En tiempos IA y desarrolladores digitales de contenido, el corrector de textos puede ver en esta tecnología un interesante potenciador de su trabajo. A continuación, te presentamos algunos beneficios de la IA en el campo de la corrección.
Herramientas de corrección
Los desarrolladores de inteligencia artificial han implementado correctores gramaticales y ortográficos capaces de detectar errores que muchas veces pasan desapercibidos a ojos del corrector.
No estamos diciendo que la herramienta reemplace el criterio y experiencia del profesional de la corrección, sino que puede emplear estos sistemas para sumar valor a su trabajo.
De este modo, se asegura la efectiva transmisión de los mensajes en los contenidos que el corrector tiene a su cargo. Entre los más conocidos están Trinka, QuillBot, entre otros.
Diversidad de soluciones
Gracias a los modelos de aprendizaje automático de los programados desarrollados con IA, estos son capaces de detectar errores gramaticales y ortográficos e integrarlos a una base de datos que siguen reglas y patrones de acuerdo con un contexto determinado.
De esta manera, generan un catálogo con una serie de soluciones en las que el corrector de textos podrá seleccionar en base a sus requerimientos.
Categorización de sugerencias
Correctores digitales como Grammarly categorizan los errores encontrados en un texto, mostrando diversas alertas de acuerdo con la cantidad de erratas detectadas.
Agilización del proceso de corrección (más no suplantación)
Esto no quiere decir que el trabajo de corrección se deje al libre albedrío de la inteligencia artificial, sino que el corrector de textos puede apoyarse en estas herramientas para detectar de forma más rápida los posibles errores que afectan un escrito. Basta con copiar y pegar el texto en la herramienta para conseguirlo.
Luego, con la experiencia y conocimientos del corrector, se procederá a evaluar cada errata detectada.
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