El 9 de noviembre de 1953 fallece uno de los máximos exponentes de la literatura británica. Exploró diversos géneros, debido a su pasión por la literatura y la creación. Bohemio y entregado al oficio creativo, la leyenda de Thomas perdura en nuestros días, como uno de los prodigios que aparecen al paso de un cometa.
A penas tenía cuatro años cuando empezó a recitar las líneas de Ricardo II de Shakespeare. Algunos pensarán que se trata de los dotes propios de la genialidad. En cambio, otros dirán que son los primeros atisbos del histrionismo. Lo cierto es que la trayectoria de Thomas no fue convencional.
Rebelde por naturaleza, eligió el oficio de periodista pese a la oposición de su padre, un escritor a quien el éxito le fue esquivo. De esta manera, el joven Dylan volcó sobre las páginas del South Wales Evening Post obituarios y críticas de arte que causaron gran polémica en la sociedad galesa de la época. Durante 18 meses, el periodismo aplacó sus inquietudes, más no así su sed. Y es que Thomas compensaba sus arduas jornadas visitando bares.
Cuando el periodismo colmó sus expectativas, optó por seguir el camino de la poesía. Si bien su pluma exploró los géneros del cuento y la crítica, se le reconoce más por su incursión en la lírica. A partir de 1933, empezó a publicar sus primeros poemas en el New English Weekly. Al año siguiente, sale publicado su primer poemario: Eighteen Poems, con el cual ganó un concurso organizado por The Sunday Referee.
Su poesía se caracteriza por poseer una musicalidad latente, así como un lirismo apasionado, rescatando lo mejor de la tradición poética inglesa. Pero también encontramos vestigios de tradiciones milenarias como la celta o la bíblica, lo que infunde un soplo de misticismo a sus versos. Muchos de poemas y prosas se basan en la experiencia del autor, así como en el sentido del placer y el disfrute a través del arte.
Se dice que el autor murió a causa de un derrame cerebral, debido a un presunto suicidio. Aunque muchos prefieren creer que el autor falleció de la misma manera que vivió: bebiendo. A 70 años de su muerte, quizás sea más exquisito continuar creyendo en esa última frase que entonó antes de fallecer: «He bebido 18 vasos de whisky. Creo que es todo un récord».
El 7 de noviembre de 1913 nace en Argel uno de los pensadores más importantes de la filosofía, en medio de un mundo dividido a causa de la Segunda Guerra Mundial. Y es que la obra de Camus destila una riqueza literaria y de pensamiento que lo encumbró como Premio Nobel de Literatura en 1957, autor universal y referente de diversas generaciones de literatos, políticos, filósofos y artistas.
El existencialismo alemán, manifestado en los postulados de Hegel y Kierkegaard, es la base para entender a Camus en cuanto a su postura filosófica. Si bien dicha corriente toma al individuo como centro, con el objetivo supremo de la emancipación, el pensamiento de Camus va en caída libre hacia un existencialismo pesimista.
Aquí aparece una de las grandes controversias en torno a su obra. Y es que, si bien a Camus se le conoce como el máximo representante del absurdo, que responde a la pregunta del por qué y el sentido de la existencia, el mismo autor rechazaba constantemente dicha denominación. Sin embargo, Camus trata en sus escritos la problemática del suicidio como la derrota absoluta frente al absurdo de la existencia.
«La existencia no tiene sentido para el universo». A 110 años del natalicio de Camus, dicho razonamiento continúa vigente en uno de los comienzos más atrapantes de la historia de la literatura universal. Nos referimos a El extranjero (1942) novela en la que se hace patente el sinsentido de la vida:
Hoy ha muerto mamá. O tal vez fue ayer. No lo sé.
Si bien Camus acepta que la historia del hombre, como ser individual y universal, no tiene sentido, el autor no recomienda el suicidio como la única forma de rebelión. Por el contrario, apuesta por un compromiso férreo con los ideales y propósitos, una vez asimilada la posición en la que el ser humano se encuentra frente a la vida. En El mito de Sísifo (1942) lo señala de manera explícita:
Si todas las experiencias son indiferentes, la experiencia del deber es tan legítima como cualquier otra. Uno puede ser virtuoso por capricho.
Controversia Camus-Sartre
Las convicciones del pensamiento “camuseano” no fueron del todo aceptadas. Uno de los que criticó la postura de Camus fue el filósofo francés Jean Paul Sartre, a raíz de la publicación de El hombre rebelde (1951). Recordemos que, si bien Camus fue adepto al Partido Comunista, terminó por abandonarlo, lo que no ocurrió con Sartre, quien apostaba por la unión del existencialismo y el marxismo.
Camus rechaza este pensamiento, puesto que consideraba al marxismo como una deformación del cristianismo, al reemplazar la imagen de Dios por un movimiento histórico formado por hombres. Por tanto, no existía libertad, ya que se justificaba la explotación e injusticia social en beneficio de las burguesías y las clases.
La respuesta de Sartre fue contundente: Camus, “idealista iluso y romántico”, que solo basaba sus juicios en base a cuestiones morales. El pensador francés era partidario del régimen estalinista, por lo que la crítica de Camus en El hombre rebelde, generó una tremenda incomodidad a quienes defendían el régimen de Stalin.
Ambos filósofos mantuvieron una polémica en la revista Les Temps Modernes alrededor de estos temas. Esto afectó a Camus, ya que consideraba a Sartre como un buen amigo. Algunos críticos señalan que la novela La caída (1956) es una interpretación del resultado de dicho enfrentamiento.
Camus en la cultura contemporánea
El legado de Albert Camus ha sido de infinito valor para diversas disciplinas artísticas e incluso el ámbito político. En la actualidad, novelas como La peste y El extranjero, continúan siendo fuente de inspiración para artistas y creadores que ven en Camus la esencia de la condición del hombre respecto a la realidad.
El mismo Julio Ramón Ribeyro afirma en sus memorias que, «venía trabajando en una novelita camuseana». Si recordamos el sello derrotista del Flaco, tendría bastante sentido el hecho de que el corpus ribeyriano tenga mucho de Camus en su estructura.
Para los amantes del anime, allá por los 90, cuando se estrenó la serie de Los caballeros del zodiaco, nos dimos con la sorpresa de que el guardián del templo de la vasija celestial se llamaba Camus de Acuario. Curiosamente, la ficha del personaje señala que es de origen francés, lo cual confirma que la figura de Albert Camus sirvió de inspiración a Masami Kurumada, creador del manga Saint Seiya, para crear a uno de los doce caballeros de oro.
La última representante viva de la llamada generación del 45 , a la cual perteneció también Mario Benedetti, cumple hoy cien años. Su poesía está marcada por un fuerte acercamiento a los clásicos y a la literatura universal. Aquí te dejamos un breve repaso sobre la obra de una de las poetas uruguayas más importantes.
Para Vitale, todo ya ha sido dicho, sin embargo, no todo ha sido escrito. Su poesía sigue la trayectoria de las vanguardias latinoamericanas , pasando por un marcado simbolismo que toma lo más impactante de la naturaleza para generar sensaciones. Vitale demuestra en su poesía que las palabras, incluso el verso se encuentra en constante cambio, no por nada una de las características más resaltantes de su obra es la búsqueda estética y existencial de las palabras.
Repetición constante (pero original)
Uno de los tópicos más importantes de su obra es la constante intertextualidad literaria, que no es más que la conexión con otras literaturas. Por ello es que la poeta señalaba que la repetición constante de temas en la literatura es algo natural, lo cual lleva a plantearse diversas conjeturas sobre la originalidad.
Si nos remontamos a lo dicho por el escritor argentino Abelardo Castillo, quien señala la desnudez como una representación concreta de lo «original», las teorías de Vitale sobre la originalidad calzarían bien con los cuestionamientos sobre este concepto. Por ello es que la poeta insiste en que todo debe volver a decirse, de diferente manera pero vuelto a decir.
Ida universal
La poeta uruguaya Ida Vitale (Montevideo, 1923) durante la entrevista con EFE en Madrid, en la que ha hablado de su poemario «Tiempo sin claves» .EFE/ Fernando Alvarado
Si seguimos con la intertextualidad de Vitale, su obra dialoga constantemente con la mitología griega. En el poema La grieta en el aire, vemos una referencia sustancial a la figura de Penélope, símbolo de la fidelidad matrimonial y la espera paciente. Obligaciones diarias trae consigo la figura de Ariadna.
Y, no solo encontramos referencias a los clásicos, sino también a autores de la talla de Mallarmé, Constantino Cavafis, entre otros, con los que los poemas de Vitale se interconectan y rinden una especie de tributo que, lejos de ser una copia desmedida, termina cogiendo la esencia de cada uno de ellos para formar un estilo propio e inimitable.
¿Cómo empezar a leer a Ida Vitale?
La primera etapa de la poeta puede ser leída en poemarios como La luz de esta memoria, Palabra dada, Cada uno en su noche y Paso a paso. Por otro lado, en la web podemos encontrar poemas esenciales de la autora para acercarnos un poco más a su obra, como lo son «En el dorso del cielo», «Cuadro», «Penitencia», «Residua», entre otras.
Te dejamos nuestro top 5 de libros que harán que más de uno se lleve un buen susto. Toma nota y, por si acaso, deja una luz encendida.
El exorcista – William Peter Blatty
Un clásico de todos los tiempos, que tuvo su versión cinematográfica en 1973. Se dice que Blatty escribió esta novela, luego de oír acerca de un exorcismo llevado a cabo en 1949. La historia narra el enfrentamiento del Padre Lankester Merrin contra fuerzas demoniacas, mientras que en la ciudad de Georgetown , la joven Regan MacNeil es poseída por un espíritu que la llevará a experimentar una serie de cambios físicos y mentales.
El quinto hijo – Doris Lessing
Publicada en 1988, esta novela narra los cambios que experimentan los esposos Harriet y David Lovatt, tras el nacimiento de Ben, su quinto hijo. El que antes había sido un lugar de regocijo y felicidad, pronto se torna en una pesadilla, pues Ben tiene una apariencia monstruosa, es egoísta, hambriento y posee un comportamiento violento incomparable con el de sus hermanos.
Lunar Park – Bret Easton Ellis
Una novela extraña que volará la cabeza de más de uno. En principio, el protagonista es el mismo autor, quien goza de fama y dinero, gracias a su prominente carrera de escritor. En una fiesta de Halloween, Easton Ellis cree ver a uno de sus personajes más temibles conduciendo un automóvil. Por otro lado, una muñeca ha cobrado vida en la habitación de su hijastra. De pronto, ocurren una serie de asesinatos y desapariciones de niños de la misma edad de su hijo. Una de las mejores novelas del llamado enfant terrible de la literatura estadounidense.
El país de octubre – Ray Bradbury
La crítica considera a esta colección de cuentos una de las mejores del autor. Consta de 19 narraciones de terror escritos por Bradbury, entre los que resaltan «El enano», «El esqueleto», «La multitud», «Tío Einar», «La caja de sorpresas», entre otras.
El umbral de la noche– Stephen King
El libro es considerado por muchos como la mejor colección de relatos cortos del autor. Cinco de estos cuentos fueron llevados al cine («Los chicos del maíz», «El último turno», «El coco», «Campo de batalla» y «Camiones»), mientras que algunos sirvieron como prefacio de otros libros, como «Los misterios del gusano», que es un acercamiento a lo que más adelante sería la novela El misterio de Salems Lot. El libro contiene veinte relatos inquietantes. Muy recomendado para los amantes del terror.
Un día como hoy, en 1908, nació Ramón Rafael de la Fuente Benavides, conocido por su seudónimo de Martín Adán. A 115 años de su natalicio, les presentamos un breve repaso de su vida y obra.
Se dice que el mítico poeta estadounidense Allen Ginsberg tenía una fuerte admiración por la obra de Martín Adán. Por ello, al ser invitado al Perú por Sebastián Salazar Bondy, se encontró con Adán en Lima en mayo de 1960. En 1963, tras la publicación del poemario Reality Sandwiches, destacó uno de los poemas mas celebrados de Ginsberg: To an Old Poet in Peru (A un viejo poeta en Perú), dedicado enteramente a la reunión que sostuvo con el poeta nacional.
Y es que Martín Adán es considerado como uno de los máximos representantes de la literatura vanguardista de Latinoamérica. Desde muy joven frecuentó los círculos literarios de la época. Mucho antes de terminar el colegio, asistía asiduamente a la casa de su amigo José María Egurén —de quien recibió una fuerte influencia poética—, donde se juntaban autores de la talla de Percy Gibson, Mariano Brull, entre otros.
Tras terminar sus estudios escolares, Adán se dedicó a colaborar con diversas revistas. Una de ellas fue Amauta, de José Carlos Mariátegui. Según corrobora el mismo Estuardo Núñez, fue el amauta quien lo animó a adoptar el seudónimo de Martín Adán, como un símbolo de reconciliación entre la teoría darwiniana de la evolución y el creacionismo religioso. Sin embargo, Adán refirió que el seudónimo data de las tertulias literarias en casa de Eguren.
En fino cartón
La casa de cartón, su obra más celebrada, fue auspiciada por Mariátegui, quien quedó impresionado por la calidad literaria de Martín Adán. Por otro lado, la edición del libro estuvo a cargo de Luis Alberto Sánchez. El libro salió publicado en julio de 1928, con un tiraje de 300 ejemplares. Cabe mencionar que la primera edición no fue puesta a la venta, pero fue tal su difusión que los círculos literarios posaron su atención en los trabajos de Adán. En 1958 salió una segunda edición del libro, la cual si fue comercializada.
El autor consideraba que dicha obra no era novela, tal como se le conoce hoy en día, sino fragmentos sueltos que retrataban el balneario de Barranco, donde pasó su infancia. No hay argumento definido, a lo largo de los 39 pasajes que componen un retrato de la infancia y adolescencia del autor.
Excesos, últimos trabajos y fallecimiento
A partir de 1935, la vida de Martín Adán transcurriría entre hospitales y sanatorios, a los que ingresaba de forma voluntaria debido a su alcoholismo. Desde el internamiento escribía poemas de corte existencial, que evidenciaba una búsqueda perpetua de identidad. Entre dichos vaivenes, en 1950 publica el poemario Travesías de extramares, auspiciado por el Ministerio de Cultura
Luego de dicha publicación, Martín Adán entraría en silencio literario por cerca de una década. En 1961, publica Escrito a ciegas, así como otros poemarios: La mano desasida y Canto a Machu Picchu (1964) y La piedra absoluta (1966).
En 1963 se interna en una clínica psiquiátrica de forma permanente, de la cual saldría veinte años después. En 1985 fallece en el hospital Arzobispo Loayza, tras un shock posoperatorio.
El pasado 10 de octubre, el Ejecutivo promulgó la Ley del Libro y la Lectura, la cual busca acortar la brecha de acceso al libro. ¿Qué impresiones ha suscitado esta iniciativa, en cuanto a acciones concretas de acercamiento al libro y la lectura? Aquí te dejamos las respuestas de Pablo Cotrina1, Karen Calderón2 y Juan Miguel Marthans3.
En torno a la ley, ¿basta solo con la exoneración del IGV y la protección a las editoriales para conseguir un real fomento de la lectura en el país?
Pablo Cotrina: La exoneración del IGV ayuda a que la industria no se vea penalizada por los impuestos debido a que no se puede tratar el libro como un comodity, pero para un fomento de la lectura hay que hacer estrategias separadas. El Plan Lector y otras iniciativas privadas exitosas de lectura pueden tener continuidad con esta medida.
Karen Calderón: Son medidas necesarias para coadyuvar a las políticas de fomento de la lectura en nuestro país. Sin embargo, creemos que, de manera complementaria, se pueden trabajar en otros formatos que van de la mano con la capacitación o formación de mediadores de lectura. Por ejemplo, diseñar y ejecutar un Plan Nacional de Mediación de Lectura, en donde la comunidad educativa de la educación básica regular, la educación técnica y universitaria, los gestores culturales vinculados al mundo del libro (bibliotecas, editoriales, instituciones del Estado, entre las principales) puedan trabajar en el fomento de la lectura de manera obligatoria (política de Estado con presupuesto asignado).
Juan Miguel Marthans: La exoneración del IGV es un gran paso. Enorme. Ahora, vivir esta incertidumbre cada cierto tiempo solo indica la poca relevancia que le da el Gobierno a las políticas culturales en cuanto a mercado editorial. El real fomento del ecosistema editorial se dará cuando se plantee y desarrolle un verdadero fortalecimiento de la red de bibliotecas, como espacios culturales activos, modernos y con contenido actualizados.
¿Qué papel juegan las librerías en el fomento de la ley, pues no se les ha tomado en cuenta en cuanto a la promoción de la lectura en el país?
Pablo Cotrina: Las librerías son una parte fundamental del eslabón de la cadena del libro, sin embargo, integrarla dentro de la promoción de la lectura es difícil porque la librería es, sobre todo, un vendedor y para un plan de promoción de lectura el acceso continuo a los textos es crítico y debe ser gratuito. Eso no lo provee una librería, más sí una biblioteca o un entorno de lectura diseñado en casa o en otros medios digitales.
Karen Calderón: Las librerías, como parte de la cadena de distribución son muy importantes pues son una plataforma de acceso al libro. No obstante, es importante recordar que el acceso al libro o aprender a leer son derechos educativos y culturales que debemos defender. En cuanto a la ley del libro, creo que sería mejor indagar cuál es la propuesta que sobre este sector tiene el Ministerio de Cultura. En cuanto al trabajo del fomento de la lectura, es importante entender que el libro es un producto cultural que se vende y, por lo tanto, las familias deben poder adquirir libros sin la preocupación de la economía familiar. Entonces, sí creo importante consultarles.
Juan Miguel Marthans: Las librerías son agentes relevantes dentro del ecosistema del libro, pero no son determinantes en un plan de desarrollo de la lectura o de promoción del libro en el país. Y esto por varias razones y antecedentes que se han dado. Las librerías son espacios comerciales, en su gran parte la mercadería que manejan es importada y el vínculo con las editoriales nacionales —medianas y pequeñas— muchas veces se ve empañada por la falta de cumplimiento de los compromisos, además de la priorización de atención a productos de alta rotación —que no está mal, pero muestra su rol principalmente como agente comercial.
¿Cuál deberían ser las propuestas de mejora del Ejecutivo sobre la ley, para articular un sólido fomento del libro y la lectura en el país?
Pablo Cotrina: Lo mejor que pueden hacer es seguir en comunicación con los distintos gremios de toda la cadena del libro (editores, librerías, bibliotecas, autores, distribuidores) para recoger las necesidades cambiantes que tienen y atenderlas con medidas paliativas o de protección, por ejemplo, reducir el impacto de los precios del papel y los insumos para producir libros, los precios distintos que tiene un mismo libro en distintas plataformas, los estímulos para creación y más. Integrar a los privados en iniciativas conjuntas para el fomento de la lectura también es una necesidad que el Ejecutivo puede ayudar a articular.
Karen Calderón: Lo ideal sería que la Política Nacional del Libro y la Lectura tenga un mayor alcance en cuanto a su difusión, y pensar que una ley del libro futura debe acoger un programa nacional donde se garantice el trabajo del fomento de la lectura para acortar brechas. Un programa que permita diseñar cursos de formación o capacitación según tipos de lectores; que garantice el fomento en diversas lenguas (nacionales y extranjeras); que permita recoger data sobre qué tipo de lectores tenemos, cuál es la brecha en temas de acceso al libro, de comprensión lectora; de bibliotecas por número de ciudadanos. Es importante que los programas nacionales propongan panoramas y resultados para que los contenidos de estos se revisen todo el tiempo, y se planteen siempre mejoras para el fin común: que la mayor parte de la población tenga acceso al libro.
Juan Miguel Marthans: La red de bibliotecas es lo primordial. Es lo que permitirá al sector editorial mejorar la calidad de sus propuestas. Eso se lograría con propuestas editoriales serias, que maduren rápido y que sean viables. También es de gran relevancia la profesionalización de los agentes del sector. Muchas veces el entusiasmo de muchos desaparece al poco tiempo, y eso es por no contar con una serie de herramientas para entender cómo se comporta el mercado editorial. Por otro lado, se hace necesario el fortalecimiento de las instituciones que representan a los agentes del sector editorial. El mundo del libro no es hacer ferias únicamente, ni mantener agrupaciones débiles y que parecieran tener una única voz. En los últimos años se han generado iniciativas que promueven el estímulo a nivel de la oferta editorial, activar la participación gratuita de un grupo de editoriales dentro de las principales ferias (incluso su propia feria), la entrega de los estímulos económicos (que definitivamente aporta), pero ver qué se estimule la demanda a través de actividades… Sería interesante ver eso, le daría dinamismo e inyección económica al sector.
1Pablo Cotrina es editor con experiencia en edición comercial y académica. Ha dirigido distintos proyectos editoriales, como director nacional del fondo editorial de la Universidad César Vallejo. Asimismo, posee un máster en edición por la Universidad de Salamanca (España). Actualmente es docente de la Escuela de Edición de Lima.
2Karen Calderón es productora editorial, gestora cultural y cuenta con un máster en edición (España). Es profesora universitaria y magíster en Literatura Peruana y Latinoamericana por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Actualmente es directora de la Casa de la Literatura Peruana y docente de la Escuela de Edición de Lima.
3Juan Miguel Marthans es editor especializado en publicaciones no periódicas, con cerca de veinte años de experiencia en el sector editorial. Ha dirigido cerca de 350 publicaciones de diversas temáticas. Actualmente es director de la Escuela de Edición de Lima y del Centro de Desarrollo Editorial y de Contenidos, la cual es una propuesta que va de la mano con la EEL y que se expande a toda Latinoamérica en busca de estudiantes, docentes y autores de la región.
El cofundador de Ediciones Godot, coautor del libro Independientes, ¿de qué?, y organizador de la Feria de Editores se encuentra en Lima por estos días y conversó con nosotros acerca de la labor editorial, las traducciones, entre otros temas propios del mundo del libro. En marzo de 2024, Hernán junto a Víctor Malumián y la Escuela de Edición de Lima tienen preparado un curso que será una gran oportunidad para quienes están por comenzar o ya tienen en marcha un proyecto editorial.
Por Marco Fernández
¿Qué impulsa a una persona a formar una editorial, en un mercado que aparentemente está saturado de empresas que, de algún modo, ofrecen los mismos servicios respecto a la elaboración de un libro?
En el 99.9% de los casos es el entusiasmo o la pasión por los libros y la lectura. De hecho, en el libro que publicamos con Víctor (Malumián), Independientes, ¿de qué?, en todas las entrevistas editores de distintos países nos dijeron lo mismo. Eso sería, por así decirlo, el inicio. Sin embargo, con resultados claros, es un error ingresar al mercado editorial solo con el entusiasmo. Así empezamos todos para luego darnos cuenta de que en el camino se deben mirar otras cosas para que sea un negocio rentable, como qué libro publicar o si te gusta o no un libro. Es un poco la mirada del editor, tal como señalaba Roberto Calasso: separar la biblioteca personal del catálogo de la editorial. Hay un montón de libros que nos llegan todo el tiempo, algunos nos gustan, otros no, pero la decisión de publicarlo es otro salto. Ahí es donde el entusiasmo queda relegado bajo la viabilidad financiera del libro.
Sabemos que en el rubro existen las grandes editoriales y las independientes. En el caso del segundo tipo, y esto lo has hablado mucho en Independientes, ¿de qué?, en tiempos de crisis, ¿qué significa ser un editor independiente?
Una pregunta difícil. Considero que lo primordial es la mirada sobre el catálogo, ya que hay que observar ciertas variables para que un título sea rentable: no pagar una fortuna por adelanto de derecho de autor, si por ahí el libro tendrá 800 páginas, probablemente sea inviable pues deberá venderse a un precio elevado. Pero también está el otro factor, que es lo que llamamos «editoriales independientes», en el que el catálogo está pensado en torno a determinada estética, calidad literaria e intereses específicos de la editorial, y no meramente por el efecto del éxito comercial rápido. En esto se diferencian de los grandes grupos que sacan cincuenta novedades por mes, bajo una lógica de bestseller. De ese número, dos o tres títulos deben funcionar muy bien y el resto se salda o se destruye. Personalmente no me gusta demonizar ni a uno ni a otro, porque dentro de las independientes hay de todo. No es que las multinacionales sean el diablo y el resto los buenos. Sin embargo, hay una lógica en la que de un lado está la necesidad de golpes de efecto permanentes, por una cuestión financiera, y del otro está más la idea de catálogo donde si la pegas con un título resulta fantástico. Pero lo que realmente prima es una estética particular y la intención de forjar un catálogo a largo plazo que contenga títulos rentables.
La independencia editorial, ¿tiene que ver con manejar pocos recursos, pero contar con un catálogo nutrido?
Podría ser, pero es posible que surjan discusiones en torno a ello. Supongamos que un millonario decide lanzar sellos como Siruela y Atalanta (libros de lujo en tapa dura que son espectaculares). Uno podría pensar que forma parte de un gran grupo multinacional, pero es posible que alguno diga que esta persona, llamémosle Conde Siruela, es independiente porque maneja mucho dinero. Por último, otros argumentarán que es independiente porque no pertenece a ningún grupo y publica lo que quiere. Me parece que la discusión no gira en torno a que se es independiente por manejar recursos o no, sino que pasa por lo que se publica. Es decir, el catálogo.
En todo caso, también es tener en cuenta qué cosa se publica. Digamos que no se trata solo de tener a un puñado de autores en cartera, sino también de desarrollar ese ojo de editor para saber quién debe ser publicado…
Es lo que hablábamos hace poco. Está bien publicar lo que te gusta o te parece interesante, pero no se debe perder de vista la rentabilidad. Si publicaste un libro que te parece buenísimo y no vendió nada, y publicas el siguiente y tampoco generas ventas, algo estás haciendo mal. Tal vez no eran títulos adecuados, o faltó una estrategia comercial para darles movimiento, o lo que fuere, pero en definitiva hay un factor que no funciona.
Ediciones Godot lleva quince años en el rubro editorial y, entre sus diversos atributos, se caracterizan por rescatar autores como Zweig y recientemente con Joseph Roth. ¿Bajo qué criterios se producen estos «rescates»? Pues, podríamos ser muy categóricos y objetar por qué se dejó a este autor fuera y a este sí se le revalora.
Hay varias cuestiones. En este caso sí es necesario que la obra del autor nos interese. También hemos publicado a Walter Benjamin y a Virginia Woolf, que son súper clásicos. Sumado a ello, damos una mirada a lo que falta de esos autores, es decir que no se ha publicado o que se puede traer al mercado. Los cuentos completos de Virginia Woolf salieron bajo una edición de Seix Barral hace poco. Nos va a generar una competencia muy fuerte, claro que sí, pero durante muchos años la única edición de los cuentos fue una de Alianza, allá por los años 90, de los cuales quedan muy pocos ejemplares dando vueltas. Vimos que faltaba eso y apostamos por ello. En el caso de Benjamin ya era un clásico, pero creímos pertinente aportar nuevas traducciones de textos clásicos de él, algunos más conocidos que otros, como Diario de Moscú, que no es tan conocido, pero que igual entra en esa categoría de traer textos de un autor. Con Zweig sucedió que los libros que venían circulando de él eran los de Acantilado y cuando entró en dominio público vimos la posibilidad de traerlo con ediciones y traducciones argentinas, a un precio más accesible que los libros de Acantilado. Dicho sea de paso, Acantilado empezó no hace mucho a generar impresiones locales aquí en Argentina, pero históricamente sus precios eran muy elevados, ya que se trataba de libros importados.
Zweig y Roth han sido grandes aportes de Godot hacia decenas de lectores fanáticos de estos autores. Pero, también han tenido críticas justamente por temas de traducción. Sin embargo, es posible tomar ciertas licencias en beneficio de un determinado grupo de lectores.
La traducción la vemos como una postura ideológica o como una posición frente a la tarea de publicar. En el caso de Zweig, Roth y de Dublineses de Joyce (traducida por Edgardo Scott) nuestra mirada fue apostar por traducciones rioplatenses, porque los libros se hacen acá al igual que las traducciones. Ahora, si bien tenemos buena distribución en América Latina, la mayor cantidad de libros circulan en Argentina, por ello, hacerles llegar a los lectores una traducción con impronta rioplatense nos pareció interesante. Ahora, es cierto que nos han llegado comentarios en los que un lector decía que le parecía extraño que un personaje dijese que «estuvo con una mina», término que significa «mujer». No sé si es un lunfardo, pero es un término muy familiar en Argentina. No creo que en otros países se use, pero por el contexto se entendía. Además, el personaje en esa historia no estaba hablando en alemán liso y llano, sino en jerga. Entonces, la traductora eligió el término «mina» y lo bancamos. Puedes tener esas críticas, pero la respuesta es que cada uno tiene su mirada y lo que hay que hacer es defenderla. Nuestro argumento es ese: la toma de postura frente al trabajo que hacemos.
Aquí entrarían en juego muchos factores, como la labor del traductor y, más allá de ello, la edición del libro. Ahora, se habla mucho de la «edición cuidada», pero cuidar la edición no debe tomarse, quizás, como algo rígido, sino que el editor debe tener cierta libertad para meter mano en la obra de un determinado autor.
Todos los que tienen una editorial cuidan la edición de sus libros. Me parece que cuando se dice «edición cuidada» o «traducción cuidada» es redundante. Lo que sí existen son posturas. En nuestro caso tratamos de intervenir lo menos posible, sobre todo en las traducciones. En los textos de autores argentinos o libros que nos proponen, ahí sí nos metemos más para proponer ciertos puntos. Obviamente, si hay algo que no se entiende o palabras fuera de registro se trabaja con la traductora o el traductor. Es una postura nuestra respetar el trabajo del traductor. Además, sería contradictorio meterte y cambiar todo lo que has mandado a traducir. Estarías trabajando el doble y en vano.
En otros temas, ¿cuál es la realidad de la industria del libro en Argentina, en el marco de la recesión?
Muy complicada, sobre todo por el tema del papel. No es algo propio del país, sino que es una crisis mundial. En algún momento escaseará de verdad. Lo que sucede es que el papel está atado al dólar y, bueno, somos un país que se devalúa constantemente. Eso es un problema grave, ya que no solo es la escasez, sino que es una materia prima que no está atada al dólar oficial. Entonces, cuando hay una devaluación los presupuestos de imprenta se vienen abajo. Incluso ha pasado que los impresores no pasan presupuestos porque no se sabe cuanto será el total. El contexto socioeconómico actual ha generado impactos en diversos sectores. En el caso del libro, se registra cerca del 20% de disminución en las ventas.
A pesar de todo lo que está pasando en el Argentina, Ediciones Godot se ha mantenido a flote y, no solo eso, sino que han sacado adelante diversas iniciativas como la Feria de Editores, algo que no es poca cosa en medio de la gran incertidumbre que se vive en Argentina.
Creo que la feria cristaliza un momento de efervescencia social y todo lo acontecido en los últimos años. En la última edición vinieron más de cincuenta editoriales de Latinoamérica, muchas de ellas sin presencia en librerías. Todo eso configura un mapa interesante para un evento consolidado en la escena local.
En ese caso, vemos también que las ferias abren oportunidades de negocio. ¿Consideras que debe generarse siempre un espacio donde se hagan precisamente estos intercambios?
Claro que sí, de hecho, este año hicimos un evento específico para editores, libreros y traductores, para que se conozcan entre sí y generen vínculos. Quizás durante la feria misma no cierres un trato, pero si estrechas un vínculo que puede redituar a futuro.
¿Cuál sería tu principal consejo para aquellos que quieren arrojarse a esta locura de la vida editorial?
Hagan bien los números. La verdad que hoy en día empezar un proyecto editorial no es caro, porque las disponibilidades técnicas te permiten hacer tiradas cortas de cien o doscientos ejemplares, o tiradas digitales con las que puedes arrancar, pero la clave es tener en claro las cuentas. Vean bien los presupuestos, hablen con sus contactos e identifiquen cuales son las oportunidades que tienen en el mercado. Nosotros cuando empezamos tampoco teníamos claro esto, a decir verdad, nadie piensa en eso al principio. Además, en ocasiones, el entusiasmo siempre le gana a las cuestiones financieras.
La Fundación Princesa de Asturias convoca a estos premios, entregados anualmente en Oviedo, capital del Principado de Asturias, los cuales buscan exaltar y promocionar valores científicos, culturales y humanísticos.
La llamada Semana de los Premios cuenta este año con 111 actividades protocolares y culturales, las cuales se vienen desarrollando desde el pasado 10 de octubre. Diversas personalidades del ámbito científico y cultural obtuvieron el premio, entre ellas, como sabemos, Haruki Murakami, la actriz Meryl Streep y Hélène Carrère d’Encausse, madre del escritor francés Emmanuel Carrère. Algunos de ellos cumplirán con una serie de actividades oficiales antes de ser galardonados.
Homenajes y encuentros con Murakami
El escritor japonés cumplirá con dos actos oficiales en las ciudades de Gijón y Avilés. El miércoles 18 de octubre, Murakami se reunirá con los miembros de los clubes de lectura de bibliotecas públicas de Asturias y de diversas ciudades de España. Dicho evento tendrá lugar en el Teatro Jovellanos de Gijón.
Al día siguiente, el autor de Kafka en la orilla participará de un encuentro con docentes y alumnos del IES Carreño Miranda, en la ciudad de Avilés. Por otro lado, recibirá un homenaje por parte de la Fundación Princesa de Asturias, con la apertura del edificio Tabacalera, en Gijón, para celebrar un ciclo de actividades sobre la obra del autor titulado «Murakami en la orilla».
Finalmente, se ofrecerán una serie de conciertos basadas en las historias del escritor, los cuales abarcarán géneros como el jazz, la música clásica y el bossa nova.
Meryl Streep
La actriz estadounidense participará este miércoles 18 de octubre en un encuentro público con el también actor Antonio Banderas, en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Oviedo. En dicho evento, ambos actores conversarán acerca de la profesión artística, así como de sus experiencias y trayectorias.
Asimismo, ese mismo día, sostendrá un encuentro con una delegación de docentes y alumnos del ESO, Bachillerato y Formación Profesional, en la Nave Almacén de la fábrica de armas De la Vega, en Oviedo. Finalmente, el jueves 19 de octubre, en Gijón, se reunirá con estudiantes de la Escuela Superior de Arte Dramático del Principado de Asturias, quienes rendirán un homenaje a la actriz galardonada.
La entrega del Premio Princesa de Asturias se llevará a cabo este viernes 20 de octubre.
Hace pocos días se promulgó la Ley Nº 31893, denominada «Ley de medidas estratégicas y disposiciones económicas y tributarias para el fortalecimiento y posicionamiento del ecosistema del libro y de la lectura». El dispositivo se enfoca, principalmente, en la prórroga de los beneficios de exoneración del IGV y en el reintegro tributario del IGV gravado en el proceso productivo del libro. ¿Qué otras novedades trae la ley?
En principio, debe quedar claro que no se trata de una nueva ley del libro. Por un lado, ratifica y/o complementa varios de los alcances de la Ley Nº 31053, la cual reconoce y fomenta el derecho a la lectura y promueve el libro, y, por otro lado, se enfoca, como decíamos, en prorrogar beneficios, que existen desde la primera ley de 2003, y en recuperar algunos que se perdieron hace más de 10 años. De hecho, de eso se tratan las disposiciones económicas y tributarias que se mencionan en su título. No hay otras, no hay más.
En efecto, los beneficios de exoneración del IGV, reintegro tributario y exoneración del impuesto a la renta a las regalías de los autores se otorgan desde la promulgación de la Ley 28086. Lo que ha ocurrido es que en el tema del IGV, los beneficios se han ido renovando en plazos de tres años (con excepción del año 2019, cuya prórroga fue solamente un año) y en el caso del IR, la exoneración venció en el 2010 y no pudo ser prorrogada por oponerse a la Ley del Impuesto a la Renta.
Un cambio importante en la Ley Nº 31893 ha sido eliminar el tope de 150 UIT de ingresos netos anuales para ser sujeto del beneficio de reintegro tributario. Es decir, ahora todas las editoriales son beneficiarias: grandes, medianas y pequeñas.
Asimismo, un tema destacado aprobado por esta ley es la creación de dos espacios de gestión y asistencia técnica. Por un lado, está el Grupo de Trabajo para el Fomento de la Lectura, del Libro y las Bibliotecas (que promoverá el cumplimiento de los fines previstos en la Ley Nº 31053 y en el Decreto Supremo 007-2022-MC, Política Nacional del Libro, la Lectura y las Bibliotecas al 2030) y el Observatorio del Ecosistema del Libro y la Lectura. Sin embargo, algunas de las funciones previstas para estos ya estaban establecidas tanto en los fines de Fondolibro como en las funciones del Ministerio de Cultura de la ley anterior.
El resto del articulado es declarativo y no lo mencionaremos, pues se refieren a las tareas que se esperan del Ministerio de Cultura, de los gobiernos regionales y locales, y de otras instancias del Estado respecto a la descentralización, el fomento, la dinamización y de la promoción del ecosistema del libro y la lectura. Aun así, hay varios asuntos que deben mencionarse y que no forman parte de esta nueva ley.
La ley no modifica el presupuesto anteriormente aprobado en el Decreto de Urgencia 03-2019 (la asignación de no menos de 16 millones de soles para financiar actividades vinculadas al fomento del libro y la lectura) no propone la reasignación de partidas, no establece ninguna medida específica para el fortalecimiento de bibliotecas o espacios no convencionales de lectura, no hace mención alguna a la forma en que se incorporará a grupos vulnerables o con discapacidades, entre otros detalles importantes que tampoco estaban en la ley anterior.
De esta manera cabe preguntarnos, si el sector del libro y la lectura cuentan con leyes de fomento con beneficios tributarios que han estado vigentes durante 20 años, los que deberían haber transformado o impulsado la transformación del sector a un nivel competitivo y con un gran mercado en este largo tiempo, ¿qué es lo que esta ley va a cambiar durante los próximos tres años, plazo en el que, nuevamente, caducan los beneficios? ¿No deberíamos trabajar ya en la elaboración de los instrumentos legislativos para asegurar el cumplimiento de los objetivos de la Política Nacional del Libro, la Lectura y las Bibliotecas al 2030? ¿Vamos a seguir «parchando» las leyes del libro solamente para asegurarnos de que no se graven los libros con el IGV?
El ecosistema del libro y la lectura involucra a todos los agentes que menciona el artículo 1 de esta nueva ley: personas naturales y jurídicas involucradas en la creación, la producción y la circulación del libro y productos editoriales afines, procesos que incluyen la autoría, compilación, ilustración, fotografía, artes visuales, edición o editorial, corrección de textos, diseño gráfico, diagramación, impresión o imprenta, librero o librería, agente literario, traducción, importación, distribución, sociedad reprográfica y otras sociedades de gestión colectiva, así como a la biblioteca, al espacio de lectura, al bibliotecario y mediador de lectura, y a la persona lectora. Las medidas que se requieren van más allá de pagar o no pagar impuestos.
Inspirada en el libro Las ciudades invisibles, del autor italiano Ítalo Calvino, con motivo del centenario de su nacimiento, el Instituto Italiano de Cultura de Lima, en colaboración con la carrera de Artes Escénicas de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) y la agrupación italiana Kronoteatro, presenta esta interesante propuesta escénica.
Este proyecto, producto de un laboratorio teatral, reinterpreta una de las ficciones más celebradas de Calvino, en la cual describió lugares imaginarios que rozaban esa delgada frontera que divide la fantasía de la realidad. Veinte estudiantes de la carrera de Artes Escénicas de la UPC, guiados por el equipo de Kronoteatro, asumieron el reto creativo de llevar sobre las tablas la propuesta, que intenta romper con los límites de la representación escénica tradicional.
Según Silvia Vallini, directora del Instituto Italiano de Cultura de Lima, indicó que «Este proyecto explora y redefine el concepto de ciudad como un compendio de memorias, deseos y símbolos lingüísticos. En otras palabras, aborda la ciudad como un espacio de intercambio de palabras, emociones y recuerdos, transformándolo en una narrativa de experiencia teatral».
Por su parte, Maurizio Sguotti, socio fundador del colectivo Kronoteatro, refirió que « El espectáculo multidisciplinario que se presentará en el Teatro Pirandello fusiona fragmentos del texto de Italo Calvino con elementos visuales, movimientos, videos, fotografía y música. Un concepto contemporáneo que va más allá de sus aspectos físicos”.
La presentación oficial será mañana viernes 13 de octubre, en el auditorio Leonardo da Vinci del Instituto Italiano de Cultura de Lima (Av. Arequipa 1055, Santa Beatriz) a las 6:30 p.m., mientras que las funciones de la obra se llevarán a cabo el sábado 21 y domingo 22 de octubre a las 8:00 p.m., en el Teatro Pirandello. El ingreso será libre en las tres fechas, hasta llenar aforo.