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Sant Jordi y las tormentas

Las celebraciones de Sant Jordi, el Día del Libro y de la Rosa, coincide casi todos los años con fuertes precipitaciones debido al cambio de temporada. Este año hubo daños materiales y algunos heridos.

Después de dos años de pandemia y restricciones sanitarias, retornaron los libros y las rosas a las calles de Barcelona. Sin embargo, como ha ocurrido en años pasados, la lluvia frenó el disfrute de las celebraciones. En esta ocasión, fuertes tormentas y granizadas dañaron alrededor de siete mil libros en el stand de la librería La Central, que hizo volar la caseta y causar heridas leves a varios vecinos. De acuerdo con el propietario del local, las pérdidas se pueden elevar a unos 50 mil euros, y es probable que hubiera más negocios damnificados. En algunos casos, los stands no soportaron la cantidad de agua y cayeron sobre los libros; los más dañados fueron aquellos que no tenían carpas sobre sus puestos.

Varios puestos de venta de flores también sufrieron por la granizada.

En Sant Jordi del 2019 ocurrió un fenómeno similar. Cuando todos los vecinos de Barcelona se disponían a recorrer las calles para ver las novedades, grandes chaparrones tomaron las calles de la ciudad. Sin embargo, en esa ocasión llegó a escampar a tiempo, y solo fue necesario cubrir a los libros con plásticos durante las lluvias.

Al igual que en el 2019, los expositores lograron sobrellevar el mal tiempo. En esta ocasión, se calculó que la vuelta de esta festividad a la presencialidad llegó a congregar alrededor de un millón de personas, que pasearon con paraguas entre los puestos de libros.

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