciones podía desarrollar esa vocación y el talento que yo creía tener para escribir. Empecé trabajando como guionista y productora de dos programas en Univisión de Costa Rica. Luego regresé a Perú y entré a trabajar como redactora creativa en una multinacional, lo cual me permitió vivir tranquila, criar a mis hijos y estudiar otros temas relacionados a mis aficiones. Sin embargo, sentía que me faltaba una formación profesional, pues todo se basaba simplemente en mi destreza como lectora, pero no conocía las reglas exactas.
Actualmente estás cursando el Curso Integral de Corrección de Estilo en la Escuela de Edición de Lima. ¿Cuál es tu experiencia en el curso? ¿Cómo ha sido este perfeccionamiento y de qué forma lo vienes asimilado?
Me siento mucho más segura para sustentar lo que antes era instintivo. Empecé con un taller de corrección de estilo, el cual me abrió todo un mundo lleno de posibilidades. En aquel entonces yo ya había escrito un libro de haikus y quería escribir más. A decir verdad, me la paso corrigiendo todo lo que leo, así que pensé que tenía alma de correctora. Además, por lo que me enteré, la Escuela de Edición de Lima era la única que daba esa formación. En el 2022 entré al Curso Integral de Corrección de Estilo, que ofrece una formación de casi un año. Puedo asegurarles que me siento más segura al sustentar cualquier cambio hecho por el autor o cualquier variación en la redacción. Sabemos que los autores somos muy sensibles con nuestros textos, pero estoy en la capacidad de mejorarlos y sustentarlos con conocimiento de causa. Conozco las reglas, sé por qué se tiene que escribir de una manera y no de otra. Hoy en día trabajo como consultora de comunicaciones y he incursionado ya en el tema de la corrección profesionalmente. Estoy corrigiendo una novela para una autora que vive en Estados Unidos. A medida que corrijo aprendo más, practico más y me agrada el hecho de que puedo hacerles consultas a los profesores. Me falta muy poco para terminar el Curso Integral de Corrección de Estilo, pero puedo decir que ya soy una correctora profesional.
Dices que la plana docente de la Escuela de Edición de Lima te ha ayudado con tus consultas, es decir, ¿consideras que la formación y el vínculo con los profesores es algo que se ha fortalecido en este tiempo?
Estoy encantada con los profesores. Cada docente es una fuente de sabiduría que yo no me imaginaba que existía. Son muy buenos, la selección de profesores es extraordinaria e impecable. Tal es así que, si pierdo una clase, siento que se me escapa algo importante, porque cada clase descubro nuevas cosas. El nivel de los profesores es muy alto, lo cual me ha dejado gratamente sorprendida. Creo que todo aquel que trabaje con las palabras debería tomar esta formación en corrección de estilo. Lo recomiendo totalmente.
¿Cómo ha sido tu experiencia al llevar el curso de manera virtual?
Sí funciona. Hay algunos temas un poco más pesados que otros, porque hay que leer bastante. Ahora estamos en una etapa en la que leemos mucho, analizamos y corregimos sobre lo que está en pantalla, cosa un poco más densa. Pero más son las ganancias, porque, por ejemplo, cuando llevé el primer curso en la Escuela de forma presencial, me era difícil llegar a la hora. Con la virtualidad, en cambio, es excelente. No lo tomaría de otra manera.
En algunas promociones ingresan también estudiantes de otros países, quienes comparten sus experiencias en el salón.
Sí, es súper interesante. Tengo compañeros de México, de Chile, de Colombia y es muy enriquecedor compartir con ellos, lo cual no podría ser posible en la presencialidad.
Tú eres comunicadora y te asumes como una correctora de estilo profesional. ¿Qué importancia tiene redactar bien en el trabajo? ¿Cómo aplicamos el tema de la redacción y la corrección en el trabajo, después de adquirir las herramientas en el Curso Integral de Corrección de Estilo?
En principio, debemos entender que la corrección no es redactar. Pasa mucho que te dan textos mal redactados para corregir y eso supone ya otro trabajo, pues implica no solo revisarlos sino, en ocasiones, reescribirlos. Puedes corregirlos, obviamente, pero si la casa está mal construida, por más que la pintes, la tarrajees o le pongas un nuevo techo, la base seguirá endeble. Cuando recibo textos, los leo por completo para saber si voy a pintar la casa o a cambiar tuberías, pues encuentro que muchas personas no saben redactar, que es lo primero. El corrector está para descubrir lo errores sobre algo que está más o menos bien redactado. Este curso de corrección me ha servido para saber identificar esos puntos.
Hay personas que dicen: «Soy de otra carrera, por lo tanto, no tengo la obligación de redactar bien». Desde tu punto de vista como redactora, ¿esto es un error?
Todos tenemos que aprender a redactar. Ahora, no es que estudias un curso de redacción y listo, ya sabes redactar. Hay todo un bagaje de lectura detrás. En una oportunidad fui jefa de redacción y luego gerente de contenidos, y lo que me más me costaba encontrar era buenos redactores. En principio, porque no hay una carrera específica de redacción y porque el redactor es una rara avis que lee mucho y que no sabe canalizar todo ese conocimiento. El redactor no nace con un solo curso; se macera con los años, la lectura y la práctica. Un buen redactor se nutre de lecturas, hasta que alcanza su perfeccionamiento. No tiene que ver con la carrera sino con haber leído mucho.
Quisiéramos saber tus impresiones finales sobre la escuela, los profesores, los compañeros.
Bueno, la Escuela me parece maravillosa, los profesores excelentes, me encantaron las clases. Estoy muy orgullosa por la certificación que voy a obtener. Gracias a este curso he despertado la curiosidad por investigar qué otras actividades sobre corrección hay en otros países. He descubierto que hay un gran universo de correctores. Pero, además de corregir, también quiero escribir y creo que ahora puedo hacerlo mejor. Asimismo, creo que se abre para mí un mundo que yo creía que no existía, la verdad no sabía que podían generarse ingresos corrigiendo textos. Tengo la posibilidad de trabajar en corrección, escribiendo mejor, sustentar cualquier cosa que haga en el campo de la comunicación e, incluso, en la docencia. Gracias a la Escuela, he descubierto todo este abanico de posibilidades.