El 12 de febrero de 1984 fallece Julio Cortázar, uno de los escritores más importantes de la literatura latinoamericana del siglo XX. A cuarenta años de su muerte, muchos escritores continúan admirando sus concepciones respecto al cuento. Si eres de los que componen relatos cortos, aquí te dejamos diez consejos de Cortázar que seguramente te brindarán nuevas luces en la ardua batalla por dominar la técnica del cuento.
1. No hay leyes para escribir un cuento, solo puntos de vista.
Según Cortázar, los cuentos no están regidos por teorías, leyes o cualquier otro patrón narrativo. A lo mucho, refiere que solo existen distintos métodos y formas personales de abordarlos, lo que equivale a la suma de diferentes puntos de vista.
2. El cuento siempre tiene una unidad de impresión de una historia.
«Mientras en el cine, como en la novela, la captación de esa realidad más amplia y multiforme se logra mediante el desarrollo de elementos parciales, acumulativos, que no excluyen, por supuesto, una síntesis que dé el “clímax” de la obra, en una fotografía o en un cuento de gran calidad se procede inversamente, es decir que el fotógrafo o el cuentista se ven precisados a escoger y limitar una imagen o un acaecimiento que sea significativo».
3. A diferencia de las novelas el cuento debe ser contundente.
De este consejo nace la mítica frase pugilística-narrativa de que «mientras la novela gana por rounds, el cuento debe ganar por Knock out». Incluso, Cortázar incide en que los cuentos deben marcar buenos golpes desde el inicio, sin lugar a relleno o elementos decorativos.
4. En un cuento solo existen los buenos y malos tratamientos.
Cualquier tema es válido para un cuentista, siempre y cuando sepa como abordarlo. Por ello es que Cortázar asegura que en la literatura no existen temas o buenos o malos, sino que todo depende de cómo lo trata el cuentista: la dirección por donde llevará la historia, los personajes, la voz del narrador, entre otros aspectos. Incluso, el autor refiere que «Un mismo tema puede ser profundamente significativo para un escritor, y anodino para otro; un mismo tema despertará enormes resonancias en un lector y dejará indiferente a otro. En suma, puede decirse que no hay temas absolutamente significativos o absolutamente insignificantes».
5. En un buen cuento se deben de saber manejar tres aspectos: significación, intensidad y tensión.
«El elemento significativo del cuento parecería residir principalmente en su tema, en el hecho de escoger un acaecimiento real o fingido que posea esa misteriosa propiedad de irradiar algo más allá de sí mismo (…) La idea de significación no puede tener sentido si no la relacionamos con las de intensidad y de tensión, que ya no se refieren solamente al tema sino al tratamiento literario de ese tema, a la técnica empleada para desarrollar el tema. Y es aquí donde, bruscamente, se produce el deslinde entre el buen y el mal cuentista».
6. El cuento es un mundo propio.
La esencia de la literatura. El autor como creador de mundos particulares que existen únicamente para el desarrollo de los personajes y la historia. Un mundo hecho de palabras que el buen cuentista sabe domar y hacer creer a su lector.
7. El cuento debe tener vida.
Vinculado al sexto consejo. Cortázar manifiesta que al crear un cuento intenta desembarazarse de este para que tenga vida propia, de modo que sea el lector quien explore ese mundo y lo convierte en una realidad.
8. El narrador no debe dejar a los personajes al margen de la narración.
«Siempre me han irritado los relatos donde los personajes tienen que quedarse como al margen mientras el narrador explica por su cuenta (aunque esa cuenta sea la mera explicación y no suponga interferencia demiúrgica) detalles o pasos de una situación a otra».
9. Lo fantástico de un cuento solo se logra con la alteración de lo normal.
La creatividad, la fantasía que parte de una realidad alterada. Sin embargo, Cortázar hace hincapié en que el problema está cuando se suplanta la realidad por completo, olvidando las reglas que la rigen para suplantarla con un «cotillón sobrenatural» en todo el escenario.
10. El oficio del escritor es imprescindible para escribir buenos cuentos.
Cerramos esta tanda de consejos con uno de los planteamientos más importantes de Cortázar: «(…) es necesario un oficio de escritor, y que ese oficio consiste, entre muchas otras cosas, en lograr ese clima propio de todo gran cuento, que obliga a seguir leyendo, que atrapa la atención, que aísla al lector de todo lo que lo rodea para después, terminado el cuento, volver a conectarlo con sus circunstancias de una manera nueva, enriquecida, más honda o más hermosa. Y la única forma en que puede conseguirse este secuestro momentáneo del lector es mediante un estilo basado en la intensidad y en la tensión, un estilo en el que los elementos formales y expresivos se ajusten, sin la menor concesión… tanto la intensidad de la acción como la tensión interna del relato son el producto de lo que antes llamé el oficio de escritor».
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