Cual paso de un cometa, así suelen aparecer los genios que dejan huella en la literatura. El caso de Scorza es uno de ellos. Prolífico novelista, poeta y editor, fue uno de los escritores que supo retratar en su obra los problemas que aquejaron al Perú profundo. A 95 años de su natalicio, te dejamos una breve reseña de su trayectoria.
Si bien Manuel Scorza estudió en el Colegio Militar Leoncio Prado, de donde egresaron personalidades como Mario Vargas Llosa y el periodista César Hildebrandt, su óptica tomó otro sendero. Ferviente estudiante de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, su vida se debatió entre la literatura y la política —como militante aprista—. Sin embargo, es preciso resaltar que el quehacer literario de Scorza no solo se limitó a la parte estética, sino que se expandió hacia la creación comprometida con su pensamiento.
Tras el golpe de Estado de Manuel Odría, en 1948 el autor se establece en París, donde se asienta y trabaja como lector en español en una escuela de prestigio. En 1995 se publica su primer poemario: Las imprecaciones, en la cual revela la tristeza que lo envolvía tras haberse en un exiliado.
¿Quién no recuerda los famosos Populibros? En un intento por democratizar el acceso de los libros a un gran público, Scorza publicó diversas obras literarias de autores peruanos, latinoamericanos y universales, que se vendían a precios módicos. Dicha colección empezó en 1956 y culminó en 1965. Hoy en día, encontrar un solo ejemplar equivale al hallazgo de un Santo Grial.
El reconocimiento a su vocación literaria llegaría en 1970, tras la publicación de Redoble por Rancas, su primera novela. Con esta historia, se abre el arco de la denominada «guerra silenciosa», en la cual se presenta la milenaria lucha de los campesinos para recuperar sus tierras. Y es que Scorza fue uno de los representantes más importantes de la corriente indigenista en el país. Completan este ciclo las novelas Garabombo el invisible (1972), El jinete insomne (1977), Cantar de Agapito Robles (1977) y La tumba del relámpago (1979). Cabe mencionar que la corriente del realismo social también fue una constante en la obra de Scorza. En 1983, sale publicada la que sería su última novela: La danza inmóvil.
Galopante entre la literatura y la actividad política, Scorza encontró temprana muerte (tenía 55 años), luego de que el Boeing 747 del vuelo 11 de Avianca, que tenía como destino la ciudad de Bogotá, se estrellara cerca del aeropuerto de Madrid. Junto a él viajaban diversos intelectuales. Con él sucumbió una de las etapas más brillantes de la literatura peruana.