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Franz Kafka: tras las huellas del genio

El canon kafkiano trasciende hasta nuestros días como una de las obras más influyentes de la literatura universal. De ahí que diversos autores, críticos y estudiosos manifiesten admiración por el escritor checo.

Por el centenario del fallecimiento de Kafka (1883-1924), recopilamos una serie de comentarios por parte de escritores, editores, docentes y egresados de la EEL respecto al trabajo del creador de La metamorfosis. Aquí se los dejamos.

«Siempre se dijo que cuanto más invisibles fueran las huellas que dejara un editor en las creaciones de un autor, mejor. Solo con los años, pudo conocerse y dimensionarse el lugar que en el cuidado de la obra de Franz Kafka ocupó su editor Kurt Wolff. No por nada, fue el también exquisito editor fundador del sello Acantilado, Jaume Vallcorba, quien reivindicó ese cuidado y la también exquisita relación que mantuvo el autor de La metamorfosis con su editor.  Entre los textos que Vallcorba compiló de Wolff, debe destacarse el juicio, sin duda inapelable, que el poeta W.H.Auden formuló sobre Kafka: “Si me preguntan qué poeta representa mejor nuestro tiempo, del mismo modo en que Dante, Shakespeare o Goethe representaron el suyo, tengo que nombrar en primera instancia a Kafka… Es tan importante para nosotros porque sus problemas son los problemas del hombre de hoy” (Wolff, K. Autores, libros, aventuras. Barcelona. Acantilado. 2010, p.93). Poeta y editor hicieron justicia con Kafka. Allí quedaron sus obras –hoy clásicos- para que cada generación de lectores haga la propia». Diego Barros, editor, sociólogo de la Universidad de Buenos Aires y docente de la Escuela de Edición de Lima.

«Kafka es el narrador de la modernidad, porque entendió la hondura de la nada y pudo convertirla en historias que demostraban, con fría claridad, nuestra pequeñez frente a sistemas que no son humanos, a pesar de que estos han sido creación de nuestra especie. Él reconoció que la épica vida con sus conquistas y orgullo no es más que una ilusión frente al hombre de a pie que debe trabajar, proyectar, pedir, pero que en medio de todo su quehacer no tiene espacio para el sueño real, el enmarcado en el deseo, o para saber dónde se encuentra y a dónde va. En esto reside lo kafkiano, en no tener ninguna certeza frente a un mundo lleno de órdenes y señales de las que no formamos parte sincera, sino que pasamos por una larga serie de espacios y hechos para corroborar que todo es ajeno e, incluso, estamos desamparados por nosotros mismos». Cesar Augusto López, novelista y docente de la Escuela de Edición de Lima.

Quien no haya leído aún a Franz Kafka tiene la suerte del descubrimiento. Quienes lo hayan leído, poco o mucho, tienen el beneficio de la relectura y de adentrarse en sus cuentos e historias breves. A pesar de su mundo literario gris y angustiante, Kafka ha iluminado a varios escritores, entre ellos, Gabriel García Márquez quien, luego de leer La metamorfosis a los 17 años y ver que era posible que un hombre amaneciera convertido en un enorme escarabajo, descubrió que iba a ser escritor. Es sabido que la lectura nos hace personas empáticas. Si se preguntan cómo es posible sentir empatía por un insecto gigante encerrado en una habitación, lean la historia de Gregor Samsa e imagínense cómo sería hablar sin ser entendidos o vivir escuchando que tu núcleo familiar desea tu muerte porque «tú ya no eres tú». Imaginen ser Joseph K. a quien vienen a detenerlo sin la menor explicación. Visiten el laberinto kafkiano, siéntanse libres de habitarlo o escapar de él (si pueden, claro). Katherine Pajuelo Lara, editora y docente de la Escuela de Edición de Lima.

La obra de Kafka nos plantea con frecuencia situaciones complejas y angustiantes gobernadas por reglas ocultas, ilógicas o incomprensibles, las cuales se convirtieron en el sello característico de su autor, al punto que en la actualidad usamos el término kafkiano para identificar sucesos absurdos y desconcertantes. Los personajes kafkianos padecen debido a cambios drásticos que quiebran su cotidianeidad, como ocurre con Gregorio Samsa en la famosa novela La metamorfosis, pero también por el peso de sus propios códigos morales o su incapacidad de ver más allá de sus obsesiones, como sucede con los protagonistas de los cuentos «Un artista del hambre» y «Un artista del trapecio». El quiebre hacia lo fantástico se refleja no solo en sucesos inexplicables (como en la ya mencionada La metamorfosis y en relatos como «El cazador Gracchus» y «Una confusión cotidiana») sino también en la presencia de criaturas peculiares, como en los cuentos «El híbrido» o «Las preocupaciones de un padre de familia». Asimismo, en algunos textos podemos identificar una crítica a las autoridades públicas, en particular a la administración de justicia, que es retratada como inflexible, absurda e inhumana. Esto lo leemos en la novela El proceso y en cuentos como «Ante la ley», «La colonia penitenciaria» y «Un golpe a la puerta del Cortijo». Óscar Sandoval, escritor y egresado de la Escuela de Edición de Lima.

Indiscutiblemente, Franz Kafka representa, a través de su obra, el malestar y los vicios de la sociedad occidental de inicios del siglo XX. Sus novelas, sobre todo, destacan por exponer al hombre ante un “sistema” que lo vulnera y le quita sentido de existencia. Es gracias a él que empezamos a cuestionar los valores modernos y su impacto en nuestra cotidianeidad: ¿Quiénes somos realmente? Kafka derriba esos límites y cruza las fronteras de lo racional y nos enajena tocando puntos de angustia y vacío. El proceso (1926), por ejemplo, es un juicio absurdo donde convergen elementos realistas y surrealistas. Nunca sabemos de qué se le acusa al protagonista Josef K., tampoco él lo sabe. Sin embargo, el proceso continúa y el entorno somete más al personaje y lo convierte en un sujeto abandonado y nulo ante la justicia. Kafka recrea una paradoja de su tiempo: la deshumanización de los hombres por los mismos hombres. Luis Paliza, director de la editorial Reino de Almagro y egresado de la Escuela de Edición de Lima.

Impotencia, frustración, enigma, desconcierto. Leer a Kafka es sumergirse en un dédalo de trajines inconducentes donde todo parece símbolo, metáfora. Lo liberador de Kafka es precisamente eso: el mundo que plantea —esos cielos grises y opresivos, esos estrechos callejones de impersonalidad y confusa burocracia que no llevan a ninguna parte— nos remite a la experiencia de lo real y puramente cotidiano, a la experiencia común de ser retados por un dedo que nos acusa tan pronto abrimos los ojos a un nuevo día. Kafka nos redime de la realidad porque nos la muestra en toda su crudeza. Defendernos de un delito que no sabemos cuál es; apurar gestiones para entrevistarnos con personas que no sabemos qué hacen ni quiénes son; esperar pacientes frente a una puerta que en verdad siempre estuvo abierta para nosotros; despertar sin voz, sin faz reconocible, con un pesado y monstruoso caparazón a cuestas… Todo en Kafka es de una actualidad apabullante. Es la pesadilla de todos los días. Nadie como él, burócrata de los más competentes, para dibujar un paisaje plagado de laberintos, que al cabo fueron también los suyos propios. Horacio Hidalgo Ledesma, escritor.

Cuando Franz Kafka despertó una mañana tras un sueño eterno se descubrió que efectivamente habían pasado cien años. El sueño, o quizás la pesadilla, se había hecho realidad. La Tierra giró, cambió, se hizo más pequeña y él de alguna forma se había vuelto más grande durante una cerrada de ojos. Su rostro se había vuelto monumentos en las calles; su escritura, una fuente de inspiración; y su nombre, una característica… De lo más absurdo y angustioso.  Entonces intentó registrar su nombre, hacer entender que seguía vivo. Su rostro no bastaba; sus huellas, tampoco. Cualquier pieza de su identidad podía ser reemplazada por algo llamado IA. Y necesitaba plata. Probó ingresar a distintos oficios; pero le pedían papeles… Una identificación. A la cual no podía acceder. No sin identificarse y pagar.  Entonces ingresó a una librería para intentar entender el mundo. Había estantes con su nombre y libros que nunca terminó. ¿Cómo podían estar terminados y publicados si él nunca los finalizó? Si ordenó su quema… Y los que sí terminó, vivieron sin éxito y con su familia y amigos como sus únicos lectores. Pero ya no. Ahora vivían en las estanterías y en miles de casas las más variadas ediciones de sus escritos. Su rostro en portadas… “¿Me parezco?” se dijo mientras llevaba el libro al lado de su rostro para tratar de ver su reflejo. Quizás era otro. Otro Franz Kafka se había adueñado del mundo mientras él dormía. Entonces rio. Porque ahora hasta dejar de existir tras haber vivido se había vuelto también un proceso imposible de escapar; y el mundo era más absurdo y angustioso que nunca. Katherine Castañón, escritora.

Kafka, uno de los narradores en alemán más importantes del siglo XX, pasó la mayoría de su vida en Praga. Praga, a orillas del Moldava, es la madre de las ciudades. El corazón de Europa. La ciudad de las cien torres. La ciudad dorada. Praga es admirada como una de las ciudades más hermosas del mundo.  Con la paradoja de ser al mismo tiempo la cuna del autor que más ha impactado por su temática de miedo y angustia existencial, conocido hoy a cien años de su legado como estilo kafkiano, mezcla de realismo y fantasía. Cuando Gabriel García Márquez leyó La Metamorfosis (Die Verwandlung) la obra más reconocida de Franz Kafka dijo: «Una mañana después de un sueño tormentoso, Gregor Samsa se encontró convertido en un gigantesco insecto. Lo recuerdo como si me hubiera caído de la cama en ese momento, fue una revelación, si esto se puede hacer, esto si me interesa». No se entiende Praga sin Kafka, ni Kafka sin Praga, la capital checa es kafkiana. Está la casita 22 del callejón de oro al lado del castillo de Praga, un estudio donde el autor se recogía a escribir después de su trabajo de abogado; el museo en el barrio del distrito pequeño de Malá Strana, donde se exhiben también dibujos del autor, pocos saben que Kafka también fue dibujante, segunda pasión que conocemos gracias a su amigo y editor Max Brod; la escultura en bronce de Jaroslav Róna inspirada en su primer cuento «Descripción de una lucha», que representa al autor en hombros sobre su propio traje vacío, ubicada junto a la Sinagoga española, en el centro de Praga; y la famosísima cabeza gigante giratoria, escultura de espejo de Kafka, de David Cerny, son toneladas de acero, piezas en movimiento gracias a una proeza tecnológica, ubicada junto al centro comercial Quadrio, un espectáculo coreográfico de 15 minutos que representa la transformación del mismo Kafka, quien solo fue reconocido tras el fin del régimen comunista controlado por la Unión soviética. Hoy es considerado el mayor símbolo de los checos. Úrsula Abarca Torres, gestor cultural en cine, moda y fomento de la lectura, y egresada de la Escuela de Edición de Lima.

Leonora Djament: «Publicamos libros que hagan un aporte a las discusiones sociales en términos estéticos o argumentativos»

Leonora Djament, directora editorial de Eterna Cadencia, nos comentó acerca de los inicios de su proyecto, la propuesta que entregan a los lectores y su participación en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

Por Diego Campos (corresponsal en Buenos Aires)

Es importante para mí conocer un poco de la trayectoria de su equipo y qué los llevó a apostar por Eterna Cadencia como una editorial independiente.

La editorial empieza a gestarse en el 2007 cuando Pablo Braun, dueño de la librería Eterna Cadencia desde 2005, toma un curso de edición que yo estaba dando por ese entonces. Yo estaba trabajando hacía varios años en Editorial Norma y estaba buscando otro proyecto, pues la empresa se estaba transformando en un tipo de editorial muy comercial. En la primera clase le pregunté a Pablo qué estaba buscando en este curso y me cuenta que tenía ganas de armar una editorial en un futuro cercano. Nos fuimos a tomar un café y a partir de ahí armamos Eterna Cadencia Editora.

Me gustaría saber también cómo nace el proyecto de la librería. ¿Este espacio de lectura y tertulia tiene una agenda literaria/crítica/librera para su público? ¿Conciben a su librería como una respuesta o solución a los pocos espacios donde las editoriales independientes logran obtener una vitrina al público o cómo definen ustedes este proyecto (la librería) que va de la mano con la editorial?

La librería y su bar comenzaron dos años y medio antes que la editorial. A lo largo de estos años, en la librería hubo y sigue habiendo una valiosa y nutrida programación cultural: talleres, clases, presentaciones, mesas redondas, lecturas, etc., a lo que se suma el blog, que es una revista cultural fundamental en la escena contemporánea.

En los inicios de Eterna Cadencia, ¿cómo empieza a estructurarse el catálogo?, ¿cuáles fueron los tipos de libros y autores por los que se apostó al comienzo?, ¿qué otros se fueron sumando con los años?

Desde un comienzo nos interesó la ficción y el ensayo. Los primeros libros que publicamos fueron Cuarteto de autos viejos, del escritor argentino Miguel Vitagliano y reediciones de dos ensayos de Oscar Masotta: Sexo y traición en Roberto Arlt e Introducción a la lectura de Jacques Lacan. En los meses siguientes publicamos a Claire Keegan, Gabriela Cabezón Cámara, Fabio Morábito, Mario Bellatin, Josefina Ludmer, Jacques Ranciere, entre otros. Luego se fueron sumando Hernán Ronsino, Jorge Consiglio, Federico Falco, Sylvia Molloy, Tamara Kamenszain, Lorrie Moore, Theodor Adorno, Barthes, Derrida, solo por nombrar algunos. El año pasado iniciamos una nueva serie dentro de ensayos que es la serie Pluriversos, dirigida por Natalia Brizuela, donde hemos publicado a los pensadores y activistas indígenas brasileros Aílton Krenak, y Davi Kopenawa Yanomami y al antropólogo francés Bruce Albert. Pensamos nuestro catálogo como constelaciones en un cielo estrellado donde los libros van estableciendo relaciones entre sí por su temática, su estilo, por las perspectivas que abren, por las problemáticas que abordan, etc.

Con todo lo que me cuentas hasta ahora y en este momento donde la editorial se posiciona como una de las más destacadas en Argentina, ¿cómo llegan los manuscritos?, ¿son los autores quienes los buscan a ustedes o salen a buscarlos?, ¿siguen apostando por el rescate editorial o renuevan sus publicaciones con escritores contemporáneos?

A veces los manuscritos llegan espontáneamente y otras veces nosotros buscamos y contactamos a escritores y escritoras. Hablamos también con agencias literarias, asistimos a ferias siempre que podemos. Seguimos apostando por rescates editoriales de libros que dejaron de circular o que nunca fueron traducidos al castellano y también sostenemos las publicaciones de escritores y escritoras contemporáneos.

Hablemos ahora sobre la Feria del Libro de Buenos Aires, en la cual participaron hace poco. ¿Cómo fue para ustedes todo este trayecto por los diferentes certámenes en los que participaron? ¿Qué podrían decir sobre su progreso en este lapso? ¿Qué percances y aciertos se presentaron?

La Feria del Libro es un evento fundamental en la escena local donde a lo largo de muchos días se venden cantidades interesantes de libros, pero también hay encuentro con lectores y lectoras, mesas redondas, encuentros con colegas, etc. Participamos de la feria prácticamente desde que comenzamos a editar, pero desde hace diez años lo hacemos como parte del colectivo Los siete logos, donde nos hemos juntado con otras seis editoriales amigas para llevar adelante este stand compartido. Esta iniciativa es importantísima en varios sentidos: por un lado, hace que sea viable una feria que de por si es muy cara en términos de costos de participación, pero también se trata de sostener y fortalecer los vínculos con nuestros colegas, entendiendo que la industria editorial es necesariamente una actividad asociativa.

¿Qué podrías decir sobre la Feria de Editores, proyecto que apuesta por poner delante de los lectores a los mismos editores y sus títulos? ¿Este espacio, alterno a la FIL, repercute considerablemente en sus ventas y les permite proyectarse a nuevos libros en función a las inquietudes de sus lectores?

La FED es un acontecimiento cultural y editorial fundamental. Son cuatro días muy intensos y festivos donde se venden muchos libros, pero también los editores y las editoras nos encontramos con lectores y lectoras, así como con nuestros colegas, con quienes conversamos e intercambiamos ideas. No diría que la FED sirve para pensar libros en función de las inquietudes de los lectores, porque no concebimos la edición en esos términos. No satisfacemos necesariamente una demanda previamente existente y localizada, sino que publicamos libros que hagan un aporte a las discusiones sociales en términos estéticos o argumentativos.

Para cerrar esta serie de preguntas, ¿en qué librería de Perú se pueden conseguir sus libros y novedades?

Nuestros libros llegan a Perú a través de la distribuidora Book Vivant. Con algo de demora a veces, debido a los tiempos propios de las importaciones, las novedades van llegando a Perú.

Un buen libro para mamá

Si todavía estás buscando regalo para celebrar el Día de la Madre, un libro siempre será una buena opción. Aquí te dejamos algunos títulos que podrían alegrar a mamá en su día.

Elena sabe – Claudia Piñeiro (2007)

Si a mamá le gustan las novelas policiales, esta es una excelente alternativa. De la mente de la escritora argentina Claudia Piñeiro, la historia cuenta el drama de Elena, una anciana que padece el mal de Parkinson y que está decidida a encontrar la verdad sobre la muerte de su hija Rita. Las autoridades han dictaminado que la mujer se suicidó, pero Elena sospecha que se trata de un crimen. Una imperdible novela que abarca diversos temas como la maternidad y las consecuencias de las enfermedades.

Patria – Fernando Aramburú (2016)

En la localidad española y ficticia de Guipúzcoa, Bittori, viuda de un empresario apodado Txato, visita diariamente la tumba de su esposo, hasta el día en que la ETA anuncia el alto al fuego definitivo. Tras ello, Bittori decide volver a su pueblo, lo cual altera la vida de aquellos que un día fueron sus amigos y vecinos. La tensión política y el clima de represión hicieron que ella y su familia tuviesen que dejar su hogar, ya que se les consideraba traidores.

El nadador en el mar secreto – William Kotzwinkle (1975)

Es una novelita corta, pero de gran factura. La historia narra el nacimiento del hijo de Diana y Laski, protagonistas de la obra, quienes pasan de percibir la maternidad y la paternidad como la más bella de sus experiencias al suceso más duro de sus vidas. Se dice que, años después de su publicación, el mismo Kotzwinkle declaró que la escritura de esta novela le ayudó a superar aquel momento. Escrita con una prosa sencilla y lineal, este libro es muy recomendado para quienes gusten de historias cortan y potentes.

La metamorfosis – Franz Kafka (1915)

Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa despierta convertido en un insecto, lo cual altera la vida de toda su familia. En el transcurso del relato, Gregorio empieza a perder su humanidad, hasta quedar completamente convertido en un monstruo. Altamente recomendado. Anímense a regalarle a mamá una relectura de este clásico de la literatura universal.

Pájaros en la boca – Samanta Schweblin (2009)

Una colección de cuentos que ha sido traducida a más de diez idiomas y que le valió a la autora argentina el Premio Casa de las Américas. El corte de estos relatos puede enmarcarse en el realismo mágico. Desde niños que se convierten en mariposas, pasando por el hallazgo de un hombre sirena en un muelle, hasta un pintor obsesionado con pintar cabezas sangrantes, estos cuentos aseguran un gran momento para todo lector.

Luis Miguel Espejo: «Lo que necesita la educación y la producción de la industria del futuro es que las personas puedan pensar»

La lectura, ese hábito maravilloso y en constante cambio, es uno de los fenómenos más estudiados a lo largo de la historia. ¿Cuáles son sus beneficios? ¿Cómo se enfoca en las escuelas y ante los lectores del nuevo siglo? ¿Cómo se gesta el gusto por la lectura? Luis Miguel Espejo, docente de la Escuela de Edición de Lima, responde estas interrogantes en la siguiente entrevista.

Por Marco Fernández

Mucho se ha hablado, teorizado y emprendido en favor de la lectura. Pero vamos a la semilla, ¿cómo es que se despierta este hábito en los niños? ¿Dónde tiene su origen?

Los niños siempre tienen curiosidad por el mundo. Es natural en ellos preguntar por qué y también imitar, sea lo bueno o lo malo. Si en casa hay disponibilidad de material de lectura, revistas— lo que en mi época llamábamos “chistes”— o libros y, además, hay ejemplo de los adultos que leen, los niños pueden sentir esta atracción y curiosidad por esa acción. En realidad, el acto de leer en esa etapa se trata de un acompañamiento, ya sea leer un cuento antes de dormir o acompañarlos cuando tienen una tarea escolar y no entienden un texto. Es necesario comprender que hablamos de niños del siglo XX, pues a estas alturas también están leyendo en pantalla textos breves o en Youtube. Es decir, se están acostumbrando al consumo de información en movimiento.

Mencionaste una palabra muy importante: curiosidad. Digamos que esta característica lleva al niño explorar el libro y todas sus dimensiones. Pero, ¿qué pasa con ese niño que está creciendo y de pronto se topa con el libro equivocado? Como decía Daniel Pennac en su libro Como una novela, no hay libro malo sino malas experiencias que necesitan de una reconciliación.

Esto puede suceder en la niñez o en la adolescencia también. A veces uno tiene que leer ya sea por el colegio o por obligación. De pronto, el libro no cala, no entra, no corre. Recuerdo que en una conversación con Jorge Eslava saltó el tema del libro bueno, el libro malo, el lector bueno y el malo, y convenimos en lo que dices respecto a que no hay libro malo, sino un mal momento para leer. Cuando leí Rayuela tenía unos dieciocho años y me costó bastante. Pero volví a ella a los diecinueve, a los veintitrés, veinticinco, treinta y tantos y, cada vez que la leo la entiendo y disfruto mucho más. Lo mismo pasa con Moby Dick y un montón de clásicos. Una buena herramienta que pueden tener los padres y los mismos jóvenes al enfrentar una situación de este tipo es recordar, a modo de mantra: «A lo mejor no es el momento para este libro. Ya vendrá otro». Otra cosa en la que concordamos con Jorge en aquella conversación fue que, sino encuentras en las primeras páginas ese enganche para leer, no te obligues a hacerlo. Si no estás leyendo por placer, déjalo y busca otro libro. En esa búsqueda es posible que encuentres una joya insospechada. Lo importante es propiciar el ejercicio de la lectura porque activas rutas neuronales que no podrán efectuarse de otra manera. Además, el libro, a diferencia del periódico que se descarta y olvida al día siguiente de ser consumido, tiene la fascinante característica de la relectura, sobre todo si es que hablamos de literatura.

Ya que hablábamos de Pennac, recuerdo mucho los Derechos del Lector, donde dice que una persona tiene derecho a abandonar un libro si no le gusta. En los colegios, por lo general, la lectura es casi una imposición más que una actividad placentera.

La lectura por placer sería el ideal, sin embargo, es cierto que muchas veces se generan lecturas por obligación. Para poder dar un examen sobre la obra de Homero o los clásicos, necesariamente debes leerlos, no basta con ver un resumen. Y, ¡tienes que sufrir a Homero! El asunto es que, tanto Homero, como la Biblia o los clásicos son libros que fueron escritos para personas de una época específica. Lo mismo ocurre con los libros de ahora. No es fácil entrar sin acompañamiento a algunas lecturas como, sin ir tan lejos, Don Quijote de la Mancha. Me parece excelente que haya versiones adaptadas para jóvenes, pero sería oportuno que se pueda hacer una lectura del texto original de la primera y segunda parte con un acompañamiento bastante integral. No se trata solo de leer la novela, sino analizar que situación atravesaba España en aquel momento, por qué surgió ese libro, qué necesidad tenía Cervantes de acabar con las novelas de caballería, el nivel de analfabetismo en España, la alimentación de la gente, entre otros factores. Todo esto va configurando un entorno que facilita entender por qué hay ritmo en la lectura del Quijote, por qué usa algunas frases, por qué hay frases largas, las interacciones entre la narración, la historia y los personajes.  El contexto ayuda bastante a entrar en ese disfrute.

Es posible que estemos frente a una cadena de malas percepciones, de libros equivocados y momentos poco oportunos. De alguna manera, esto también influye en la percepción que un educador puede tener sobre la lectura. No se dice en voz alta, pero muchas veces los profesores no leen, entonces, ¿cómo podrían inculcar a sus estudiantes el placer y el disfrute de la lectura?

Otra vacuna que pueden inculcar los educadores y lectores adultos es que la literatura no habla consigo misma, sino que dialoga con otras literaturas. El Quijote hace referencia a las novelas de caballería. Hay superhéroes que salen de tragedias o mitos griegos. Incluso todas las telenovelas mexicanas clásicas provienen de unos cuantos de esos mitos: la lucha contra el destino, el chico que desea superar las barreras sociales, la chica que busca el amor y al final se casa y todo es color de rosa. Eso es un tópico tan antiguo como el agua hervida. Otra recomendación es leer más allá del texto, no quedarse solamente en el libro. De todas maneras, hay conexiones con otras tradiciones literarias. Por eso la literatura es uno de los pocos espacios donde los libros se reeditan tal cual. Si haces una buena traducción, sumada a una buena edición, tienes un buen libro asegurado.

Daniel Cassany menciona que más que leer, se trata de comprender. Tenemos tantas cifras en pruebas PISA y otras tantas cuestiones que nos arrojan que en el Perú no se lee mucho. Pero no solo se trata de la cifra dura, sino analizar por qué la gente no lee. Pienso que solo nos guiamos por los números para luego lamentarnos por lo que no se hace. Pero, la pregunta es al final quién arregla este problema.

Si intentásemos encontrar una solución al problema, tardaríamos por lo menos una o dos generaciones. Esto no se arregla con una ley ni con una práctica. Muchas de las cosas que faltan es información de buena calidad. Por ejemplo, estaba dictando una clase —solamente eran mujeres— y les dije a mis alumnas: «¿Cuándo fue la última vez que vieron a un hombre leyendo?». La misma pregunta me la realicé yo mismo y recordé a un hombre leyendo un libro en enero de este año. Eso puedes verlo en Buenos Aires, en Madrid, quizás en México, en un mundo de habla hispana me refiero. Pero acá en Perú eso es un poco difícil. La mayoría de los hombres aquí leen periódicos, pero si he visto a mujeres leyendo libros. Preguntarse el por qué es válido, pero se necesita data para corroborar. Sabemos que el sistema educativo está muy abandonado, manoseado y estancado. Yo siento que estamos yéndonos un poquito más hacia tiempos medievales con este abandono de la educación en general. A los chicos no se les está enseñando a pensar de forma crítica, sino que se insiste con la misma cantaleta de leer, memorizar y responder preguntas. Eso es un nivel muy básico. Lo que necesita la educación y la producción de la industria del futuro es que las personas puedan pensar. De hecho, más importante que solamente enseñar y paporretear respuestas es fomentar el pensamiento crítico en los estudiantes, es decir, enseñarles a debatir, a escuchar, a sopesar ideas, a obtener información y a discriminarla, y a formular conclusiones. Es un trabajo enorme, pero siento que no se está fomentando en las escuelas. Tengo dos hijos en edad escolar y me dejan la sensación de que están haciendo con ellos lo mismo que hacían conmigo en los años ochenta. ¿Cómo se soluciona esto? Por varios frentes. Por un lado, la disponibilidad y el acceso a los libros. Aquí en Perú todavía es caro comprar libros. Y no hablo de que se generen subvenciones, sino que se desarrolle una política integral que hiciese tanto del libro electrónico como del físico un objeto de acceso sencillo. De este modo, un estudiante de cualquier parte del Perú podría acceder a una biblioteca bien surtida, a plataformas que le permitan una lectura cómoda y completa de libros digitales. Necesitamos repensar y trabajar los temas educativos.

Martín Kohan, un escritor argentino, decía que la lectura necesita menos sermones y más actos concretos. ¿Cuál sería un acto de este tipo en torno a lectura y el fomento de esta?

Un acto concreto es que tengamos una proporción razonable entre lectores y creadores. Por ejemplo, alguna vez, cuando visité Islandia, me dijeron un dicho que data de hace muchos años: «Si un islandés no está leyendo un libro es porque está escribiéndolo». Fue sorprendente. La producción editorial en un idioma que solamente podían entender 230 000 islandeses en aquel momento superaba de lejos a la que tenía el Perú.

Algunos autores afirman que antes de ser escritor uno se forma como lector. Alguna vez escuché que, antes de formar en los talleres a escritores, se deben formar lectores que, en el futuro, devendrán en la actividad creativa.

Tú puedes tener un carpintero que, con unos clavos, un martillo y un par de sierras puede hacer algunas piezas básicas. Pero si a ese mismo carpintero le das varios tipos de martillos o diferentes tipos de madera, se conseguirá otro tipo de ebanistería, más fina o elaborada si él quiere. Cualquiera puede animarse a hacer creación en literatura, en lírica, en narrativa o en artes escénicas. Mientras más herramientas tengas, mucho mejor. Tú menú va a ser mucho más rico, mucho más grande y tu producción, por tanto, podría ser más variada o exploratoria. Entonces, mientras más tengas para elegir, mayores probabilidades tendrás para producir. Sería bueno encontrar formadores de lectores antes de, o durante los talleres de creación literaria.

Incluso, hay aspirantes a escritores que dicen que no leen porque «están buscando su propio estilo». Y, uno se pone a pensar a qué estilo se están refiriendo si no tienen un referente que pueda alimentar, justamente como usted lo menciona, esas técnicas, esos caminos exploratorios que podría tener sobre el proceso creativo.

En La tía Julia y el escribidor, el escribidor era este señor que hacía los guiones de radio para las radionovelas y que afirmaba que no leía nada para no contaminar su estilo. Si se fijan bien, el maestro Vargas Llosa presentaba el mismo estilo en todos los capítulos que le tocaban al escribidor. Entonces, todo el tiempo parecía el mismo personaje de nariz aguileña, frente amplia, actitud y serenidad en la mirada. El héroe de cada una de las radionovelas —porque cada capítulo que le tocaba al escribidor era una radionovela diferente e inconclusa— aparecía  como un personaje que era igual al propio escribidor. Un tipo de mediana estatura, con frente amplia, nariz aguileña y serenidad en el semblante. Se repetía lo mismo. Claro, tú puedes encontrar tu propio estilo. Pero, experimentar con otros estilos en algún momento dará alguna clave para forjar un estilo propio y realmente original. No por «descontaminarte» con otros escritores vas a estar protegido. Para nada. Y no hay problema si es que te salen cosas iguales. Esta famosa «cleptomnesia», en la que tú te robas algo sin darte cuenta de ello, al menos en el plano literario es natural. Es normal que si estás escribiendo algo y no recuerdas si leíste algo de Ricardo Palma o de Hemingway cuando estabas en la adolescencia, te salga una frase parecida a la de ellos. Alguien más se dará cuenta y dirá: «Oye, por acá se te ha escapado algo que tú ya tenías allá en tu arsenal y ha pasado inadvertido porque lo has escrito con tus propias manos».

Réquiem por Paul Auster

La muerte del destacado escritor estadounidense coloca el punto final a una de las etapas trascendentales de la literatura. Aquí te dejamos un breve repaso de su trayectoria, marcada por la tragedia y una genuina vocación por la escritura.

Hace un año, Siri Hustvedt, esposa de Paul Auster, anunciaba que el autor padecía de un penoso cáncer de pulmón. Dicha enfermedad lo alejó por periodos de su quehacer literario, sin embargo, ello no fue impedimento para la publicación de Baumgartner (2024), la última novela de Auster.

Tras su dolorosa partida, lectores, críticos y autores consideran que esa obra configura el testamento del escritor, basado en el repaso de los recuerdos de toda una vida. Y es que si algo destaca en Auster es su completa honestidad al momento de escribir, esa sinceridad que el lector es capaz de retribuir con el beneficio de una lectura comprometida y devota.

Como celoso guardián de la tradición «faulkneriana», las obras de Auster se enmarcan dentro del retrato paisajístico, una pincelada de los Estados Unidos de los años 80 y 90, en la que supo capturar la esencia del estadounidense volcada a la nueva era, tras la despedida de los años dorados, a través de sus novelas.

Obras como 4 3 2 1, Leviatán (su novela más política), la Trilogía de Nueva York (aclamada por la crítica como uno de sus mejores trabajos), El libro de las ilusiones, entre otros, conforman parte del canon literario de Auster.

Mención aparte merece La invención de la soledad, uno de los trabajos más queridos por parte de los lectores. En esta novela, el autor reflexiona sobre la paternidad, el dinero, la soledad y la literatura. Y es que la obra de Auster bebe precisamente de estos tópicos, con lo cual se configura no solo un universo particular, sino también una visión propia de la vida misma.

Duele pensar que, pese a su gran legado, sus últimos años estuvieron marcados por la tragedia. Con la enfermedad a cuestas, Auster tuvo que cargar además de ello con la muerte de su hijo y su nieta, las cuales se dieron en circunstancias poco claras. Con su partida, se cierra una etapa que da como resultado el verdadero sentir y vocación por las letras y la creación. De algún modo, nos vamos quedando solos.

Víctor Campos: «El gran aporte de Antonio Gálvez Ronceros ha sido dar voz a los pobladores afrodescendientes de la costa sur de nuestro país»

Este sábado 27 de abril se realizará un homenaje al cuentista peruano Antonio Gálvez Ronceros en la 7° Feria Internacional del Libro de Ica, en reconocimiento a uno de los autores más importantes de la literatura nacional. Víctor Campos Ñique, gestor cultural, comunicador social y docente de Chincha, participará en el evento y nos comenta algunos aspectos importantes de la obra de don Antonio.

¿Cuál fue el aporte principal de Antonio Gálvez Ronceros al canon literario peruano?

Sin duda alguna el gran aporte de don Antonio ha sido dar voz a los pobladores afrodescendientes de la costa sur de nuestro país.

¿Podríamos decir que con su obra el cuento peruano llegó a una cumbre?

No creo que el cuento peruano haya llegado a la cumbre con la obra de Antonio Gálvez Ronceros, pero sí le confirió un brillo especialísimo y único en la literatura peruana. El escritor Gregorio Martínez, autor del libro Cantos gregorianos, me comentó que el cuento Joché es uno de los mejores de la literatura peruana.

¿En Perro con poeta en la taberna encontramos el resumen de todo el universo de AGR?

De alguna manera sí, aunque percibo, como el caso de Gregorio Martínez, que su proyecto totalizador quedó trunco.

¿Cuál sería para ti la característica principal de esta novela?

Para mí la característica principal es su crítica corrosiva y vitriólica, revestida con fino humor y sarcasmo, a la vanidad y la soberbia.

¿En qué consistirá el homenaje que se le rendirá en la Feria Internacional del Libro de Ica Abraham Valdelomar?

Consistirá en compartir y expresar,  junto a Mabel, su hija, Marco Martos, gran amigo de Antonio Gálvez Ronceros, la importancia, significado y trascendencia de su obra. Además se promocionarán sus libros , que estarán al alcance de todos, para que así puedan disfrutar del extraordinario talento que puso en cada libro.

Aprueban reglamento de la Ley del Libro

Mediante decreto supremo, y tal como lo anunció la ministra de Cultura Leslie Urteaga, la presidencia de la República aprobó el Reglamento sobre las medidas estratégicas para el fortalecimiento y posicionamiento del ecosistema del libro y la lectura, en el marco de lo establecido en la Ley Nº 31893, la cual beneficia a todo el ecosistema del libro y la lectura.

El reglamento es resultado del trabajo conjunto entre el Ministerio de Economía y Finanzas y el Ministerio de Cultura. Entre los beneficios más importantes otorgados por el MEF a la ley, está la exoneración al IGV a la importación y venta en el país de libros electrónicos, así como la reintegración tributaria a los actores del sector.

En cuanto al sector editorial, las disposiciones complementarias de la ley establecen que las editoriales que posean la constancia de registro de proyecto editorial y cuyas adquisiciones de bienes y servicios se hayan visto afectadas durante la vigencia del artículo 13 de la Ley N° 31893, podrán solicitar la constancia de producción de libros y/o productos editoriales, en un plazo de 30 días hábiles a partir de la publicación del reglamento.

En el mismo plazo, la Biblioteca Nacional del Perú debe emitir las constancias respectivas para aquellos registros de proyectos editoriales que se encuentren en proceso.

Pandemonium Editorial y Reino de Almagro presentes en la Feria Internacional del Libro de La Libertad

Las editoriales, dirigidas por Tania Huerta y Luis Paliza, respectivamente, participan de la feria con una serie de novedades puestas a disposición del público.

Desde el 11 de abril viene desarrollándose en la plaza de armas de Trujillo la segunda Feria Internacional del Libro de La Libertad, en medio de una gran expectativa por parte del público, con más de sesenta stands y más de cuarenta expositores de todo el país.

Tania Huerta y Luis Paliza, exalumnos de la Escuela de Edición de Lima, mantienen en sus respectivas empresas una serie de novedades editoriales que prometen satisfacer a lectores de diversos tipos.

Pandemonium

Ubicados en el stand 37, entre las novedades más resaltantes de la editorial se encuentran Panóptica, de César Santibáñez y Hugo Espinoza; Esclavas, de la autora Sophie Canal; El fantasma de Stephen King, de Hernán Migoya y una de las publicaciones más atractivas; De un mundo raro, de Solange Rodríguez Pappe, entre otros.

Cabe mencionar que Pandemonium Editorial es la única entidad, al menos por el momento, que publica exclusivamente narrativa fantástica en el Perú, por lo que se ha convertido en una apuesta atractiva y propulsora del género en el país.

Reino de Almagro

Pueden encontrarlos en el stand 66 de la feria. Especialistas en publicaciones de ensayo e investigación, tienen entre sus novedades Cinco días en Moscú: Mario Vargas Llosa y el socialismo soviético (1968), de los historiadores Carlos Aguirre y Cristina Buynova, el cual detalla la visita que hizo el premio nobel a Rusia, la cual calificó como «traumática».

Por otro lado, el sábado 20 de abril la editorial presentará su más reciente publicación: El joven Vallejo (1905-1919). Apuntes para una biografía intelectual, del investigador Carlos Fernández. La cita es a las 3:00 p.m. y contará con la participación de Erika Caballero y Luis Eduardo García.

Jorge Eduardo Eielson: cien años después

Hoy, en el centenario del nacimiento de uno de los artistas mayores del Perú, realizaremos un breve repaso por su obra, la cual ha generado seguidores devotos tanto de su poética, narrativa y legado plástico.

Resulta un despropósito destacar a Eielson solo como poeta, como narrador, como artista plástico, como dramaturgo. Y es que al referirnos a él hacemos alusión a todo un repertorio integrado. Un solo gran nudo, si se quiere, cuyas amarras son precisamente las artes que exploró a lo largo de su trayectoria. Sería más conveniente, de algún modo, calificarlo por encima de todo como creador.

Si abordamos el plano literario, quizás el frente más recurrente, la figura de Eielson es fundamental en la gestación de la Generación del 50, la cual reuniría también a poetas como Carlos Germán Belli, Javier Sologuren, Washington Delgado, entre otros.

En los albores de su producción lírica —es decir, de la cual se tiene registro, porque desde muy joven mostró afición por la escritura, las artes y la música—, Eielson demuestra predilección por el simbolismo, por ende, es notaria la influencia de autores como Rilke y Rimbaud en sus primeros trabajos.

De esta admiración, junto con la lectura intimista de los mitos griegos, surgen poemarios como Ájax en el infierno (1945) y Reinos (1944), el más importante de sus trabajos tempranos. Y es que, con solo 21 años, Eielson obtiene por estos poemas el Premio Nacional de Poesía en 1945.

La trascendencia de Reinos no solo radica en el entusiasmo que generó en la palestra literaria por la obra de Eielson, sino que mostró una ruptura y reforma de la estética y las convenciones líricas, tal como sucedió con Vallejo tras la aparición de Trilce (1922) dos años antes del nacimiento de Eielson.

Poeta en tierra extranjera

La visión artística de del poeta no solo se limita a la observación y compromiso con el paisaje natal. Y si bien con él se rompe aquella creencia de los profetas negados en su tierra, es el mismo Eielson quien decide exiliarse por cuenta propia.

Pero ello no es un acto gratuito, sino un manifiesto. El mundo necesita ser transformado a través de las palabras y el compromiso del artista, según su visión, es mirarlo y abordarlo más allá de la formación artística misma.

Tal vez por ello, y el mismo espíritu místico y cosmopolita que lo inquietaba lo llevo a continuar su producción en Italia, específicamente en la Roma milenaria, en donde se gestan las obras Habitación en Roma (1952), Noche oscura del cuerpo (Roma, 1955) y Arte poética (Roma, 1965).

En esta etapa se hace patente la religiosidad y múltiples guiños a los clásicos, pero sobretodo el culto al cuerpo, lo cual marcaría claramente la perspectiva y el devenir de la producción eielsoniana. Otra de las características plasmadas de esta etapa es también el alejamiento de la lírica, para recaer en piezas en prosa o fragmentos que trabajan una idea hasta secarla por completo.

Los nudos eternos

Las últimas etapas de Eielson están marcadas por la observación plena del drama humano, aquel que se desarrolla bajo el manto de la cotidianeidad. De esta visión íntima nace Nudos, la cual es el testimonio pleno de la problemática del hombre frente al mundo.

Dejemos de hacer poesía (literalmente hablando) y abordemos también la faceta plástica del autor. Muchos recuerdan a Eielson por sus famosos quipus y los nudos, que son más que nada una manifestación personal de su visión artística. Pero sobre los quipus mucho se dice e interpreta. Y, quizás por ello, se hace más interesante su apreciación.

En un artículo del diario El Comercio de marzo del 2016, se dice que los quipus tal vez fue la manera en la que Eielson decidió mirar al Perú desde las tierras lejanas que habitaba, acercándose de alguna manera hacia el país que lo vio partir a los 25 años.

También se hace mención a José María Arguedas, quien fue su maestro de secundaria, y quien probablemente jamás le perdono que abandonase el Perú. Si esta fue o no una forma de hacer las paces con él, lo cierto es que el compromiso del artista es únicamente con su visión del mundo y la de Eielson traspaso su propia tierra.

A cien años de su nacimiento, y a lo mejor dentro de cien años más, seguiremos encontrando nuevas lecturas, nuevas interpretaciones y símbolos en su obra.



Empezó la II Feria Internacional del Libro de La Libertad

Trujillo ya vive la fiesta del libro y la lectura. Hasta el 21 de abril, los asistentes disfrutarán de diversas actividades que se desarrollarán entre las 10:00 a.m. y las 10:00p.m. Conversamos con Luis Paliza, editor de Reino de Almagro y egresado de la Escuela de Edición de Lima, quien participa del evento.

¿Qué novedades nos trae Reino de Almagro para esta FIL La Libertad?

En el stand 66 tenemos las editoriales de Reino de Almagro, la Escuela de Edición, Estación la Cultura, MyL, Nectandra, entre otros. Y entre las novedades tenemos El joven Vallejo (1905-1919), de Carlos Fernández, Perro con poeta en la taberna, de Antonio Gálvez Ronceros, Itinerario del alado sin cielo, de David Novoa, así como otros títulos de la literatura peruana y latinoamericana.

¿Qué expectativas tienes respecto a la realización de la feria?

Las mejores. Espero que sea una feria beneficiosa para las editoriales y librerías que participan. El programa tiene actividades variadas y hay una excelente oferta de libros para todo tipo de lectores e interesados. Esta es una de las mayores ferias que se hace en el norte del Perú.

Es necesario fomentar estos espacios para propulsar el acceso al libro y, por tanto, la lectura en sí misma.

Claro que sí. Las ferias son importantes para descentralizar el circuito del libro. Por ello es importante que existan actividades que impulsen el fomento de la lectura: talleres, conversatorios, presentaciones, cuentacuentos, etc. La feria de La Libertad es una invitación a que el público asista y conozca la oferta editorial y librera del Perú.

Sabemos que tu editorial participará de una de las actividades de la feria, con una publicación muy interesante.

Nuestra novedad es El joven Vallejo (1905-1919). Apuntes para una biografía intelectual, del investigador Carlos Fernández. Es una notable investigación que trata de los primeros escritos de César Vallejo en Trujillo y Lima, antes de la publicación de Los heraldos negros, contiene nuevas indagaciones sobre el proceso inicial de la poética de nuestro poeta universal. El libro se presentará el sábado 20 de abril, a las 3:00 p.m. Nos acompañará Erika Caballero y Luis Eduardo García.

Algunos datitos

. El invitado internacional de la II FIL La Libertad es el escritor argentino Kike Ferrari, autor de novela negra cuya obra ha recibido premios en Francia, España, Cuba, entre otros países. Entre sus obras más resaltantes están Operación Bukowski, Lo que no fue, entre otros relatos y ensayos.

. Autores nacionales como Jorge Eslava (Premio Casa de la Literatura Peruana 2022) y Cronwell Jara Jiménez (Premio Casa de la Literatura Peruana 2019) participarán de la feria.

. En el stand 66 de Reino de Almagro podrán encontrar algunos títulos del fondo editorial de la Escuela de Edición de Lima como El Morro de Arica: la resistencia del periodismo peruano durante el cautiverio de Tacna y Arica, del autor Luis Enrique Cam; Textos detrás de los textos, del autor Dennis Arias Chávez; Archivos de recortes, de Alonso Rabí; Manual básico de Redacción, de Luis Miguel Espejo; Derecho de autor para autores y editores, de Dante Antonioli; y dos obras fundamentales del autor peruano Antonio Gálvez Ronceros: el libro de cuentos Los ermitaños y la novela Perro con poeta en la taberna.